Diego Sancho (@SanchoDiegoo)
La posición
del enganche como la veníamos conociendo ha quedado como vieja usanza. Ese
hombre a espaldas del delantero que gestionaba las transiciones no mantiene esa
ubicación como antes, porque para marcarle es sencillo. Ahora se hacen labores
de enganche, pero no es una posición fija. Se añora aquel descontinuado jugador
“10” pero este no ha desaparecido, más bien ha evolucionado. Dejó su estática espera por el balón;
aprendió a moverse.
Dos presentaciones
Dependiendo
del comportamiento ofensivo de cada conjunto, el equivalente al “10” varía en
sus tareas. Esta el falso enganche, un volante que durante la profundización se
mueve hacia adentro cuando ataca el espacio y consigue el pase final cerca de
la medialuna.
Otro
ejemplo frecuente es un extremo con licencias para aparecer por todo el frente
de ataque, un perfil más de equipo que hace daño por las bandas. En ambos casos
es lo más parecido a un segundo punta.
Libertad para quien la merece
Conseguir
un miembro que actúe bajo estos patrones es difícil y arriesgado. Para darle
rienda suelta a uno de estos tipos hay que cerciorarse de que en su arsenal de
recursos haya técnica individual, elocuente posicionamiento y visión de juego
asociado. Incluso en los grandes clubes de Europa, el sudamericano es el común
denominador. Casos como Alexis Sánchez, Erick Lamela, Willian y James Rodríguez
son sus mejores versiones.
Los dos
primeros están más escorados, dado a que en sus clubes cuentan con un interior
-Özil y Eriksen. En sus equipos tienen libertad para desenvolverse en el
contexto que mejor les favorezca. Son hábiles escapistas del 1 a 1, retroceden
para drenar la salida y son el mejor socio del ariete. Y cumplen su rol
perfectamente.
James y
Willian, pese a que sus movimientos disten de afinidad, sus técnicos le asignan
labores parecidas. Este nuevo tipo enganche empieza la jugada en otro sector con la
intención de arribar al centro del último tercio de la cancha. William es más
rápido y arma contras con su desplazamiento de derecha a izquierda. James busca
la sorpresa sin conducción para ello sus compañeros deben circular el balón de
manera que el colombiano pase desapercibido.
Cracks arrinconados
Existen
varias formas de plantear una filosofía ofensiva y no siempre el jugador
distinto desposee ataduras fijadas desde el banquillo. Incluso Messi tiene
responsabilidades posicionales dado a que forma parte de un tridente junto a
Suárez y Neymar, y –teóricamente- no los puede opacar siempre.
Lo que sí podemos
concluir es que cada vez que se recurre a un futbolista de estas
características, el mejor exponente debe estar dotado de talento natural para
desenvolverse según su criterio. Puede hacer lo que crean prudente. Y en los grandes equipos, ese futbolista es sudamericano.
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