Pablo Tapia (@PabloandresTV)
Aeropuerto José Arturo
Benítez. Caminan entre una multitud grandes figuras del orbe: Arturo, Alexis,
Claudio. Los gritos de la fanaticada parecen ser un buen indicador del nivel
que cada uno ha ido alcanzando en su carrera. Un poco menos de gritos se
escuchan para Isla o Díaz, a pesar, de haber ganado — en títulos con la selección — lo
mismo que los primeros que irrumpían
por los pasillos del único
aeropuerto internacional chileno. Luego vienen los que penden de un hilo para
continuar presentes en el plantel, este hilo hace referencia a un buen
rendimiento y un nivel destacado en sus clubes, los jugadores dentro de este
grupo son: Valencia, Rodríguez, Paulo Díaz, entre otros. Su objetivo inmediato
no es hacerse con la titularidad ni asumir un liderazgo interno en la
selección, están más bien enfocados en darle el gusto a Pizzi y hacer notar que
son idóneos dentro de la Roja.
Jugadores siguen
caminando, algunos esbozando una sonrisa, otros más bien cabizbajos y
concentrados en el reggaeton de sus auriculares. Es transversal verlos y notar
el peso que saben cargan, no juegan solo un partido más — a pesar de lo que alguno
ha declarado — ni siquiera juegan ya solo
para un país
ni para sus millonarios contratos potenciales futuros. Juegan ahora con el peso
del bicampeonato de América, casi haciendo retroceder la historia de la América
pelotera a los mejores años de la selección charrúa o más recientemente de esa
selección brasileña ROdeada de grandes estrellas — ROmario, ROnaldo,
ROnaldinho, ROberto Carlos — Cuando
abundaban estas escuadras poderosas que lograban imponerse año a año en el
continente.
En el cuerpo técnico, este
tesón y actitud corporal es transversal, a pesar de que a ratos pareciese que
viviesen en tiempos distantes a lo visto en la banca chilena últimamente y que
los medios tanto parecen disfrutar. Esos paseos enfermizos, esos gritos
desesperados, ese estilo en conferencias futbolísticas-filosóficas, no están de
ninguna manera presentes en estos hombres que visten unos impecables trajes y
transitan a paso firme y raudo, tal como si de una rutinaria reunión de
negocios se tratase. En ellos reina la sobriedad y calma — casi llegando al punto de
la timidez — unos verdaderos
extraterrestres en un camarín
que ostenta lujos monetarios equivalentes a sus egos.
Pero se nos olvidaba un
par: 4 jóvenes, sin luces ni fama, también se embarcaron rumbo a Rusia junto al
grupo anteriormente descrito. Lo que no llevan en fama y exposición mediática,
lo suplementan con ganas y el — tan
manoseado — AMATEURISMO. No sobrepasan
los 18 años, algunos tuvieron que llegar con su permiso notarial al día para
poder salir del país. Su talento es prominente, han destacado con luces propias
tanto en las categorías inferiores como en la tercera categoría de nuestro país
(Marcelo Allende, Segunda División Profesional) este último habiendo recibido
más de una chuleta de los tantos pata dura de aquella aguerrida divisional.
Pero este punto es interesante, al parecer lo han logrado. Están viajando a
Rusia en un grupo muy selecto de promesas para vivir el día a día junto a
jugadores que, probablemente lo más cercano que estuvieron a ellos fue en algún
FIFA o PES.
Los Sparrings en esta
oportunidad son:
Marcelo Allende: Enganche/18 años/ Deportes Santa
Cruz.
Quizás es el que más
publicaciones en medios tiene, de figura de la Sub 17 a pruebas en el Arsenal
de Alexis Sánchez. Tras la cita planetaria Juvenil de su categoría dejó
Cobreloa y partió a Deportes Santa Cruz de la Segunda División Profesional
(Tercera Categoría) club que es manejado por el representante Ogalde y que al
parecer le sirve para foguear a sus jugadores. Se notó en desventaja física
importante ante los jugadores adultos de su división, algo totalmente
entendible. Aun así logró dar luces impresionantes de regate y técnica. Hoy parece
estar cerrada su incorporación al Arsenal (tras una 3ra prueba). Ojalá los
moretones de canillazos y chuletas desaparezcan antes de pisar Londres.
Ignacio Saavedra: Contención (5 o tapón) / 17 años /
Universidad Católica
La joyita de la UC. Este
volante de contención se erige como una de las figuras en la irregular campaña
que ha tenido su serie en el fútbol joven. De juego muy similar al de Cesar
Fuentes, demuestra la capacidad continua que ha tenido Católica para sacar
jugadores en este rol.
Franco Lobos: Atacante / 18 años / Universidad de Chile
Atacante de un
impresionante registro goleador. Tal es así, que luego de una tripleta marcada
en su serie, Becacesse lo utilizó en el primer equipo — tal vez buscando un santo
que lo salvara — claramente no fue así,
pero sin dudas, que fue una enorme experiencia haber debutado a tan joven edad.
Delantero de gran movilidad, de seguro que más de algún recuerdo le dejará la
zaga chilena (las apuestas apuntan a Medel).
Matías Sepúlveda: Enganche /17 años / O’higgins
Matías es una prueba
inexpugnable del gran trabajo de inferiores que tiene O’higgins. Un plan
integral que va desde una gran red de captaciones y escuelas hasta su formación
para poder llegar al primer equipo. El año pasado nada más se coronaron campeón
de un importante torneo en Irlanda, y actualmente el plantel de honor ha
incorporado a varios juveniles, siendo Sepúlveda uno de ellas, aunque la
mayoría de las veces desde el banco.
¿Pero es este el final del
camino? ¿Es acaso el haber conseguido esto una ya determinada al éxito?
Lamentablemente la historia en su mayoría muestra que el ser sparring de la
roja marca el principio del fin, algo contra intuitivo pero que en la siguiente
publicación desmenuzaré.
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