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Juan Manuel Navarrete (@JM_Navarrete)


Ricardo Ferreti cerró la primera parte de su mini era al frente de la Selección Mexicana con un empate 2-2 con Argentina. Con ello, el entrenador de Tigres volvió a evidenciar el gran profesional que es al lograr competir e inclusive ser superior –por grandes lapsos- con un once diferente y con un planteamiento totalmente contrario al ejecutado en el primer partido ante Trinidad y Tobago.

Y es que México abandonó el 4-2-3-1/4-3-3 asimétrico por un 5-3-2, y cambió la posesión del balón y el ataque posicional por una actitud reactiva con un repliegue medio, así como la activación de transiciones ofensivas a velocidad sobre espacios largos.



Ferreti entendió cómo jugarle a Argentina. Les cedió la iniciativa, los invitó a propio campo y ahí buscó robos para luego lanzar contragolpes con sus jugadores más adelantados: Raúl Jiménez y Javier Hernández más una segunda oleada compuesta por –los interiores- Andrés Guardado y Héctor Herrera, quienes son verticales y rápidos en transición.

El plan comenzó a funcionar correctamente. Argentina tenía la posesión, jugaba en zonas altas y con muchos elementos; sin embargo, estaba incómodo. Esto principalmente por el grandísimo trabajo que hizo la línea de tres centrales de México: Diego Reyes, Rafael Márquez y Héctor Moreno, quien en lugar de mantener una posición fija y baja, mostró un comportamiento bastante agresivo e intenso al estar achicando constantemente con los tres delanteros argentinos: Ángel Correa, Lionel Messi y Carlos Tévez, los cuales, ante el acoso recibido, no podían girar y se mantenían de espaldas, algo que mermó su juego y le quitó calidad a sus movimientos y pases, lo que generó pérdidas de balón y por consiguiente corridas de México al espacio.

VIDEO: defensa de México achicando 




En este contexto la línea de mediocampistas interiores y en si todo el equipo se vio beneficiado. Y es que tanto Héctor Herrera, como José Juan Vázquez –el mediocentro- y Andrés Guardado, son muy intensos a la hora de presionar y descuidan su espalda al salir tanto por el rival, por lo que tener a los tres centrales caminando hacia delante dio mucha seguridad y controló el juego entre líneas de Argentina.

Asimismo, sirvió para degustar de la excelsa lectura de juego que tiene Rafa Márquez, que tanto con balón como sin él, dio una lección de cómo ser un libero. Y es que por momentos el Kaiser fungió como un “falso mediocentro” para dar salida al equipo e iniciar el juego, así como para desactivar al jugador rival que entraba en su zona, por lo general: Messi.

VIDEO: Rafa Márquez 




También, México evidenció que preparó un plan “anti-Messi”, ya que cuando el jugador del Barcelona se acercaba más a mediocampo o se cargaba a la banda derecha para recibir y activar su diagonal interior, regate y balón al vacío en busca de un jugador que penetre por la otra banda, siempre se encontró en inferioridad numérica y rodeado de elementos mexicanos, quienes con esto limitaron su influencia.




Con esto controlado y dando sensaciones de seguridad en zona baja, México se preocupó por efectuar robos y convertirlos en transiciones ofensivas, siendo Raúl Jiménez un activo muy importante, ya que cargó su posición sobre la banda derecha, la cual estaba constantemente liberada por las subidas de Marcos Rojo, lateral izquierdo de Argentina. Entonces tenía bastante espacio para correr o prolongar a Javier Hernández.

Además, hizo que Nicolás Otamendi abandonará la zona central de la zaga y saliera a la banda, donde tuvo bastantes problemas para defender.

Esta fue la tónica del partido. Inclusive, México logró potenciar aún más sus transiciones ofensivas en el segundo tiempo gracias a una gran dirección de campo de Ricardo Ferreti, quien al percatarse de que la albiceleste estaba totalmente volcada en campo contrario, defendía con pocos elementos y sufría en transición defensiva –corriendo a propia portería-; decidió darle más vértigo y velocidad a los contraataques sacando a Miguel Layún del carril izquierdo y poniéndolo como interior zurdo. Esto debido a que el ahora jugador del Porto es muy bueno atacando espacios, por lo que en una zona más adelantada y centrada podría catapultar las transiciones por las que apostaba México, apuesta que resultó ya que así llegó el segundo gol y generó una oportunidad más.

VIDEO: transiciones ofensivas




Con esto finaliza la fase de preparación del Tri de cara a los partidos en Octubre ante Estados Unidos por el pase a la Copa Confederaciones. Cotejos que permitieron ser testigos de la capacidad de Ricardo Ferreti en estado puro. Un entrenador que entendió los contextos de cada rival y, a partir de ahí, diseño mecanismos para afrontarlos de la mejor manera posible. Lástima que todo esto sea efímero.

Fases de presión: 


  

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