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Diego Baquero (@DiegoBaco23

Cuenta la leyenda, que en Chile, el Colocolo fue una criatura mitológica que era un cacique araucano que intervino en el período de conquista de los españoles en Chile. Es precisamente, gracias a este personaje, que uno de los equipos de futbol de la ciudad de Santiago de Chile, Colo-Colo, lleva esta nombre e inclusive en su escudo, es el cacique quien aparece allí. No obstante, en el marco de la segunda fecha del grupo 1 de la Copa Libertadores en el enfrentamiento entre Independiente Santa Fe y Colo-Colo, el cacique no fue precisamente el conjunto chileno si no que esta vez, esa criatura de la leyenda, tomo la figura de Wilson David Mórelo, autor de los 3 goles del conjunto cardenal y figura determinante en la fría noche bogotana.

Gustavo Costas y su onceno albi-rojo, plantean un partido intenso. Con un equipo presionando en ¾ de cancha del equipo rival, con la defensa a la altura de la mitad del campo, con un equipo corto y con mucha movilidad en el frente de ataque, Santa Fe empezaba a construir una de sus mejores actuaciones de la Era Costas, quien basado en su Cultura del Esfuerzo logro convencer a los jugadores de que este es el camino a seguir si quieren llegar lejos. El estandarte de esta idea fue “El Cacique” Wilson Mórelo, autor de un espectacular hat-trick pero sobre todo, de un gran trabajo a la hora de presionar a la defensa rival –junto con Luis Quiñones– impidiéndoles una salida limpia de balón y obligándolos a recurrir al pelotazo y a la búsqueda de la segunda jugada en campo contrario. Santa Fe supo regular sus esfuerzos, siempre mantuvo la concentración y durante 90 minutos, el equipo chileno hizo a Robinson Zapata, arquero cardenal, un espectador más (incluido el tiro desde el punto penal), lo cual habla del excelente trabajo defensivo del equipo, a pesar de haber jugado con 10 hombres por algo más de 20 minutos, tras la expulsión de uno de los mejores de la cancha y promesa del futbol colombiano, Sebastián Salazar.

Santa Fe, con su ya conocido 4-3-1-2 en sus enfrentamientos como local, salió al terreno de juego sin saber, que 90 minutos después, habría firmado una de sus mejores actuaciones de los últimos tiempos. Por el contexto, por el rival, por el significado y por la importancia, el funcionamiento del club cardenal fue merecedor de un aplauso ensordecedor por parte de  las 30.000 almas que lo acompañaron en La Jaula Del León, el Estadio Nemesio Camacho El Campin.

Sin embargo, para que la noche fuera redonda, tenía que aparecer el genio. Esa persona a la cual definen como alguien muy inteligente y con gran capacidad y facilidad para crear o inventar cosas nuevas y admirables, y así mismo, capaz de realizar alguna actividad de forma imaginativa y brillante. Claro está, Omar Sebastián Pérez, quien con su soberbia actuación del día de ayer hizo que Mórelo brillara aún más. Manejo los tiempos, estuvo en su hábitat natural, viviendo entre líneas e incluso tras la expulsión, retrocedió para cerrar las dos líneas de 4 que conformo el equipo para sostener el resultado.

Fue una noche soñada. Tanto el Cacique como el Genio hicieron posible un excelente triunfo sobre un duro rival y se empiezan a conformar como una sociedad que dará mucho de qué hablar en esta Copa Libertadores y que permite a toda la afición cardenal ilusionarse cada día más. Omar y Wilson, el Genio y el Cacique, Santa Fe y su sueño. 

FOTO: Independiente Santa Fe

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