Normalmente,
el futbolista latinoamericano considera un éxito emigrar al extranjero. Para
algunos países de poco poderío futbolero es considerado éxito que emigre a
otras ligas del continente, pero sin duda la salida a Europa suele ser el
máximo objetivo del jugador en Sudamérica.
Sin
embargo, hay momentos en los que las cosas se dan a la inversa y un futbolista
de Europa o África decide hacer las maletas a Latinoamérica. Genera curiosidad
de cierto modo conocer esos casos, así como también analizar su impacto en el
balompié sureño. Es por ello que hemos decidido lanzar este copilado con
algunos jugadores y su impacto en países del continente, dividido en 2 partes:
ARGENTINA: TIERRA DE INMIGRACIÓN PARA CAMPEONES
Los
enamorados esperan el 14 de febrero para lucirse. En 1971 nacía en Bafgang
Alphonse Tchami, ‘el negro’ enamorado por una de las aficiones más grandes del
mundo: ‘La 12 del Boca Juniors’. Debutó en el Unisport y luego tuvo un paso por
Dinamarca cuando el Odense lo fue a buscar, sin embargo su punto determinante
fue en 1994, cuándo el asistente de Silvio Marzolini, entrenador ‘azul y oro’
recomendó su fichaje. Era un jugador potente y con mucha entrega, aunque carente
de técnica. Para una afición que valoraba la pasión se convirtió en ídolo hasta
perder espacio en el ataque del club. 50 partidos, 11 goles; entre ellos dos a
Newells en su segundo partido y un golazo a River Plate en su primer clásico
reventándole la mano a Burgos. El carismático atacante –dos veces mundialista
con Camerún- vivía momentos de gloria para entonces, mientras su afición le
coreaba “Y ya lo ve, y ya lo ve, es el hermano de Pelé” para reconocer su gran
trabajo durante tres años de ‘xeneize’, que bastaron para que Hertha Berlín,
Dundee, Niza y Chernomorets le dieran acogida en una carrera muy nutrida de
experiencias alrededor del mundo. Se adaptó a la perfección a la sociedad
argentina.
Sin
embargo, no a todos los africanos les va igual: Más adelante leeremos el nombre
de Tobie Mimboe, uno de esos cameruneses que encuentra hogar en Sudamérica. En
Argentina jugó un solo partido para San Lorenzo y cómo él miles: Tabi, Lamptie,
Mtawalli (Newells), Chabala (Argentinos) o Khumalo. Los mejores ejemplos de
África en tierras argentinas son Félix Orode, que desde su llegada en 2009
desde Lleida ha reforzado a varias escuadras argentinas: San Lorenzo, Nueva
Chicago, CAI, Sportivo Barracas entre otros, anotando en un par de
oportunidades, o de Ibrahim Sekagya, quién fue el primer ugandés en disputar un
partido oficial en el fútbol argentino, con la camiseta de Atlético Rafaela en
2001. Convirtió el gol número 80.000 de la historia del profesionalismo en su
primera temporada en Arsenal de Sarandí contra River Plate. De la B Nacional a
Primera con Arsenal, jugó 194 partidos y convirtió 8 tantos de 2001 a 2007,
cuándo lo compró la franquicia Red Bull.
Asia
por su parte no trae muchos buenos recuerdos. Los problemas de adaptación le
costaron a los delanteros Nahoiro Takahara (Boca), Kyjima Ryosuke (Def.
Belgrano) y a los volantes Takashi, Makoto, Kim cómo también a los hermanos Li
(Boca Juniors), quienes no pudieron jugar siquiera 10 partidos oficiales.
Quitándolos quedan los casos exitosos del delantero Gabriel Kinjo (17 gol en 83
partidos) y el volante Jae Hoon Chung,
que jugó 52 partidos y marcó 3 goles entre 2001 y 2003. Akira Misu fue un
volante traído por Estudiantes de La Plata y repescado por Defensa y Justicia,
que anotó una vez en 32 oportunidades de jugar de 2003 a 2007, y Yusuke Kato
jugó 15 veces entre Huracán y Belgrano (sí, fue compañero de Ryosuke) y con un mísero
gol resumimos su triste estadía en la Argentina complicada para los asiáticos.
