Rodrigo Volpi (@RsVolpi)
AVELLANEDA.- Pasó el
clásico ante el mejor equipo del campeonato y la lógica se hizo presente. River
dominó a Independiente durante la mayor parte del partido y lo goleó con
autoridad. Claro, además de ser superior en el funcionamiento -como lo fue ante
casi todos los equipos del torneo, salvo Gimnasia-, hubo errores individuales
groseros desde el arranque que le facilitaron el trabajo a los de Marcelo Gallardo.
Jorge Almirón decidió
hacer 2 cambios respecto de los que arrancaron ante Quilmes. Matías Pisano fue
de entrada por Juan Martín Lucero y Sergio Ojeda hizo lo propio por Gabriel
Vallés, mientras que Néstor Breitenbruch ocupó el puesto de lateral-volante derecho.
Desde el comienzo, hubo un pánico escénico alarmante en la mayoría de los
jugadores. Es más, a los 3 segundos del encuentro, el Rojo ya había perdido la
pelota:
Independiente, a la hora
de defender, formó una clara línea de 5 y un triángulo entre Montenegro,
Bellocq y Mancuello para marcar en el medio. Pisano y Riaño, casi siempre
quedaban aislados y el equipo no lograba formar un bloque:
Sin embargo, en sólo 3
minutos, todo se derrumbó por un error grosero individual. Pisculichi tiró un
centro al área chica, la pelota picó adelante de Diego Rodríguez, sin molestías
de nadie, y se metió en el arco para poner el 1-0. Tras el gol tempranero, el
Rojo repitió una imagen en cada intento de ataque. Siempre con 6 jugadores,
usando a Villalba y Breitenbruch por los laterales. Pero Pisano y Montenegro,
encargados de romper líneas con los pases, se equivocaron casi siempre a la
hora de entregar la pelota:
Independiente tuvo dos
situaciones seguidas en el minuto 8: primero Barovero le tapó un disparo de
afuera a Montenegro y luego hizo lo propio con un cabezazo de Mancuello. A
pesar de esas jugadas aisladas, River seguía siendo superior. Y pudo ampliar el
resultado con otro error grosero de Rodríguez, que quiso gambetear a Mora y le
regaló la pelota. Pero en el minuto 37, el Millonario iba a poner el 2-0 con un
gol que, si bien fue un gran remate de Ariel Rojas, tuvo complicidad grande de
Cristian Tula y de una falta de atención en la marca de otros jugadores. Había
9 futbolistas de Independiente contra 6 de River adentro del área, pero nadie
miró hacia afuera. El central rechazó -y pifiado- al medio y Montenegro quedó
entre 2 posibles receptores. El que recibió fue Rojas y el Rolfi nunca llegó a
tapar el disparo:
Se fue el primer tiempo y
Almirón decidió hacer un cambio para el complemento. Ingresó Pizzini y salió
Ojeda, utilizando el mismo esquema del segundo tiempo ante Quilmes. Se armó una
clara línea de 4, se mantuvo el triángulo entre Bellocq, Mancuello y Montenegro
a la hora de defender, mientras que se sumó un hombre más en ataque:
Sin embargo, nada cambió.
La presión de River era insoportable y sofocante para las últimas dos líneas
del equipo, mientras que Independiente,en ninguno de los dos tiempos, mostró
algo similar. Sumado a esto, había desatenciones increíbles. En 4 minutos, casi
le hacen dos goles al equipo de Almirón desde un lateral con una falta de
concentración alarmante:
Almirón decidió poner a
Jesús Méndez como volante derecho y sacar a Montenegro. Y en la primera pelota
que tocó, en una jugada aislada, lanzó un gran centro para que Mancuello, de
cabeza, marque el descuento contra el palo derecho de Barovero. El movimiento
de Mancuello en el gol:
A partir de ese gol
sorpresivo, River, por 7 minutos, dejó de ser el dominador de un partido que
cayó en un pozo. Independiente, sin ninguna idea, comenzó a empujar y los de
Gallardo empezaron a replegarse. En ese lapso de 7 minutos, se pudo ver al
equipo local, por momentos, en su propio campo por primera vez en el encuentro:
Pero otra vez, con otro
grave error individual, Independiente le regaló el tercer gol a River y ahí
terminó el partido para el equipo visitante. Tula, con total tranquilidad, le
dio un pase amateur a Rodríguez que quedó corto y Teófilo Gutiérrez lo aprovechó.
Además, si bien Tula tuvo casi todo el porcentaje de responsabilidad, el
arquero salió confiado, como si llegara con tranquilidad, y pateó el aire. Así
se concretó el 3-1:
River, lejos de regular y
ser más pasivo en la marca con la comodidad del resultado, siguió con la
presión asfixiante. En la imagen se pueden ver cuatro jugadores del Millonario
contra dos del Rojo:
Para cerrar con una
goleada merecida, Rodrigo Mora le ganó la espaldas a Cuesta y Villalba, tras
una floja presión del mediocampo al lanzador. Tras ganar la posición y llegar a
la puerta del área, aprovechó a un adelantado Rodríguez y con una enorme
calidad, pinchó la pelota con la pierna menos hábil:
Así como remarqué hace una
semana que el planteo inicial ante Quilmes fue errado por parte del DT -claro,
para mí-, estoy seguro que el esquema utilizado desde el arranque ante River no
tuvo influencia determinante en el juego y el resultado. De hecho, yo hubiera
parado desde el minuto cero al equipo del complemento, pero no soy entrenador,
y al analizar el partido, noté que no varió en absoluto. El equipo, con ambos
esquemas, fue superado casi siempre en el partido. Es más, hasta creó más
peligro -siempre con jugadas aisladas- en la primera etapa.
Rodríguez tuvo uno de sus
peores partidos desde que debutó en Primera, Tula -apoyado por todos los
técnicos que lo tuvieron- volvió a cometer graves errores, Cuesta y Ojeda nunca
hicieron pie, Breitenbruch hizo lo que pudo en su carril y Villalba entregó mal
casi todas las pelotas que tocó. Bellocq volvió a tener un flojo partido por
quinta vez consecutiva -errores de marca y de entrega-, Montenegro no pesó,
Pisano tampoco -todo lo opuesto a lo hecho con Quilmes- y Riaño estuvo siempre
solo en ataque. El único que, sin brillar, se salvó fue Mancuello. Ni siquiera
Pizzini pudo hacer diferencia por su sector. Hubo tantos errores individuales y
rendimientos tan bajos, que reducir una goleada a la discusión de un solo
cambio -el equipo fue claramente superado con ambos planteos- sería ingenuo.
Ahora se viene un nuevo compromiso de local ante Rosario Central y el plantel,
junto al entrenador, tendrán la tarea de recuperarse de este duro golpe.
Análisis extraído de: http://www.locoxelrojo.com/independiente/author/rodrigo-volpi/
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