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Sería egoísta y mezquino el relacionar a Gonzalo Jara exclusivamente con el dedo en el ano a Cavani. Desconocer la historia de adversidades que ha atravesado el defensor nacional, es quizás ponerle un dedo en el ano a él mismo, y así, pasar por alto su tremenda biografía.



Pablo Tapia (@PabloandresTV


Desde juveniles que Gonzalo Jara ha vivido con el público en contra. Surgido en las divisiones inferiores de Huachipato, fue el capitán de Chile en el Mundial Sub 20 de Holanda 2005. Seguramente fue en aquella ocasión, cuando Gonzalo aparece en el plano futbolístico nacional. Férreo en la marca, fue sin duda, el gran defensor en esa línea de 4 (en donde a algunos no les dio ni para dedicarse al futbol profesional). Polémica causó cuando, en medio del Mundial, toma el balón con la mano 2 veces para irse expulsado finalizando el primer tiempo. Era un partido clave frente a España. Chile cayó en aquella ocasión por un contundente 7-0 ante una selección ibérica descollante. Aquel revés, sería tan solo una pincelada que la vida le daría a Jara para avisarle de que su aventura futbolística nunca sería un camino de rosas.

Luego de aquel mundial y tras una buena actuación en su club formador, Huachipato, es comprado por Colo Colo, en donde, vive quizás su etapa más redonda como jugador. Puntal del histórico equipo albo que consigue el tetracampeonato en el torneo nacional chileno. No pasó mucho tiempo para que el West Bromwich Albion se lo llevará para reforzar un equipo que buscaba volver a Premier League lo antes posible. Si bien en su primera temporada fue titular y cumplió un buen desempeño para que su equipo cumpliese el objetivo de volver a la máxima categoría inglesa. Luego de aquello, vivió una serie de situaciones indisciplinarías tanto dentro como fuera de la cancha. Así, fue suspendido en más de una ocasión por duras entradas y fuera de ella, fue encontrado manejando con alcohol reiteradamente. Esto generó que el club lo comenzará a prestar por tiempos cortos, 1 mes, 3 meses, etc. A diferentes clubes como el Brighton Albion y el Nottingham Forest. En medio de su declive futbolístico, su situación en la selección no era distinta. Acusado de llegar ebrio a una concentración, primero enfrentó al director técnico, Claudio Borghi – quien ya lo había dirigido en Colo Colopara luego disculparse y aceptar su error. Además, el medio futbolístico lo catalogaba como el eslabón más débil de la defensa y constantemente se pedía un remplazo para él. Aun así Gonzalo Jara supo siempre adaptarse a los requerimientos del técnico y entregar corazón cuando la técnica no lo acompañaba, esto conllevó a que siempre se mantuviese como titular jugando por la roja.



Ya estamos en el año 2013, Jara se quedaba sin contrato tras haber finalizado su vínculo con el W.B.A. Con el pase en su poder, arregla contrato con el Nottingham Forest, seguramente uno de los equipos con mayor historia y tradición de Gran Bretaña, aunque hoy en día deambula por el Championship inglés (2ª división). En aquella temporada, Jara fue medianamente titular por el cuadro inglés, pero sin duda, que lo que marcó aquel año para el defensor, fue su encuentro con el uruguayo Luis Suarez. Este altercado que dio vuelta al mundo, puso a nuestro “Jarita” en las portadas de los medios deportivos más importantes del orbe futbolístico. Sin dudas, que esta situación y sus actuaciones regulares por una ya renombrada selección chilena durante el Mundial, le permitieron firmar por el Mainz de la Bundesliga alemana. Un importantísimo salto, el pasar de la segunda división inglesa a una de las ligas que componen el Top 3 mundial, según muchos especialistas.

Si bien nunca pudo consolidarse como titular regular en el cuadro alemán, a día de hoy podemos afirmar que ha desarrollado una carrera interesante para un jugador que nunca ha descollado por ningún atributo en especial. No es ni rápido, ni elegante en la salida, ni tiene buen cabezazo. Pero sí ha podido hacerse con las armas necesarias en base a su gran inteligencia para destacar por sobre otros jugadores más dotados. Muy hábil en sus desplazamientos dentro del campo de juego y disciplinado en sus instrucciones, convierten a Gonzalo Jara en un jugador que cualquiera quisiese tener en su equipo. Lo del dedo no pasa de ser a un par de hojas más en su rica historia personal y futbolística.

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