Diego Sancho (@SanchoDiegoo)
Decía el filósofo racionalista Blaise Pascal que “es mejor saber un poco de
cada cosa que todo sobre una cosa”. Imaginemos todo lo que no llegaremos a
conocer cuando vayamos a morir. Seguramente quien lea desconocerá nombres de
futbolistas que vio, personas que conoció y no recuerda su nombre o películas
que no vio. Hay una infinidad casi cósmica de ignorancia en cada uno de
nosotros, de modo que no tiene nada de malo.
No saber es humano. Un periodista (deportivo o no) es alguien que ignora,
pero tiene que hacer algo al respecto para ilustrar a nivel masivo. Parte de
hacer ese algo es investigar, informarse, leer; ampliar sus conocimientos.
Imaginen que un periodista con público e influencias diga una falacia al aire.
Que la extienda y la llene de argumentos que luego él mismo va a contradecir
cuando este debatiendo sobre otro tema ¿Sería ético? ¿Importa más eso o la
popularidad mediática?
Se habla de las variantes que hace Juan Carlos Osorio en la selección de
México. Que de un partido a otro usa a otros jugadores con respecto al que
ganó. Que esto responde a que no ha conseguido a un once tipo. Ya criticar la
estrategia de un entrenador que conoce por dentro mejor a un combinado es
apresurado. Pensar que “once que gana repite” es muy común, como si a todos los
rivales hubiese que jugarle igual, como si una alineación fuese la fórmula
secreta. Como si un “once tipo” mantuviera feliz a un grupo de más de veinte
personas.
Un entrenador sopesa varios escenarios. Tiene que pensar en casos
hipotéticos, porque un día no tendrá a varios de esos elementos del famoso
once. El fútbol lo juegan humanos que se lesionan; y a veces se lesionan porque
les patean desaforadamente y son amonestados o suspendidos. De modo que la mentira de un once tipo es tan corta
que solo engaña a quienes se dejan convencer con escuchar siempre las mismas
viejas frases.
Este mito de las variantes se oscurece si vemos quién sacó de carrera a
Osorio de la Copa Confederaciones. Se trata de un combinado alemán que no
cuenta con piezas que en teoría deberían ser titulares. Sí, los venció un
equipo sin once tipo. Joachim Low decidió darles vacaciones a varios de sus
jugadores para que la generación de relevo ganase experiencia.
Para ello, sumó a varios jugadores que antes no tenían cabida en su
selección. Para Rusia 2018, Low será el técnico con más elementos a disposición
para su modelo de juego porque amplió su radio de jugadores que entienden el
accionar germánico. Todo gracias a las famosas variantes. Y todo esto mientras
la selección Sub-21 ganaba la Eurocopa.
También hay que ver de dónde viene Osorio para entender esta filosofía de relevos. En Atlético Nacional fue amo y señor de una plantilla que reinó el
balompié colombiano. Solo fue superado por River Plate en la final de Copa
Sudamericana en par de córners y hoy aún son el campeón de la Copa Libertadores
dado a que Reinaldo Rueda fue el continuador de esa flexible plantilla. En
Colombia hay plantillas tan grandes que la doble competencia no es excusa y en
ese sentido, Osorio era el gurú de las rotaciones.
Quizá el periodismo
mexicano deba alterar la balanza para no caer en trampas semánticas. Claramente
es más fácil polemizar que hablar del juego. Para lo segundo hay que sentarse a
leer y observar, más que mirar, el fútbol. El ciudadano de a pie no tiene el
tiempo que un individuo que pasa horas de guardia en una redacción para
ilustrarse. Mexicanos, tengan malicia. Duden. No crean todo lo que dicen los
medios.
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