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Sebastian San Miguel (@Sebas16San) – Josué Chávez (@ElBandidoDel96)


¿Existe una forma ‘bonita’ de jugar al fútbol? ¿Se puede en el año 2017 hablar de un buen y un mal fútbol? ¿Quién merece ganarlo y por qué? Para hallar las respuestas a estas preguntas hablemos un poco más de lo que es el fútbol.

Fútbol: Deporte que se practica entre dos equipos de once jugadores que tratan de introducir un balón en la portería del contrario impulsándolo con los pies, la cabeza o cualquier parte del cuerpo excepto las manos y los brazos; en cada equipo hay un portero, que puede tocar el balón con las manos, aunque solamente dentro del área; vence el equipo que logra más goles durante los 90 minutos que dura el encuentro.

Esta es evidentemente una definición netamente técnica, si lo llevamos a la parte filosófica nos encontramos con frases como:

“Si perdemos, continuaremos siendo el mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos” - Pep Guardiola refiriéndose al estilo de juego que en ese entonces era el mejor del mundo.

“Un entrenador no es mejor por sus resultados ni por su estilo, modelo o identidad. Lo que tiene valor es la hondura del proyecto, los argumentos que lo sostienen, el desarrollo de la idea”- Marcelo Bielsa, no habla de títulos si no de futuro.

“Perdonaré que no acierten, pero no que no se esfuercen” - Pep Guardiola, aceptando que se puede perder pero con honor.

“El asunto más difícil es encontrar algo para reemplazar al fútbol, porque no hay nada” - Kevin Keegan, aceptando que el fútbol no lo es todo, es lo único.

“Todos los entrenadores hablan sobre movimiento, sobre correr mucho. Yo digo que no es necesario correr tanto. El fútbol es un juego que se juega con el cerebro. Debes estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, ni demasiado pronto ni demasiado tarde”  -Johan Cruyff, sobre lo que muchos llaman “suerte” y otros “preparación”.

“Las finales no se juegan… Se ganan” - Alfredo Di Stéfano analiza las posibilidades: ganar o ganar.



El debate de merecimientos siempre estará, que si Portugal mereció ganar la Eurocopa Francia 2016, que si Chile mereció ser bicampeón de América en 2015 y 2016 sobre Argentina por penales, que si Alianza Lima es el justo campeón del Torneo Apertura peruano 2017.

Si hay algo que el fútbol tiene de especial, y nos apasiona, es que es totalmente impredecible. Hemos sido testigos de golpes históricos como el Maracanazo en el 50 por parte de Uruguay a Brasil, y, ahora, en la actualidad tenemos casos como el de Costa Rica en el Mundial pasado o de Leicester en Inglaterra siendo campeón por encima de presupuestos ostentosos de los grandes de Inglaterra.

Partiendo de esta realidad es difícil determinar el ‘verdadero fútbol’ o el más vistoso, además de ser lo más subjetivo dentro del juego. Lo que se puede logar es un consenso de lo que es ‘jugar bien al fútbol’. En este punto tenemos varios ejemplos, como Holanda capitaneada por Cruyff, que hizo toda una revolución en aquel fútbol  europeo donde primaba el juego brusco.

El juego comenzó a cambiar. Nacieron los románticos del fútbol como Bielsa, cuyo palmarés es muy pobre a diferencia de toda la filosofía futbolística que ha dejado en el camino. Los DT pasaron de ser actores principales a de reparto, personas muy cultas que en el campo defendían su forma de ver el fútbol plasmada en sus jugadores. 

Entonces, ¿Hay una forma correcta de jugar al fútbol? La respuesta es no. No la hay ni la habrá. No hay una fórmula secreta que te diga que así se gana y así se pierde. Me animo a decir que un entrenador pierde en el momento en que comienza a dudar de lo que es el fútbol para él. Es irónico buscarle un sentido tan subjetivo a un deporte tan objetivo como es el balompié, donde solo debes marcar un gol más, sin importar como. El fin siempre justificará los medios, como diría el campeón del mundo Ruggeri: “Yo quiero ganar, quiero salir campeón”, no importa cómo, hay que dar patadas a veces, lanzar un pelotazo, enfriar el partido, meter la pelota cómo sea, ponerse los 11 atrás si es necesario.


La “dignidad” futbolística, como muchos le llaman, de jugar de igual a igual no existe, y nunca existirá porque en la retina de los hinchas solo quedará en si levantaron la copa o no. Hoy quieren poner el VAR, ojo de halcón… Quieren poner más tecnología. No digo que esté mal, pero hay quienes se quejan de que si el penal aquí, que si la posición adelantada, señores, con todo respeto, el campeón es el que mejor juega, y ¿por qué? Porque es el que tiene capacidad de reacción, el que te aguanta hasta el último segundo, el que te empata in extremis, el que te da vuelta en los suplementarios, el que te gana en penales. Ahora me dicen que los penales son una ruleta de la suerte. El fútbol se prepara y, por tanto, todo equipo debe estar listo para meter los cinco y que el arquero tape uno. No existen recetas para salir campeón más que amor propio y capacidad mental, cambiemos el chip de una vez, tener el fútbol más vistoso, de taquito, de huacha, de pared no significa ser el que mejor lo juega, pues el que mejor lo hace siempre es el que celebra. 

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