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Víctor Grao (@VictorGrao)


La selección venezolana de fútbol jugó su décimo segundo partido en la era de Noel Sanvicente contra su similar de Honduras. Poco dejó reflejado en cancha. Dos tiempos totalmente distintos para una Venezuela que sigue dejando deudas en el terreno de juego y que, de cierta manera, los resultados comienzan a pesar, más aún cuando se cae goleado 0-3 en casa.

A pesar de ello, trataremos de ser optimistas. Tomarlo como un bache en un proceso, que eventualmente se tendrá.

Venezuela tuvo ciertos aspectos rescatables: los movimientos en los tiros de esquina, la estabilidad de Seijas en el medio sector y los toques de primera en el sector ofensivo.

Nos enfocaremos en este último punto. A pesar de no haber logrado una plenitud en los pases, siendo muchos de ellos inexactos, la movilidad de Ronald, Salomón, Josef y Alejandro dio la mayor cantidad de jugadas peligrosas en el compromiso: un penal y un mano a mano para Salomón.
Para no ahondar más, mejor que sea visto con ojos propios:



Venezuela tiene que mejorar en la recepción y los toques en espacios cortos, pero el dinamismo que otorga es positivo. Hay que evaluar también si es un esquema favorable a los jugadores que entran desde el banquillo, llámese Mario Rondón, Miku Fedor, Maestrico, Jeffrén o Christian Santos.

Se espera la segunda prueba del experimento, contra Panamá…

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