Juan Felipe Mercado
Si hablamos de
contemporaneidad, el encuentro entre Santa Fe y Nacional es todo un
acontecimiento. Y no es para menos. La
espectacularidad del evento reside en la competitividad de sus protagonistas.
Cuando hablamos de Santa Fe y Nacional, hablamos de los dos equipos que más
puntos han sumado en las últimas 5 temporadas. El dato es suficiente para
no dejar indiferente a ninguno de cara al choque del próximo domingo.
Es justo traer a colación
la historia reciente entre ambos equipos. Los protagonistas, en su mayoría,
siguen siendo los mismos. Desde que es entrenador de Nacional, Juan Carlos
Osorio ha enfrentado 10 veces a Santa Fe. Empató en 5 oportunidades, ganó 4 y
perdió tan sólo una vez. La cifra es más sorprendente si se toma en cuenta el
contexto de sus victorias: 2 de ellas en cuadrangulares, 1 de ellas en
semifinales y 1 de ellas, nada más y nada menos, en la mismísima gran final. La
supremacía verdolaga es contundente. En efecto, Juan Carlos Osorio puede
jactarse de tener la fórmula para reducir a Santa Fe.
Nacional
se ha convertido en el verdugo de Santa Fe
La superioridad que ha
impuesto Osorio se la debe a sus jugadores de banda. Daniel Bocanegra, Juan David Valencia, Farid Díaz, Wilder Guisao,
Orlando Berrío, entre otros, son los culpables de las angustias cardenales. Sus
desbordes son más fáciles cuando enfrentan a los laterales de Santa Fe, que
poco saben de encerrar rivales en las bandas. Este escenario apresura lo
peor de Francisco Meza como central: achicar espacios una vez sus laterales han
sido superados. Jefferson Duque siempre aprovechó el caos resultante ubicándose
entre los centrales. La buena noticia para Santa Fe es que esta vez no estará
Duque para cobrar aquellos descuidos. La mala noticia es que aquel brillante
jugador de banda que usaba a su favor, esta vez será usado en su contra, puesto
que defenderá los colores opuestos. Hablamos de Jonathan Copete.
Pero esta vez Nacional
llega adolecido. Sin Macnelly Torres ni
Stefan Medina, Nacional ha mostrado su lado mortal. El equipo de Osorio también
padece. La salida del balón es su gran deficiencia. En este contexto, la
presión alta pero ocasional de Jefferson Cuero y Omar Pérez puede ser
definitiva, sobre todo la de éste último. Pérez presiona de tal manera que
obliga al portador del balón a recibir de espaldas. Es entonces cuando el
argentino corre para interceptar el obligado pase hacia atrás. Nacional tendrá
que encomendarse a las recepciones lejos de Pérez. Los laterales serán
fundamentales para salir desde atrás. O bien, la recepción a baja altura y
posterior giro de Sherman Cárdenas sería otra solución, de no ser porque los largos
recorridos lo perjudican.
Es
la oportunidad de Santa Fe para revertir la supremacía de Nacional
Por
el lado de Santa Fe, sus repliegues han sido los mejores respecto a versiones
inmediatamente anteriores. Los afamados desbordes en contra ahora son poco
probables. Lo son menos cuando forma con 4 en el fondo.
El ataque también es muy distinto al que Nacional solía conocer. El saque largo
de Camilo Vargas se ha convertido en la prueba de fuego para las defensas
rivales cada fin de semana. Sumado a esto, la velocidad de las transiciones de
defensa a ataque que efectúan Medina, Morelo y Cuero han sabido despojar de su
trono a Nacional, antiguo experto en la materia.
Juan
Carlos Osorio querrá seguir demostrando que el profundo conocimiento del
plantel, más que el plantel mismo, es el pilar de los entrenadores que hacen
historia. Por su parte, Santa Fe querrá superar de una buena vez al equipo que
se ha convertido en el rival directo de sus aspiraciones.
Por donde quiera que se mire, el choque entre Santa Fe y Nacional será una cita
con la historia.
Extraído de http://eldoradomagazine.com.co/2014/10/04/una-cita-con-la-historia/
Publicar un comentario