Jackson
Martínez tuvo escasamente 39% de efectividad en los pases. Casi siempre
aparecía solo en ataque cuando el Porto defendía y rodeado de dos o tres
jugadores del Athletic. En esos casos, el colombiano perdía la esférica. Pero a
pesar de eso marcó, erró un penal y par de ocasiones claras de gol extras.
Remató seis
veces, más que ningún otro jugador en todo el partido, pero ¿cómo hace para
conseguir el desmarque?
El colombiano
hace movimientos en diagonal constantemente –esté o no en el área –y eso
permite abrir espacios. En el partido arrastraba la marca de Laporte y
Gurpegui, dejando con libertad del uno contra uno en la banda a Brahimi y Tello
que caían constantemente por las bandas ganándole por velocidad a Balenziaga e
Iraola, permitiendo la proyección hasta la raya final y el centro posterior.
Jackson en el
área lanza diagonales al primer poste, cayendo entre medio de los centrales y
logrando conseguir el desmarque para rematar de primera. Le dieron dos balones
así en todo el partido. Uno fue gol.
Martínez jugó
un partido discreto, pero cuando apareció en el área creo peligro –y mucho –cumpliendo
el rol de centro delantero a la perfección. Dos ocasiones dentro del área, un
gol.
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