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Vanesa Doretti (@VanesaDoretti)
Los antecedentes eran favorables para los rosarinos. Desde la polémica final de la Copa Argentina 2015 – victoria de Boca 2-0 –, habían jugado cuatro partidos, de los cuales el Canalla había ganado tres y el resultado restante terminaría en empate. Hay que añadir un detalle, el visitante (Boca) llevaba dieciocho (18) encuentros sin perder fuera de su estadio y el local (Rosario) seis (6) sin ganar en el Gigante.

¿Qué estrategia utilizó Central para derrotar al puntero del campeonato?
Leo Fernández, leyó muy bien el partido. Incluso lo anticipó en la conferencia de prensa anterior al cotejo: “La idea va a ser acortar los circuitos de Boca, evitaremos que jueguen corto; a partir de ahí, presionar lo más alto que podamos". Y eso fue lo que sucedió. Entorpeció al rival.

El Canalla comenzó con el panorama alentador. Encontró un gol tempranero a través de su capitán, Marco Ruben. Después, achicaron hacia atrás, cediéndole la pelota a Boca, y ejerció una presión asfixiante arriba, con Ruben y Zampedri, y en el mediocampo (en la parte central y sobre los laterales); para luego contragolpear.




Leo Fernández, tomó apuntes en el partido contra a Talleres y colocó un soldado para conformar el doble 5. Instaló al Colorado Gil al lado de Maxi González, cuestión que también explicó previo al enfrentamiento: "Jugará Gil porque necesitamos acortar espacios en mitad de cancha. Poner un hombre más ahí nos permitirá recuperar más rápido la pelota y tenerla un poco más”. Con estos hombres taparon a Pablo Pérez y a Nández. Boca no tuvo fluidez en el mediocampo.

En el complemento, los primeros 15’, continuó Boca dominando el balón. Sin embargo, después fue el local quien se hizo de la pelota y fue vertical. Sobre el final, el Xeneize fue a buscar el empate, debido al cansancio de Central por esa presión contante de la primera etapa. Es difícil sostenerla por un tiempo prolongado.

Finalmente, vale resaltar que Central podría haber ampliado la ventaja o Boca empatado el encuentro. Pero lo cierto es que el Canalla fue inteligente y el visitante no supo cómo revertir el planteo del rival. La idea de Leo Fernández fue bien ejecutada dentro del campo de juego. Sus jugadores supieron entender el mensaje y llevarlo a cabo de manera efectiva.

Planteo opuesto al de Montero, que en la mayoría de los partidos intentó que su equipo fuera protagonista llevando las riendas del juego, sin ser eficiente y con problemas en todas sus líneas. Sin embargo, en estos dos partidos del interinato, Rosario Central salió del pozo y ganó los dos. Se pueden discutir las formas. Depende de los gustos. Pero consiguió un orden que antes no estuvo.

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