Europa
por su parte relata una historia distinta: El séptimo máximo goleador histórico
de San Lorenzo de Almagro pertenece al español Isidro Lángara, un atacante
guipuzcuano histórico en el fútbol de su natal España. Llegó huyendo de la
guerra y encontró refugió en Boedo, dónde marcó 110 goles en 121 partidos
divididos en los 4 años que Lángara vistió la elástica del club entre 1939 y
1943. 12 años más tarde debutaría en El Porvenir el guardameta Vladimir
Tarnawsky, oriundo de Kiev que para la fecha era la Gran Unión Soviética.
‘Walter’ –cómo se hacía llamar- desarrolló buena parte de su carrera en
Argentina, posteriormente con Newells, San Lorenzo y Estudiantes de La Plata.
Fue internacional argentino.
En
la historia reciente, Iván Moreno y Fabianesi es ese español más argentino que
todos. Nacido en Bajadoz, se le apodó ‘El Torero’ por su forma de festejar. Su
padre fue futbolista en España pero él desde joven vivió en Argentina. Debutó
en Rosario Central en 1998 e intentó en Villarreal y Porto, dejando demostrado
durante esos pasos que no era un jugador de porte europeo al no poder siquiera
debutar con esas escuadras. Sacó nacionalidad argentina y se hizo un regular en
Banfield y Colón, dónde tuvo el punto más alto de su carrera. Vélez,
Estudiantes de La Plata y Huracán fueron los últimos en su país en confiar en
su talentoso juego de pies. Intentó salir a Morelia en 2006, Grecia en 2009 y
Liverpool (Uruguay) en 2014. Todos fracasos.
Claro,
podrían seguirse citándose casos de europeos con raíces argentinas, tales como
los David Trezeguet, Mauro Camoranesi o Gonzalo Higuaín (era mejor si se
quedaba en Francia).
BOLIVIA:
HOGAR DE ESPAÑOLES EN BÚSQUEDA DE EVOLUCIÓN
Para
los conocedores de la materia, el nombre de Juan Miguel Callejón seguro hizo
ruido en su llegada al Club Bolívar. No era nuevo para el fútbol boliviano la
llegada de un español, tras darse los casos de Juan Barraso y José Sánchez
Capdevila, pero la de ‘Juanmi’ acabó siendo probablemente la más importante,
tras dejar 67 goles en sus 142 partidos disputados a lo largo de sus 4
temporadas en el equipo celeste.
El
cartel de Juanmi fue la de un jugador español a la sombra de su hermano, José
María que juega en el Napoli tras un pasado en Real Madrid. Nunca tuvo grandes
números por sus cualidades en el fútbol español, mayormente en Segunda
División. Eligió Levadiakos en Grecia para buscar retomar el nivel pero
finalmente fue en Bolívar dónde se hizo importante hasta que al alcanzar la
treintena, eligió irse al fútbol de los Emiratos Árabes Unidos, en una oferta
que se catalogó como irrechazable para club y jugador. Sánchez Capdevila
comparte una situación similar a la de ‘Juanmi’. Ambos llegaron en 2013 con cartel
de ser excanteranos de Real Madrid, pero a José Luis le pesó la inconsistencia
y no pudo hacerse importante en la academia boliviana.
Juan
Quero Barraso tuvo una pasantía más veloz. Apenas seis meses en Oriente
Petrolero tras aterrizar desde el Chonburi de Tailandia. Demostró ser un
jugador que hacía la diferencia en el campo pero en Julio de 2014 hizo maletas
con destino al Ratchbouri, de nuevo para volver a Tailandia. El principal
impedimento para el futbolista extranjero que llega a Bolivia es la altura de
ciudades cómo La Paz, que le hacen complicada la adaptación a los extranjeros
al balompié boliviano. Una vez superado este aspecto, las habilidades en el
terreno marcan diferencia.
