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Cosme González (@CosmeGonzalez)


En un juego de vuelta de la final en que los Tigres tenían una clara ventaja de tres goles, los Pumas jugando en el Estadio Olímpico Universitario de la capital tenían que sacar su garra, fiel a su lema: “Por mi raza hablará el espíritu”.

Aquí los 4 puntos importantes que fueron volcando hacia un lado y otro, la dramática final:

1.- Dura presión de los Pumas


Durante el primer tiempo, desde que inició el juego, los locales saltaron al césped de Ciudad Universitario. El sacrificado fue Fidel Martínez, y entró Ludueña como media punta. Arriba, Britos y Herrera, por las bandas Sosa y Cortes -que jugó en ocasiones como interior-, dejando solo de contención a Alejandro Castro. Esto complicó la circulación del balón para los Tigres en los primeros minutos de juego, pues siempre se encontraban jugadores rivales en el flujo, y provocaba que se buscara el juego directo, intenando lanzar a un Gignac que luchaba solo contra Alcoba y Verón.



2.- Marcelo Alatorre

Jugador de reciente incorporación a los Pumas, el “Chelo” fue fundamental en esta final. En una idea y vuelta constante, el lateral derecho trascendió con sus recortes hacia el centro y mandando servicios al área. Fue así como cayó el primer gol de los locales. La jugada inició en el centro, y tras un pase de Alcoba, que se había agregado con sorpresa al ataque, Alatorre tomó el balón pegado a la banda, recortó hacia adentro y de pierna izquierda mandó el centro. Tras un rebote, Herrera solo empujó el balón al arco.


No solo en ataque Marcelo fue importante, también en defensa supo parar los escuetos embates de Jurgen Damm por esa banda. Cuando Pumas estaba en ataque, el juego directo de los Tigres buscaba a Gignac, y cuando en ocasiones le ganaron la espalda a Verón y Alcoba, Alatorre llegó a hacer la cobertura.



3.- Memo Vázquez

Mucho se cuestionó a Memo a lo largo de la liguilla. Que no había hecho buena estrategia, se le señalaba, pero hoy demostró que es capaz de dirigir a un equipo con la grandeza de los Pumas.

De entrada hizo un cambio, metiendo a Ludueña entró y relegando a Fidel, quien no había tenido buena liguilla. Con esto, Castro quedó como único contención, y Ludueña se concentró en generar futbol, con Sosa como interior por derecha y Cortés por izquierda. Estos últimos tenían mucha movilidad,  y cuando Cortés se iba al ataque Ludueña se quedaba para cubrir ese espacio. Sosa no tuvo posición fija, pues constantemente hacia movimientos hacia el centro.

Después del primer gol, y ya en el segundo tiempo, Memo hizo el primer cambio, saliendo Castro que ya estaba amonestado y Cortés, se quedó como único contención. Fidel Martínez, apenas tocando su segundo balón tras entrar a la cancha, lanzó el centro y Britos hizo el segundo gol. En su siguiente cambio, salió un cansado Ludueña, y aunque el cambio nominal sería por Cabrera, Memo sorprendió a todos ingresando a Silvio Torales, quién contaba muy pocos minutos a lo largo del torneo. El primer balón que tocó Silvio lo mandó al fondo empatando el marcador global.

Para Memo Vázquez, el mérito de dos cambios que se reflejaron inmediatamente en el marcador.




4. Posesión de balón de los Tigres

Algo que define a los Tigres de Ferreti es la buena circulación del balón. Gustan de tener la pelota y con buscan la mejor opción para llegar al marco rival. Esto obliga al rival a estar bien parado y constantemente recorriendo líneas para cerrar espacios. Si bien es cierto que durante casi todo el juego los Pumas dominaron el partido, los visitantes generaron peligro y desesperaron a los Pumas cuando se decidieron a circular el balón.

Fue en el primer tiempo extra, cuando Pumas ya jugaba con 10, que los de Nuevo León se decidieron a darle buen transito al balón, moviéndolo de un lado a otro para generar espacios en una defensa universitaria ya cansada y en desventaja numérica. Fue después de un centro globeado de Israel Jiménez que Gignac, con una genialidad, metió el gol que inyectó vida y carácter a los Tigres hasta imponerse en los penales.




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