Víctor Grao (@VictorGrao)
Una tijera es una palanca.
Una máquina simple que se mueve depende de la fuerza ejercida de uno u ambos
lados de la misma. Se tiene en una parte los anillos para los dedos y del otro
el filo para cortar. En el medio, para poder ejercer el movimiento, se tiene un
tornillo.
A dicho tornillo, según
definiciones se le puede llamar pivote. Tal como se puede nombrar a Federico
Vismara en Huracán: El pivote, el tornillo que mueve a un Globo.
El “5” le da el
equilibrio, el timing y la base a un equipo donde los aplausos finales se los
lleva el del filo para cortar: Wanchope Ábila. ¿Pero cómo ser ese tornillo que
balancea al equipo Eduardo Domínguez?
Federico Vismara comprende
su posición: salida, corte y basculaciones. Pero además, otorga un plus: el
ofensivo. A pesar de ser el jugador que queda en los ataques, cuando pasa a
zona de ataque, marca la diferencia, cubre un espacio de creación.
Además, ejerce de apoyo
para impedir la superioridad numérica en sectores de la cancha. Cubre a su
marca sin salirse de su zona de recuperación. Logra igualdad, sumado a
recuperación del esférico.
Vismara cumple un rol imprescindible en Huracán, sin el no habría Globo o en otras palabras, sin tornillo no hubiese tijera.
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