BRASIL: UN CAMBIO A LO DE COSTUMBRE
Ánderson
Luiz de Souza nació en Sao Paulo, Brasil; el mundo futbolístico lo conocería
cómo Deco y empezó a jugar al fútbol a los 18 en Brasil, de la mano de Nacional
y Corinthians. Su proceso juvenil fue allá y algo le quedó en la sangre. Su
salida al Benfica y consagración en clubes cómo Oporto, Chelsea y Barcelona
fueron fundamentales en la carrera de este seleccionado portugués, que cuándo
vió agotado su tiempo en Chelsea decidió poner vuelta a sus orígenes y jugar
con Fluminense. Fue campeón en 2010 antes de su retirada, siendo una pieza
clave para el elenco verdirrojo y sin necesidad de grandes adaptaciones ya que
al final, creció allá y sus características le permitían cortar y distribuir
juego a sus habilidosos compañeros aún corriendo poco.
A su
vez la historia de Clarence Seedorf es capaz de despertar interés: Nació en
Paramaribo, en todo el centro de Surinam, país fronterizo con Guayana y Brasil.
De joven se fue a Ámsterdam, dónde se desarrolló la historia de leyenda que
todos conocemos: El único jugador en ganar la Champions en 3 equipos distintos
(Ajax, Real Madrid y Milan), sin embargo Brasil estaba en el corazón de
Seedorf. En una entrevista al portal de la FIFA, afirmó llorar con el Mundial
de 1986, tras el partido de Francia ante la ‘canarinha’. “Era el último torneo
para Zico, que es para mí el fútbol en sí” decía el joven Clarence, que años
más tarde se casaría con una brasileña: Luviana.
Compañeros
cómo Roberto Carlos o Kaká fueron fundamentales para que Seedorf tomara la
decisión de jugar en Brasil y Botafogo fue el elegido. En un movimiento
catalogado como ‘el mejor jugador Europeo que pudo venir a Brasil’; el holandés
de 36 años para la fecha logró hacerse un hueco velozmente en el XI del
blanquinegro, siendo ese elemento de experiencia que complementó a un Botafogo
lleno de jóvenes talentos cómo Jadson o Dória. Clarence ‘escapó’ de Milán
porque quería el estilo de juego brasileño, el estilo que siempre buscó en él,
atacar con libertades, poder llevar el balón, y la edad nunca fue un
impedimento para cumplir esa misión en el rol de ‘10’. Desde 1995 el club no
ganaba un torneo local, 18 años tenía Botafogo sin ir a una Copa Libertadores.
Un año de Seedorf en Brasil le bastaría para alzar el Campeonato Carioca, llegando
a un club séptimo y armando con Nicolás Lodeiro y bajo las indicaciones de
Oswaldo De Oliveira una remontada al cuarto puesto y asegurando el regreso a
Copa Libertadores. Seedorf marcó el último gol de Botafogo esa temporada y un
mes más tarde anunciaría su retirada para regresar al club que siempre tuvo en
su corazón: A.C. Milan. Una cláusula en su contrato decía que en caso de que en
Milán lo quisieran de vuelta, el volvería. Logró lo que quiso.
Collin
Kazim-Richards por su parte es un trotamundos en búsqueda de una nueva
aventura. El internacional turco al servicio de Corinthians nació y creció en
Inglaterra, pasando por regiones dónde el racismo le pasó factura en lo mental,
en países cómo, Turquía, Holanda y hasta Escocia, pero finalmente Coritiba y el
‘Timao’ le abrieron las puertas en este continente. Él cuenta que utiliza al
fútbol cómo una herramienta para conocer el mundo haciendo lo que más le gusta
y ve al futbolista inglés, estático y cómodo en su ambiente. Explica que el
fracaso del futbolista de Inglaterra fuera de su madre patria se da por la
dificultad de adaptarse a un medio que no sea el británico. ‘El gringo’ se hace
un hueco en la ‘favela’; un Corinthians en reconstrucción con un
experimentadísimo y rebelde atacante de experiencia y porte europeo.
