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Eduardo Terán (@EduardoETeran)

Si se le preguntan a un aficionado al fútbol sobre David Villa todos dan una respuesta parecida, qué si es ex goleador del Valencia, Barcelona y Atlético de Madrid, qué si el máximo goleador en la historia de la selección española, que si campeón del mundo en el 2010, y pare usted de contar. Ahora, si le preguntan sobre Ilie Sánchez, solo los aficionados del Sporting Kansas o alguno del Elche (2da española) o 1860 Munich (2da alemana) me pueden contestar. Y es que la MLS tiene esa personalidad de juntar jugadores de máximo nivel competitivo, con jugadores que nunca pisaron 1ra división en Europa antes de jugar en USA.

Villa y Sánchez llegaron a compartir vestuarios en varias ocasiones en amistosos de pretemporadas en el Barcelona entre el 2010 y 2013, pero Ilie nunca llegó a disputar minutos en partidos oficiales con el equipo catalán y se quedó en el equipo filial. Por su parte Villa ganó de todo junto a Messi en esa época. Sin embargo, años después se reencontrarían en una liga que tiene esa peculiaridad de juntar estrellas con jugadores que pasaron sin pena ni gloria en ligas de segunda clase.

Es algo como la teoría de los Zidanes y Pavones, creada durante la era galáctica del Real Madrid a inicios de los 2000, donde por cada galáctico había un jugador de poco nombre. La idea era darle al equipo un equilibrio financiero al equipo entre los fichajes costosos y jugadores de “clase media” que hacían el trabajo sucio para que los nuevos se pudieron lucir. Lo que no todos conocen la MLS, es que en esta liga existe un tope salarial, que es un sistema complejo que limita el gasto de los equipos, excepto por los llamados jugadores franquicias que no cuentan para ese límite.

Y es que, por cada Giovinco, Schweinsteiger, Ashley Cole o Kaká de los cuales no hay que hacer presentación porque ya todos sabemos sus pergaminos, hay otro jugador que es un total desconocido para los fanáticos como David Arshakyan o Bradley Diallo, quienes estaban jugando en la liga de Armenia, o segunda francesa antes de firmar en la MLS. Cabe destacar que estos “desconocidos” son titulares en sus equipos.

Este amplio espectro de fichajes le da una diversidad a nivel técnico y táctico al soccer estadounidense bastante amplia, teniendo jugadores de muchos países que van desde los reconocidos por la calidad de sus jugadores como España, Italia, Alemania y Brasil hasta los poco conocidos como Liechtenstein, Belice, Uganda, Líbano y Cuba.

Pero la MLS está cambiando eso poco a poco. Han ido atrayendo jugadores de cierto renombre en Europa antes de los 30, en especial a sudamericanos, como los hermanos Dos Santos, Carlos Vela (que jugará en el 2018), Carlos Carmona, Sebastián Blanco y Nico Lodeiro. Y se está dando el caso de jóvenes sudamericanos que prefirieron la MLS antes que seguir o dar el salto a una liga europea como Josef Martínez, Almirón, Savarino y Luciano Acosta, quienes además son estrellas en sus equipos.

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