En
medio de fríos vientos que soplaban desde el Río de la Plata se llevó a cabo
ayer el partido de ida por los Octavos de final de la Copa Sudamericana en
dónde River Plate recibió al conjunto ecuatoriano de la Liga de Quito. Con
goles de Lucas Alario y el uruguayo Rodrigo Mora el cuadro millonario se impuso
2-0 ante un rival que se vio afectado por la expulsión de su defensa central
Luis Romero y que a lo largo del compromiso hizo poco y nada. El marcador ni
siquiera fue el reflejo de lo que fue el encuentro en cuanto al dominio
individual y colectivo del equipo argentino que dirige Marcelo Gallardo, a
continuación un breve análisis al respecto.
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Diario Olé |
Por
el lado de River se mantuvo el esquema táctico 4-3-3 usado comúnmente por
Gallardo, afianzando al colombiano Éder Álvarez Balanta como dupla en defensa
junto con Jonathan Maidana, al recientemente incorporado Milton Casco como
reemplazante natural del lesionado Leonel Vangioni, sorprendiendo con la vuelta
de Leonardo Pisculichi, confirmando a Alario como socio en ataque de Mora y
finalmente probando con Nicolás Bertolo en la posición que venía utilizando
Gonzalo Martínez. Todo esto con la idea de generar fútbol vertiginoso en
diagonales con gran posesión de balón en la mitad de cancha.
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Mateo Cerezo S |
Por
el lado de la Liga en cambio, el profesor Luis Zubeldía sorprendería a todos al
disponer de cuatro juveniles en cancha y un esquema táctico atípico, ubicando al líbero juvenil Luis Cangá
como volante de marca en compañía de Fernando Hidalgo y Jefferson Intriago y
dejando tanto a José Cevallos, Diego
Morales y Jonathan Álvez casi a su suerte en aislados sectores de la cancha
frente a superioridad numérica del equipo riverplatense en toda zona donde recibían
el balón. Existen algunos que señalan que fue la visita previa de Edgardo
Bauza, director técnico de San Lorenzo de Almagro y ex Liga de Quito, uno de
los factores por los que Zubeldía optó por aquel mediocampo.
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Liga Deportiva Universitaria de Quito |
En
los primeros minutos de juego nada más ya se podía apreciar la solidez táctica
River que tanto en ataque como en defensa mantenía su 4-3-3 en bloque, mientras
que la Liga atacaba con un 3-4-3 muy desordenado y defendía con una especie de
4-5-1 marcando en zona y perdiendo prácticamente todas las pelotas en juego aéreo.
Para
el minuto 12 se apreciaba al cuadro ecuatoriano jugando a los pelotazos
mientras que River armaba con paciencia desde atrás y generaba mucho peligro
por la banda izquierda y en las pelotas paradas que ejecutaba un especialista
como lo es Pisculichi.
A
lo largo de todo el compromiso se pudo apreciar una particularidad en el juego
de River, y esta fue que cuando al equipo no le resultan dos o tres diagonales
por el centro, casi predeterminadamente recurre al juego aéreo desde las
bandas, generalmente por derecha con Carlos Sánchez.
En
medio de gran control del mediocampo por parte del equipo millonario y de
muchos espacios cedidos por la Liga llegaría al minuto 26 la primera anotación
del encuentro en donde una jugada colectiva por el sector derecho deriva en una
pared dentro del área para que Alario con mucha calidad defina a la ratonera,
mano derecha de Alexander Domínguez. El bloque defensivo del equipo
universitario se encontraba totalmente desubicado.
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Diario Olé |
Muchas
veces un gol cambia la dirección del juego en un partido, sin embargo en esta
ocasión el gol pasó casi desapercibido debido al amplio manejo de River Plate,
lo cual derivó en un partido chato los últimos minutos del primer tiempo, jugándose
completamente en cancha del equipo visitante.
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Mateo Cerezo |
Iniciado
el segundo tiempo se notaban facilidades para que River ingrese tocando al área
rival y era cuestión de afinar la puntería para que se amplíe la diferencia.
Se
apreció a lo largo del partido a Matías Kranevitter como el motor de River,
recibiendo siempre libre en el medio, armando juego por las bandas, asociándose
de excelente manera con Pisculichi y penetrando a la defensa de Liga con
diagonales por el medio.
A los 14 minutos de la segunda mitad se seguía
apreciando poco y nada del cuadro visitante y a un River mucho más impreciso y
lento en su accionar, por lo que “el muñeco” decide sacar a Bertolo de
deficiente actuación por el “Pity” Martínez para darle más vertiginosidad a la
banda izquierda.
Una
de las deficiencias de este River, ganador de casi todo, es la velocidad
aplicada en su contra, lo vimos ya frente a Boca, sin embargo la realidad es
que la Liga no es precisamente un equipo rápido con la pelota y menos en un
contragolpe por lo que se vio ampliamente favorecido, y las estadísticas nos
confirman lo dicho 19 tiros al arco del cuadro local frente a tan solo 5 del
equipo visitante.
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Mateo Cerezo |
A
los 21 minutos de la segunda mitad la Liga se iba a quedar con un hombre menos
cuando el stopper por izquierda Luis Romero detendría con el codo lo que
parecía ser un peligroso avance de River, estando ya amonestado. Sin embargo lo
que sorprendía al respecto no era precisamente la expulsión sino lo que planteó
el estratega de Liga a partir de la expulsión. Al momento de la expulsión
estaba por ingresar Juan Cavallaro en lugar de Morales, cambio para refrescar
una posición nada más, y en ningún momento se frenó el cambio, más bien se
retrasó a Cangá a la posición de Romero, a Cevallos a la posición de Cangá (en
teoría, en realidad Cevallos se mantuvo abierto y generó otro hueco más en el
medio) y como en el inicio Cavallaro y Álvez arriba solos contra el mundo, ¿la
intención de Zubeldía? Aguantar el 1-0, ¿la realidad? Mayor desorden y la
llegada del 2-0.
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Mateo Cerezo |
Junto
con Cavallaro ingresó Camilo Mayada en lugar de Gabriel Mercado por el lado de
River, refrescando ahora la banda derecha, más adelante ingresaría también otro
uruguayo más, Tabaré Viudez en lugar de Pisculichi por cuestiones físicas, ¿la
intención de Gallardo? Refrescar la banda derecha (Martínez), la banda
izquierda (Mayada) y el medio (Viudez), estoy seguro que si la FIFA lo permitiese hubiese realizado el cuarto
cambio para refrescar el frente de ataque y de paso le daba unos minutos al
“conejo” Javier Saviola, ¿el resultado a todo esto? Contínua movilidad de la
pelota, relevos y la llegada del segundo tanto.
Llegaría
al minuto 76 un excelente despliegue de Viudez por la banda derecha para luego
meter un centro donde duerme la zaga de la Liga (específicamente Pervis
Estupiñán en la marca) y el uruguayo Mora conecta un cabezazo al piso, como
dicen los manuales, para ampliar la ventaja y viajar más tranquilos hacia Quito.
Los
últimos minutos no tendrían mayor incidencia salvo que Liga se defendía con lo
que podía con un hombre menos frente a un River que, de no ser por la
imprecisión y Domínguez, pudo haber convertido más. Previo a los tres minutos
adicionales ingresó para el visitante Luis Congo en lugar del uruguayo Álvez,
en un cambio a mi entender sin sentido.
Expresaron
tranquilidad ambos estrategas al final del encuentro entendiendo que la llave
no está cerrada aún, más allá de la superioridad futbolística de River mostrada
en el primer partido, el verdadero desenlace miércoles 30 en Quito.
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