Juan Manuel Navarrete (@JM_Navarrete)
Pumas
ha afianzado en está temporada su sistema defensivo, prueba de ello son los 13
goles que ha recibido en once partidos, los cuales lo colocan como la segunda
mejor defensiva del torneo por detrás de Tigres.
Y es
precisamente ante el equipo regiomontano con quien demostró lo bien que actúa
sin balón y en defensa posicional, producto de una continuidad en la idea de
juego, así como de la lectura de Memo Vázquez.
Pumas
derrotó 1-0 a la UANL en Ciudad Universitaria, pero para llegar a ese resultado
el proceso fue complicado, pero una vez resuelto, los auriazules pudieron
ejecutar el estilo de juego que tantos goles les ha dado: contraataque.
Los
felinos comenzaron presionando muy arriba a los Tigres. Matías Britos y Eduardo
Herrera iban con los centrales a taparles la salida; sin embargo, Guido
Pizarro, el mediocentro de los Tigres, comenzó a tener recepciones a sus
espaldas y con ello sacó a su equipo sin problemas.
Una
vez que Pumas se dio cuenta de esto, Matías Britos lo tomó en marca personal
dejando a Eduardo Herrera en un escalón más adelantado para orientar la salida
de los centrales.
Asimismo,
Alejandro Castro y Javier Cortés emparejaron con Rafael Sobis –que en la salida
de balón se sitúa como un interior derecho- y Jesús Dueñas.
Con
esto, los de Memo Vázquez tuvieron control sobre el mediocampo y lograron
cortar las asociaciones del rival, el cual cabe mencionar es el equipo con mayor
cantidad de pases acertados con 82 por ciento de efectividad.
Sin
embargo, el equipo del Tuca Ferreti
contestó de la siguiente manera: Pizarro, en lugar de mantener su posición de
mediocentro, abandonó esa zona y comenzó a meterse entre los centrales para
sacar el balón y generar superioridad numérica contra los dos delanteros de los
Pumas (3vs.2), haciendo de esta manera una salida Lavolpiana.
Con
esto, Tigres logró batir las primeras líneas de presión contrarias y de nuevo
jugó en campo contrario.
Pero
esto duró poco, ya que hubo respuesta del banquillo local. Y es que Pumas
activó el 4-1-4-1 en repliegue que ha venido mostrando durante el torneo, el
cual emplea cuando le generan superioridades en la salida.
Bajo
esta premisa, Britos dejó de ser el segundo delantero y se convirtió en
interior izquierdo formando un triángulo central compuesto por Alenadro Castro
como mediocentro y Javier Cortés como interior derecho.
Además,
Eduardo Herrera bajó la presión y se situó a la altura de Guido Pizarro; Cortés
y Britos tomaban a Dueñas y Sobis; y Castro sobraba para generar superioridad
numérica (4vs.3) y servir de apoyo para robar el balón.
Con
este repliegue, Pumas tuvo dominio territorial del centro del campo, cortó los
circuitos de Tigres y comenzó a tener robos en buenas zonas para lanzar
contragolpes, mismos que se vieron reflejados sobre el primer tiempo y en la
parte inicial del segundo antes de las expulsiones de Rafael Sobis y Joffre
Guerrón.
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