Nacido en la ciudad de Montevideo (Uruguay) hace casi ya
19 años, Federico Valverde demuestra en el campo que es un futbolista con
muchísimas virtudes, que para la corta edad que tiene, entiende y lee de manera
excepcional el juego. Y forma parte de la generación del futuro de futbolistas
uruguayos. Su nombre hay que recordarlo, porque será un crack de Champions y
Mundial.
Si se observa un partido por momentos, donde Federico
Valverde esté jugando. No vamos a poder descifrar qué posición juega principalmente
(según la planificación del juego); ya que es un futbolista con movilidad, que
abarca una gran cantidad del campo, en el que puede pisar zonas como la de
zaguero, de mediocentro, de interior o de mediapunta. Un jugador polifuncional.
Se multiplica.
Sin embargo, su evolución como futbolista lo está
convirtiendo en un mediocentro, el famoso “5”. Y es lógico, porque almacena la
calidad y el carácter necesario para ser el director de la orquesta de su
equipo. Además, posee una gran técnica para cortar y robar el balón.
Puede ser organizador, puede ser llegador y puede ser “quitador”.
Es un futbolista con una técnica fina y elegante, con un gran golpeo para
buscar portería desde lejos y para conseguir a sus compañeros más alejados (cambio
de orientación).
Debutó en la Copa Libertadores con Peñarol, destacó en la
Champions juvenil con el Real Madrid y brilló en el Mundial Sub-20 con Uruguay.
Federico Valverde tiene un futuro muy prometedor.
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