Hovannes Marsuian (@HMarsuian_)
El fútbol no es una película donde existe un guion
escrito. Simplemente es la práctica de un deporte impredecible, en el cual no
se debe subestimar a nadie y mucho menos a los alemanes. Aquí es cuando se
recuerda la típica frase de Gary Lineker en pleno Mundial Italia 1990: "El
fútbol es un juego simple: 22 hombres corren detrás de un balón durante 90
minutos y al final los alemanes siempre ganan". Un comentario casi
preciso, porque Alemania siempre está entre los intérpretes finales, con
cualquier plantel; ya que ellos buscan competir, con el equipo B, C o D, con la
Sub-21, Sub-20 o Sub-17. Y también los chilenos. Hablamos de dos países que
disputan y luchan, sin importar la jerarquía del torneo.
La selección chilena compitió y respetó su estilo y su
idea de juego. Y como siempre, no se sintió un equipo pequeño, sino lo
contrario, se creyó un conjunto grande. Así ha sido en los últimos años, un
país que lo quiere todo.
Chile se tomó la Copa Confederaciones 2017 como un torneo
serio, en el que mostró ser un equipo hecho y jerarquizado, donde mezcló
distintos conceptos, como carácter, competitividad, confianza y veteranía, con
el objetivo de conseguir una gloria que se quedó en la orilla. Sin embargo,
¿qué conceptos de juego buscó y manejó?
1. Salida de balón.
Chile cambió a comparación de la Copa América Centenario. Pedro Pablo Hernández
entró al once y el sistema pasó a algo parecido como un 4-3-1-2 o un 4-2-2-2.
“Tucu” se convirtió en el equilibrio de los chilenos y logró imponer una calma
en la circulación del balón, desde un posicionamiento entre los centrales. La
brújula junto a Marcelo Díaz.
La idea es generar desde el propio área, es decir,
intentar una salida construida, con la intención de superar una posible línea
de presión rival, donde se necesita calma y pausa para buscar y conseguir al
compañero en zona libre. El planteamiento de dicho concepto emplea hombres a
mucha altura, por delante del balón; sin embargo, éste plan exige mucho ritmo ofensivo
para confundir y desorganizar, porque si Chile pierde el pierde el balón, se
corre en exceso para reconquistar metros.
En la Confederaciones, Chile sufrió contra Australia,
porque le taparon constantemente líneas de pase, con la intención de que buscaran
recibir de espalda y sin perfil. Sin embargo, en los otros partidos, sobre todo
contra Portugal, se disfrutó de una salida de balón organizada, con
superioridad numérica y posicional, para después saltar líneas.
Aunque, en la final contra Alemania, hay un error en la
salida que le cuesta un gol en contra, donde Marcelo Díaz recibe de espalda y
sin perfil para darle continuidad al juego.
2. Ritmo ofensivo. Como
se menciona en el primer punto, la salida de balón de Chile obliga a tener
hombres a mucha altura (se favorece al poseedor para instalarse arriba), así
está escrito el guion de Pizzi; entonces, la idea fue manejar diversos
conceptos para conseguir el objetivo: anticipar, atacar el espacio, buscar
rupturas y movilidad.
Para conseguir lo mencionado anteriormente, Chile
consiguió establecer a Aranguiz y Vidal entre líneas para generar fútbol desde
ahí. O también Alexis, que sin la imaginación de Matías Fernández, Orellana o
Valdivia, bajó a recibir en zona de gestión para tener más visión de juego. Sin
embargo, hay más; ya que, se intentó también la construcción con pausa, donde
se manejaron otros conceptos en este punto: amplitud, cambios de frente, jugar
a lo largo y lo ancho, posesión.
En general, el ritmo ofensivo tenía que ser muy alto para
desordenar al rival, es decir, la intención era buscar superioridad numérica,
con movilidad para generar espacios.
3. Presión. Concepto
importante en Chile; ya que desde ahí se defendió mejor que con la defensa
replegada cerca de su área. Una selección que a partir de la presión saca a
relucir su carácter, la competitividad y la personalidad para demostrar su
espíritu competitivo.
La presión se caracterizó por ser asfixiante, coordinada,
constante, intensa y numerosa, menos contra Australia, y sobre todo contra
Alemania (en el primer partido), donde demostró el movimiento muy bien
trabajado. Además, un concepto que se trabajó bajo la idea de marcación por
zonas: existió coberturas.
Sin embargo, en el fútbol, como en la vida, querer no es
poder; ya que Chile trabajó conceptos para dominar y conseguir la gloria, pero
se encontró a una Alemania con una lectura de juego prácticamente perfecta que
esperó el más mínimo error para ser letal. Además, la selección chilena sufrió
también la falta de pegada y la poca imaginación en el último pase.
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