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“Ni soñando hubiese sido tan perfecto" - 
Daniel Osvaldo


Matías Sabini (@SabiniMaty

Boca venció anoche 2-1 a Montevideo Wanderers y quedó puntero del grupo 5 de la Copa Libertadores de América. El Xeneize se puso en ventaja con gol de Juan Cruz Komar (entró por Burdisso) pero los uruguayos empataron rápidamente. Daniel Osvaldo, en su flamante y gran debut con la camiseta azul y oro, convirtió el segundo para que la Bombonera delire y explote de ilusión.

Boca sigue de racha. No tiene un juego claro pero sabe a lo que juega. Aprovecha los momentos justos del rival y de local se hace fuerte, con su gente, haciéndose dueño de los tiempos del partido en los pies de sus mediocampistas.

Anoche se dio lo que muchos esperaban. La sociedad Fernando Gago y Nicolás Lodeiro, la figura del partido. Ambos manejaron la velocidad del cotejo y el uruguayo, destacándose un escalón más arriba que el argentino, supo ganar confianza, jugar simple y hasta se dio el lujo de mostrarla y agrandarse, futbolísticamente hablando.

En los primeros minutos, se notaba la ansiedad de la gente y de los jugadores. Tanto el público como los 11 protagonistas querían abrir el marcador para poder calmar las aguas y tranquilizar el corazón Xeneize.

En el minuto 33 del primer tiempo, tuvo que aparecer Komar (Guillermo Burdisso salió lesionado) en el balcón del área para poner en ventaja de cabeza a Boca.  Sorpresivamente, Wanderers sacó del medio y, en no más de tres pases, apareció en el área Diego Riolfo mano a mano con Agustín Orion, de un flojo partido, y definió entre las piernas del arquero para empatar el partido.


Boca se desordenó durante 10 minutos y sintió el golpe del empate porque nunca se esperó que el conjunto de Arias iba a empatar apresuradamente.



Sin embargo, faltando dos minutos para que finalice la primera mitad, Nicolás Colazo levantó un centro que desembocó en la cabeza de Daniel Osvaldo que, de pique al suelo, cabeceó y convirtió el gol tan soñado desde que tiene uso de razón.  “Ni soñando hubiese sido tan perfecto", dijo el debutante.

En el segundo tiempo fue todo más parejo. Boca nunca pudo terminar de liquidarlo porque decidió disfrutar del partido con la gente por medio de toques y pisadas para que el público local rompa sus palmas aplaudiendo al equipo de Rodolfo Arruabarrena.

¿Arriesgó la victoria? Sí. En las pocas llegadas que tuvo Montevideo Wanderers, Boca la vio negra. Faltando poco para el final, un gran cierre de Leandro Marín ante el remate de Sebastián Gularte dejó respirar un poco más al aficionado Xeneize.

Boca es una fiesta. El equipo gana y la gente se identifica. Ganó todos los partidos oficiales que jugó en el año, aunque esto recién empieza. Anoche, fueron a ver al equipo y con la expectativa de que Daniel Osvaldo se vaya contento y feliz. Se dio el sueño del pibe... 

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