Según White en el 2009, la
zona de confort es un estado de comportamiento en el cual la persona opera en
una condición de "ansiedad neutral", utilizando una serie de
comportamientos para conseguir un nivel constante de rendimiento sin sentido
del riesgo.
Cada futbolista tiene su
posición referencial, ese espacio de la cancha donde debe moverse, pero sin ser
una constante fija, es decir, puede generar variantes. Según estudios, un
jugador no pasa con el balón en los pies más de 4 minutos por partido, es por
ello que esta movilidad es imprescindible. Un futbolista que entiende esto
a la perfección es Robert Garcés, mediocampista del Caracas FC.
Luego de que el carabobeño
estuviese cedido en Carabobo, volvió al mediocampo del Caracas para quedarse.
Más allá de lo que se ve a simple vista, Garcés genera un fútbol ofensivo, de
movilidad y de cierre excelso, para un conjunto “rojo” amilanado por las bajas.
Movilidad y el Box-to-box
A diferencia de algunos
contenciones que prefieren mantenerse en su zona de confort (llámese zona de
confort el círculo central y la distribución de balones en salida), Garcés
implementa un rol diferente: Proyecta al ataque generando un desequilibrio,
haciendo un movimiento en vertical y logrando superioridad numérica.
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