Por: Diego Baquero (@Diegobaco23)
El
pasado 22 de julio, se anunció el retorno de Gustavo Costas a Independiente
Santa Fe. “Un idilio de fe” inundó a la hinchada cardenal y el entrenador argentino parecía ser
el indicado para enderezar un barco en estado de emergencia y camino a hundirse
desde el 19 de marzo pasado.
Debutó
el 28 de julio y un mes después, tras haber jugado el 3 de septiembre frente a
La Equidad, se concluye el primer mes de la segunda etapa de Costas al frente
del equipo. Durante estos 37 días, el equipo:
- Jugó 11 partidos; 5 por Liga (1G, 2E, 2P), 3 por Copa Águila (2G, 1P), 2 por Recopa (1E, 1P) y 1 por Suruga (1G). En total, solo registra 4 victorias contra Cortulua, Quindío, Kashima Antlers y Equidad.
- En condición de local disputó seis con un saldo de dos victorias, tres empates y una derrota registrando una efectividad del 50%.
- En condición de visitante disputó cinco encuentros con un saldo de dos triunfos y dos caídas, teniendo una efectividad del 40%.
Respecto al registro goleador, el equipo bajo la conducción de Costas:
- Ha marcado 10 goles y recibido 10.
- Marcó al menos un gol en nueve de los 11 partidos (82%) pero solo en uno de ellos hizo más de una anotación.
- Mantuvo su arco en cero en solo cuatro de los 11 partidos jugados, es decir que recibió al menos un gol en el 64% de los partidos que disputó.
- De los goles a favor no se registra ninguno durante los primeros tiempos y el 50% se marcaron en los últimos 15 minutos de los partidos.
De
las dos finales que disputó, Santa Fe ganó el primer título intercontinental
para un equipo colombiano venciendo al Kashima Antlers por 0-1 por la Suruga
Bank pero se quedó ad portas de su segundo título continental luego de caer
frente a River Plate con un resultado de 1-2 global en la Recopa. En el plano
local, alcanzó los cuartos de final de la Copa Águila tras una dramática
definición desde el punto penal frente al Deportes Quindío y cuenta con una
ventaja de un gol en la serie de Cuartos de Final en donde se enfrenta a
Equidad. En la Liga se encuentra en la 10ma posición luego de nueve fechas (una
aplazada), incluidas dos derrotas frente al eterno rival, Millonarios, una de
ellas bajo la conducción del estratega argentino. Por último, la participación
desde los Octavos de Final en la Copa Sudamericana no ha comenzado ya que está
proyectada para mediados del mes de Septiembre.
A
favor, el entrenador cuenta con que, en los 37 días en que ha estado en el
cargo, ha jugado un partido cada 3,36 días limitando al máximo el tiempo
disponible de trabajar con el grupo. Además el plantel ha recorrido más de
40.000kms y entre vuelos, tiempos de espera en conexiones y trasbordos ha
‘perdido’ más de 80 horas. No obstante, el punto más a importante es que no
fueron ni él ni su cuerpo técnico los encargados de confeccionar la nómina y
realizar la pretemporada.
Sin
embargo, más allá de los registros numéricos (que muchas veces no reflejan la
realidad como sucedía por ejemplo con Alexis García quien abandonó el club con
una efectividad casi del 60%) y de las situaciones adversas con las que Costas
aceptó el cargo de entrenador, el funcionamiento del equipo desde su llegada ha
brillado por su ausencia. Y es que la principal tarea de un director técnico es
definir a qué y cómo van a jugar sus equipos: una vez lo definan y lo lleven a
cabo de buena manera, podríamos estar afirmando que su equipo juega bien. No
bonito, feo o aburrido: bien. Porque jugar bien al futbol es saber a qué juegas
y hoy Santa Fe no lo sabe.
En
la primera etapa de Costas aquello era claro, sin embargo, en esta segunda no
se ha visibilizado cuales son y cómo se van a alcanzar esas intenciones y mucho
menos se ha visto jugar bien a su equipo. Uno de los primeros inconvenientes es
la infinidad de sistemas tácticos que ha utilizado en busca del ideal. En su
debut, (mandando un mensaje a la tribuna de que él no es defensivo como su
antecesor como si eso en el fútbol fuera malo) intentó con un 4-1-3-2
totalmente desbalanceado que no duro más de 45 minutos con un solo volante
central, tres volantes creadores y dos delanteros. En su segundo partido frente
a Cortulua, tal vez el mejor en lo que lleva dirigiendo, jugó con un 4-2-3-1,
con dos delanteros abiertos (Salazar y Plata), un delantero centro (Falcón) y
un enganche detrás de él (Kevin Salazar).
Después,
en Japón, utilizó un 4-4-2 y en la serie vs River, en la ida, intentó el
4-3-1-2 con Gómez como segunda punta y Omar Pérez como enlace. En la vuelta un
4-4-1-1 con Gómez como volante por izquierda, Pérez como enlace y un solo
punta. Finalmente, tras darse cuenta que lo realizado hasta ahora no llenaba
sus expectativas pateó el tablero: línea de tres en defensa, dos volantes
laterales, dos volantes centrales, doble enganche y un delantero. Al parecer,
ese será el nuevo esquema táctico: veremos si resulta.
Otro
tema importante a tener en cuenta es el de la concentración de los jugadores.
