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Diego Sancho (@SanchoDiegoo)

El problema que viene haciendo trabas al desarrollo del fútbol sudamericano vuelve de nuevo, como en cada fecha FIFA. De nuevo, los mejores clubes del continente juegan partidos clave sin piezas comprometidas por los seleccionadores nacionales. En esta ocasión haremos énfasis en las bajas de River Plate de cara a su duelo ante Estudiantes de La Plata, quienes buscaban vengarse de la reciente eliminación por Copa Sudamericana.

La línea de 3 de River

Plantando un 3-4-1-2 contra un 4-4-2. Los platenses aprovecharon la amplitud que ofrece su dibujo táctico para que los locales tengan dificultades para cubrir determinados sectores, no era un cotejo para salir con línea de 3 defensores centrales . Hay más de un ejemplo para demostrarlo, el primero es el gol en contra: Cerutti hace una corrida inteligente por su banda de casi dos tercios del gramado para forzar un grave error de Barovero.


Las contras no podían ser fácilmente neutralizadas sin los carrileros que apoyan a los tres del fondo. Había una descompensación cuando los visitantes se abalanzaban hasta con cinco hombres a la portería del campeón argentino.


Sin Carlos Sánchez ni Teo Gutiérrez, la gestación no fue la misma que sostuvo un largo invicto desde la llegada de Gallardo. No estaba la visión del uruguayo llamado por Washington Tavares; tampoco Teo bajando para sugerir triangulaciones, el cafetero se estaba incorporando a su combinado nacional. Esto, aunado al estratégico posicionamiento de los volantes contrarios con línea de cuatro, le resto profundidad a un River sin muchas ideas.


Un técnico profesional es capaz de darse cuenta de los errores de sus jugadores; uno sobresaliente es el que encuentra soluciones al momento, este es el caso del “muñeco”. Los circuitos de toque rápido llegaron, mostrando la mejor faceta de los millonarios en el compromiso.


Sin embargo no se logró materializar nada en el marcador y el Monumental empezó a presionar a los suyos para meterse en los papeles. Los de la franja roja empezaron a mostrar síntomas desorden exagerando la llegada con centros al área y excesivos tiros de esquina que no cambiaron la historia. Los “pinchas” se conformaban con que no se jugase cerca de los palos de Navarro, esperaban la oportunidad para dar el golpe final.

Otra vez se echó de menos a Sánchez en la zona de creación y Estudiantes conservó su disciplina para no ceder espacios ante el desborde de sus oponentes. Nadie había planteado con tanto tino una defensa en el estadio bonaerense en el semestre.


Con más ganas que orden, los de Gallardo buscaban defender su imbatibilidad por liga y empezaron a adelantar desmesuradamente las líneas. La oncena quedó picada y los de Pellegrino aprovecharon el desorden para armar el ansiado contragolpe. Pudieron concretar el segundo en tres chances, pero no se dio. Carrillo supo pensar y pasar en fracciones de segundo haciendo que sus compañeros tengan total meritocracia para llevarse un trío de puntos de una difícil plaza.



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