El
caso de Fran Mérida sin embargo es el que más se presta al análisis. El
exmediocampista del Atlético de Madrid jugó 16 partidos en su aventura
brasileña y vió red una vez entre 2013 y 2014. Rescindió del Hércules y recaló
en Huesca cuando el ‘furacao’ decidió no renovar su contrato, siendo un jugador
de ‘chispazos’, pero sin los ánimos tras entrar en una curva descendente de su
carrera. Pasó gran tiempo lesionado y criticó duramente a Brasil previo al
Mundial de 2014 por el radical comportamiento de los ‘ultras’. Para un jugador
acostumbrado al orden en que se maneja el fútbol en países como Inglaterra o
España, la desorganización y velocidad del campeonato paulista terminó de
enterrar sus ánimos previo a su ‘renacer’ de la mano del S.D. Huesca.
CHILE: LIMITACIONES DE RACISMO
Occupé
Bayenga es el único futbolista africano que ha rendido jugando en Chile. Nacido
en Kinshasa, Zaire, hoy en día República del Congo debutó en el Dragons de su
país. En 2009, Cañuelas Fútbol Club se lo lleva a Argentina a jugar Primera D.
De allí dio el salto a Primera B Chilena (segunda división) con Deportes
Copiapó, dónde fue de lo más resaltante en un equipo que descendió a tercera.
Eso, sumado a sus actuaciones en Copa le valieron para fichar por Universidad
de Concepción, dónde fue el primer congoleño en jugar Primera División. Su
irregular semestre en el máximo circuito hace que el elenco universitario lo
mande a préstamo 6 meses en Deportes Concepción, dónde si bien fue figura no
bastó para mantenerse en el fútbol chileno y regresó al Congo.
Otro
caso africano fue el de Luc Bessala, que llegó a Chile con poca experiencia
desde Tiro Federal en Argentina. Provincial Osorno lo fichó en 2007 y luego
Deportes Temuco se hizo con su ficha. Se hizo uno de esos futbolistas regulares
en la zaga y los medios se atrevieron a señalar a la U. Católica cómo un
interesado por su ficha, hasta que de pronto un berrinche pudrió todo: Temuco
enfrentaba a Rangers y su DT (Bonvallet) lo culpó de errar en el gol en contra
en apenas 14 minutos de juego y lo reemplazó. Al llegar a la banca luego de ser
sustituido, pasó frente a su entrenador, se arrodilló, y mirándolo fijamente le
preguntó a los gritos "¿Por qué a mí?". Luego arrojó su camiseta al
piso y nunca volvió a jugar por Temuco. Nunca más volvió a ser llamado ‘por
irrespetuoso’ y fue vendido a Fernández Vial, antes de emigrar a Venezuela
dónde jugó para Centro Ítalo, Metropolitanos y hoy Club Atlético Miranda.
Huachipato
es de esos equipos que apuestan por el talento de afuera. Venezuela es su
último objetivo, pero en su momento se atrevieron a confiar en Hiroki Uchida, volante
de contención japonés que debutó en Yokohama Marinos, pero tras no ver espacio
probó suerte en Sudamérica. Convenció, pero su ficha era complicada para Cerro
Porteño PF y Lota Schwager, hasta que finalmente el ‘acerero’ con Jorge
Pellicer se hizo con su ficha. Fue el primer asiático en ver minutos, ya que
Norio Takahashi llegó al plantel de Unión San Felipe en 2004 pero no vió
minutos. Jugó 8 partidos, se fue con la salida de Pellicer y Deportivo Sataní
acabó por darle cobijo al jugador que prometía pero nunca llegó a cumplir.
