Pablo Vitelli (@VitelliPablo)
La selección Argentina tiene nuevo
director técnico: Edgardo Bauza, quien dirigirá su último partido al frente de
San Pablo y se hará cargo del conjunto nacional. Posteriormente habrá una
conferencia de prensa por la tarde para realizar su presentación oficial.
Tiene 58 años y es oriundo de Granadero
Baigorria, Santa Fé. Rosarino, hincha de Rosario Central, donde tuvo tres
ciclos como jugador y uno como técnico.
Como futbolista triunfó en su amado
club, en el que salió campeón en dos oportunidades y donde convirtió muchos
goles a pesar de ser defensor. A Newell’s, el clásico rival, le hizo nueve
tantos. En su carrera anotó 108 goles y en 1999, fue distinguido por la FIFA como
uno de los máximos goleadores de la historia en su puesto. Actualmente sólo lo
superan Ronald Koeman, Daniel Passarella y Fernando Hierro.
En la selección estuvo preseleccionado
por Cesar Luis Menotti para jugar el Mundial de España 1982, pero finalmente no
fue parte de la lista. La segunda oportunidad apareció con Carlos Salvador
Bilardo, quien lo incluyó en la nómina para la Copa del Mundo de Italia 1990. A
pesar de no haber jugado ni un minuto en aquel certamen, para “Patón” significó
mucho ser parte de ese plantel.
Como director técnico arrancó en
Central, donde fue subcampeón en la Copa Conmebol 1998 y en el Apertura 1999.
Años después, dirigió a Vélez (2001-2002), Sporting Cristal de Perú (salió 2º
en la Liga Peruana en 2004) y Colón (2002-2003 y 2005-2006).
Si hay un país que le cambió la vida a
“Patón”, no hay dudas que es Ecuador. En 2006 arribó a Quito para hacerse cargo
de la Liga Universitaria. En 2007 conquistó la Serie A ecuatoriana y al año
siguiente, revolucionó el país al salir campeón de la Copa Libertadores 2008,
con figuras como Guerrón, Bieler, Bolaños, Manso y Cevallos. A fin de año, la
derrota 1-0 ante el Manchester United en la final del mundo cerró su primer ciclo.
En 2010, tras dirigir en Asia durante
el 2009, volvió a la Liga y obtuvo dos campeonatos más: Serie A 2010 y Recopa
Sudamericana 2010. Mientras que en ese mismo año y en 2011, fue subcampeón de
la Suruga Bank y de la Copa Sudamericana, respectivamente. En 2013, dijo adiós
al club que lo despidió como a un héroe.
En 2014, logró el éxito en su país como
técnico. En enero arribó a Buenos Aires para dirigir a San Lorenzo, y en su
primer día los hinchas le dejaron un mensaje: “Patón, hay que ganar la copa”. Y
vaya si quedó grabado ese mensaje… Ocho meses tardó el Patón en darle al Ciclón
la copa que le faltaba. Bauza le transmitió su lema al plantel y el equipo lo
captó. Era equilibrado y ordenado.
Torrico era el arquero, en la defensa
alternaron Valdés, Gentiletti, Kannemann y Cetto, los laterales Buffarini y Mas
pasaban al ataque y llegaban a tirar centros al área, en el medio Mercier y
Ortigoza irremplazables, y por las bandas un Piatti que estaba en su mejor
momento y Villalba, a quien Bauza reinventó ubicándolo de “8” y en esa posición
se vio la mejor versión de “Tito”. Arriba, Matos y el joven y hábil Correa.
En diciembre de 2014, debió enfrentar
al Real Madrid en la final del Mundial de Clubes, en la que perdió 2 a 0.
Además, Bauza en San Lorenzo fue subcampeón de la Recopa Sudamericana 2015 y
del Torneo de Primera División 2015. A fin de año, “Patón” fue ovacionado en su
despedida.
En 2016 con San Pablo, llegó hasta
semifinales en la Libertadores y se convirtió en el primer entrenador en llegar
a esa instancia con cuatro equipos diferentes (Central, Liga, San Lorenzo y San
Pablo).
Así fue como Bauza llegó a ser el nuevo
técnico de Argentina. Su experiencia, trayectoria, idea, palmarés y su
actualidad lo avalan. Ni ofensivo ni defensivo, el equilibrio es una de las
claves de sus éxitos. No tendrá mucho tiempo para trabajar, en sólo dos años
comenzará el Mundial de Rusia y el primer objetivo será clasificar al
seleccionado. El viaje a Barcelona para reunirse con Lionel Messi y Javier
Mascherano, y la lista de convocados para los compromisos ante Uruguay y
Venezuela, son las primeras tareas que realizará en estos días.
Será un mes muy dinámico con objetivos
a corto plazo, pero con vistas al horizonte soñando con darle la alegría máxima
a su país. Como diría Patón: “Las cosas que queremos, para que se den, primero
tenemos que soñarlas”.
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