Diego Sancho (@SanchoDiegoo)
Los rumores de su llegada a un equipo venezolano no parecían ciertos, ¿Cómo
es que un ex seleccionador sudamericano va dirigir a un equipo como el Carabobo?
Cuando llegó, pocos en la prensa le auguraron un futuro promisorio. De los
pocos libros que existen sobre el balompié criollo, hay uno del cual queda
documentado su perfil psicológico de su etapa como delantero del Caracas FC. Lo
firma Manuel Llorens y se titula “Terapia para el Emperador”, como se hacía
llamar en su etapa de futbolista activo.
Lo cierto es que recibió a uno de los equipos que mejor venía jugando, líder del semestre anterior y con jugadores de gran
potencial. Pudo darle su toque sumando al colombiano Tommy Tobar, a quien supo
incorporara a su idea de juego de forma notable e hizo jugar más a sus compañeros
de lo que definió en el área, cualidad poco reseñada del delantero centro
moderno.
Julio César Baldivieso quiso un equipo ofensivo y reaccionario. Su costado
izquierdo sería el más peligroso, con Aquiles Ocanto regateando y rodeándose de
apoyos para librarse de marcas. Todos los pivoteos aéreos caían hacia Ocanto o
pensado en orientar la jugada hacia él, de modo que el “chino” sería el centro de
gravedad de la ofensiva granate. Si a la final del Clausura pasaba Carabobo,
seguramente se hubiese hablado tanto de Ocanto como se habló de Luis “Cariaco”
González. Juegan con roles similares.
El carácter reactivo de su juego también se afincaba por ese lado, donde
les interesa recuperar y progresar. El equipo terminó siendo el terror de los
laterales diestros del país. Marlon Fernández por el otro flanco podía
sorprender abierto por la derecha, pero esto era poco usual dado a que el
colapso de un lado de la cancha se paga en el otro.
El técnico boliviano fue partícipe de decisiones inusuales. Una de ellas alternancia
de portero. En el Misael Delgado arqueaba Leo Morales y en la carretera, Edixon
González. Logró convencer al que venía siendo líder y titular a ceder el arco. En
el fútbol de hoy hacer semejante convenio no es fácil, pero lo logró. Ahora Morales
se va del equipo y González tiene galones para la titular, la transición cancerbera
se dio en muy buenos términos.
En un momento de tensión interna, Carlos “Mono” Suárez vio comprometida su
continuidad en el club y se especuló sobre su salida. Aunque fuera del
rectángulo gramado no sea tan prudente, Baldivieso apostó por él. En el
comportamiento defensivo del equipo hay pocos registros de presión alta a la
salida rival. Esto en parte beneficia a que Suárez, gran interceptor, no quede lejos
de la acción. Futbolista de notable polivalencia, requiere compañeros cercanos para descargas
una vez completado el robo.
A final, a su equipo lo sacó de carrera el Monagas de Johnny Ferreira, artífice
de la base de lo que hoy es Carabobo. Impulsor de Suárez, Christian Novoa y de
la estabilidad del cuadro valenciano en primera división. Baldivieso es continuador
de las buenas gestiones hilvanadas en el banquillo del equipo que mejor ha
jugado al fútbol en los últimos tiempos en Venezuela.
Aunque muchos esperan que sufra, su primer semestre ha mostrado balances
netamente positivos. Forofos oportunistas que solo tienen dinero quisieron
censurarlo de las pantallas televisivas por diferencias protocolares, pero su
equipo era demasiado bueno como para sacarlo de los ojos del país. Al final el fútbol pertenece a quienes lo
frecuentan en el día a día. Y en Valencia, Humberto Baldivieso es el emperador.
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