Si
nos vamos a Europa, Maksim Molokoyedov tiene una historia particular, siendo el
último europeo en marcar en Chile. Surgido de las inferiores del Zenit San
Petesburgo y debutante en el Dinamo, el atacante ruso -cuándo vestía la
camiseta del Pskov-747- viajó a Chile, dónde fue atrapado en posesión de 6 kg
de cocaína con destino a España. Fue apresado por 3 años, pero un programa de
reinserción comandado por el excolocolino Frank Lobos lo puso de vuelta en el
panorama futbolero, de la mano del Santiago Morning en Primera B (Segunda
división chilena). Un programa para entrenar en la mañana y dormir en cárcel
mantenía su carrera en activo. Debutó en septiembre de 2012, marcó ante Copiapó
en abril de 2013 su único gol en la ‘tierra del vino’. Con la libertad
anticipada, pidió regresar a Rusia para sus vacaciones, con la condición de
reintegrarse 40 días después, pero jamás volvió. Hizo su vida en San Petesburgo
e intentó volver a jugar al fútbol en su país, pero no tuvo éxito. La razón
para quedarse fue su novia, con la que se casó y estableció su vida en Rusia
luego de que ella le esperara durante todo el tiempo que estuvo retenido en
Sudamérica.
Jorge
Mansilla Vivar comentaba cuándo se buscaba información para realizar esta nota
que el problema de Chile parte básicamente por la dificultad que vive el
extranjero para adaptarse a la cultura y el racismo presente en las canchas
chilenas. Un episodio lamentable se vivió en la temporada 2013/2014, cuándo
Emilio Rentería, atacante venezolano al servicio de San Marcos Arica fue
abucheado por la afición rival dado su color de piel en partidos ante O’Higgins
y Deportes Iquique.
COLOMBIA: CLASE INGLESA
POCO COMÚN
George
Saunders es el único futbolista inglés en activo jugando en Sudamérica.
Fanático del Arsenal, equipo que le vió debutar cómo juvenil en 1998. Su
familia se mudó a España y con ella el joven Saunders cambió Londres por
Valencia, dónde Villarreal se hizo con su prometedora ficha. Se describe cómo
un jugador que aprendió el estilo español y tiene la agresividad inglesa. A los
16 años, el ‘submarino amarillo’ lo deja libre por su baja estatura y Espanyol
decide ficharlo. Dos años, convocatoria a la selección catalana y su vida
vuelve a cambiar: Levante lo firma y lo prepara para jugar en el primer equipo,
pero por cosas del destino, una lesión corta su progresión. A los 23 listos
para volver, está relegado y debe buscar otro lugar en dónde jugar. Regresa a
su país y Leyton Orient decide no incorporarlo tras hacer las pruebas. En ese
momento, surge la pregunta del millón:
¿Y
ahora qué?
Con
la ayuda de una ‘palanca’, Saunders llega al América de Cali mediante Luis
Valero, un abogado allegado al futbolista, que trabajaba en el club de la
‘mechita’ con el objetivo de sacarlo de un listado que lo vinculaba con el
narcotráfico. Hacía falta un volante de marca y George decidió afrontar ese
reto, para seguir jugando en un lugar completamente distinto a lo acostumbrado
para un europeo. En Cali supo adaptarse a la perfección pero una salida con
Diana –su novia colombiana- y las discusiones con su DT le obligaron a salir.
Fortaleza CEIF le dio la oportunidad de jugar en Primera, luego Unión Magdalena
y Patriotas confiaron sin mucho éxito en su potencial. Finalmente Envigado lo
firmó y se hizo uno de los ‘box to box’ más regulares de la liga colombiana. En
Medellín, su ciudad, la adaptación ha sido genial y él está contento, a sus 27
años, en un país que se amolda a él.
En
los años 50’, cuando la FIFA suspendió a la Liga colombiana, tres jugadores
ingleses: Neil Franklin, George Mountford y Charlie Mitten, formaron parte de
la ola de talento (que incluyó a Di Stéfano y los cracks de la huelga en
Argentina) que le dio el primer impulso al fútbol colombiano.
Por
su parte, España contribuye con Mario Martínez, un volante español al servicio
de Jaguares de Córdoba, tras pasar por equipos de bajo nivel en España, Chipre
y Azerbayan.
La próxima semana saldrá la PARTE II: Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela
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