Síntoma de esto han sido los cuatro penaltis que se han cometido por parte de
la defensa cardenal (dos de ellos desperdiciados por Kashima y Huila, los otros
dos convertidos por parte de Medellín y Millonarios) y el hecho de que cinco de
los 10 goles recibidos fueron convertidos o en los últimos cinco minutos del
partido, o en los primeros cinco de cada tiempo; es decir, recién salen del
vestuario.
La
lectura y manejo que le ha dado a la escogencia del 11 inicial y a los cambios
durante los partidos no parece ser la ideal. En primer lugar, la aparición de
algunos ‘históricos’ en las nominas parece estar sustentada precisamente en la
historia e idolatría de ellos en el club y no a su presente. Un enamorado de
los códigos como Costas se encuentra frente a una contradicción: ¿seguir con
los códigos o poner a los mejores? De a
poco, parece que se va decidiendo por lo segundo.
Otro aspecto a revisar es que se registra que durante los 11
partidos jugados, en cuatro de ellos, Costas hizo cinco sustituciones en el
entretiempo. ¿Muestra esto una mala selección del onceno titular como para
tener que cambiarlo tan pronto? Respecto a las respuestas que se esperan desde
el banco, acordes a como se desarrolle el partido, también se han presentado
ciertas incongruencias. Ejemplo de lo anterior son los casos de Christian
Borja, Joao Rodríguez y Leonardo Pico en la serie que definía la Recopa
Suramericana, torneo inédito para Santa Fe.
Borja
con tan solo tres entrenamientos bajo la batuta de Costas (y ningún minuto
jugado debido a su participación en los Olímpicos de Rio), fue titular como
volante izquierdo (no lateral) en el partido de ida de la Recopa (¿era el
partido para probarlo?) pero tan solo 60 minutos después, Costas cambió el
esquema con la entrada de Joao Rodríguez quien, interesado en hacer una
pasantía en el club cardenal para volver a Europa, hasta ese momento, sólo
había jugado 90 minutos muy discretos frente al Atlético Huila y, como era de
esperarse, su aporte en el partido contra River fue nulo. Por su parte, Pico,
quien desde la llegada de Costas, sólo sumaba 180 minutos, fue parte del equipo
que salió en busca de la gloria en el Monumental de River. ¿Eran los jugadores
indicados para jugar en una de las series más importantes de la historia de
Independiente Santa Fe? Más allá de si jugaron bien o no, y evitando caer en el
lugar común del periódico del lunes, parece
ser esto una muestra de que quien supo sacar a Santa Fe campeón en el 2014 no
ha podido encontrar el equipo.
Las
últimas dudas quedaron sembradas en el clásico jugado frente a Millonarios
cuando sustituyó a Kevin Salazar, jugador que ha demostrado ser influyente
cuando tiene a un socio como Jonathan Gómez a su lado y no cuando sobre él
recae la creación del equipo. Porque, además, en algo tiene razón Costas:
Kevin, bajo su dirección, no ha tenido grandes actuaciones y ha quedado evidenciado
que él juega mejor con algún socio (Gómez parece ser el ideal) con quien
comparta la generación de juego. Entonces, si por fin ingresa Gómez al partido,
¿por qué sacar a Kevin? Además, fue el primer cambio, en mucho tiempo, que
reprobó la tribuna. Durante el último partido, frente a la Equidad y en el cual
a falta de 25 minutos se tenía ventaja de 1-0, el DT sustituyó a dos delanteros
para darle entrada a un volante creador (Gómez) y un volante de marca
(Perlaza). En la última jugada del partido, recibió el empate.
Ahora
sí, el crédito y la confianza de la hinchada (y suponemos de la directiva
también) la tiene. Para exigir, más allá de algún fundamentalista, hay que dar
tiempo de trabajo, eso que precisamente Costas no ha tenido. El aceptó el desafío
conociendo el calendario, el poco tiempo de trabajo que tendría y el impacto
psicológico de su llegada funcionó durante los primeros partidos ya que con el
trascurrir de los mismos y cuando debió aparecer un verdadero funcionamiento
colectivo, éste nunca asomó.
Eso
sí, es innegable que esté presente futbolístico es resultado de decisiones
gerenciales que subyacen del propio argentino y de un pasado futbolístico
reciente que terminó con dos estruendosos fracasos en el primer semestre del
presente año. Y es que no hay que olvidar que hace menos de un año,
Independiente Santa Fe levantó la Copa Sudamericana, ¿no? El reto no es llegar,
es mantenerse y se tiene la oportunidad de hacerlo.
“Las
cosas no se ganan poniendo huevos, se ganan jugando bien. Si a eso le sumas
huevos, mejor, pero primero hay que jugar", dijo Emanuel Ginobilli hace
menos de un mes. Parece ser la frase más acorde a la actualidad santafereña ya
que, si solo se siguen poniendo huevos,
se seguirán celebrando ‘derrotas dignas’ (¿existen?) como si estas se
necesitaran para estar orgullosos del equipo del cual sé es hincha
desconociendo que, precisamente, tener y vivir con el orgullo por unos colores
es la esencia cualquier fanático de mundo.
Escogerán
aquellos extremistas en su sana costumbre, ver el vaso medio lleno o medio
vacío. Yo, por mi parte, en vez de ello, esperare que Gustavo Costas busque
agua para llenar el vaso. Estoy seguro que la conseguirá.
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