“El fútbol es lo más importante entre las cosas menos
importante”, dijo una vez un hombre nacido en Las Parejas, Argentina. Nunca es
demasiado tarde para volver a leer estas palabras que algún día dijera Jorge
Valdano y analizarlas lentamente, con detalles, sin dejar escapar cada letra
que contiene esta frase. Pero ¿qué pasa cuando eso deja de existir? ¿Qué sucede
cuando una nación libre, soberana, con deseo de luchar por una meta, le quitan
ese pedazo de alegría que, pese a no conseguir aquel ansiado sueño, nunca deja
de creer y apoyar fielmente? El 6 de septiembre es la fecha en la cual se
cumple un año donde Guatemala no participa a nivel internacional, despidiéndose,
por mucho o por poco, de su selección nacional de fútbol gracias a problemas
administrativos.
Esto nos hace indagar por la historia y aterrizar en uno
de los momentos más conmovedores de la historia de la selección de Guatemala.
Un marcador que, a simple vista, no da mucho margen para que entre a la
historia de un país, pero que marcó un antes y un después de toda una nación.
Una noche en donde las calles se volvieron azul y blanco.
El
día que Guatemala le sacó un punto a Brasil
Aquella noche del 5 de febrero del año 1998, Guatemala
se vestía de gala para enfrentarse ante una selección de Brasil plagada, en su
momento, por las mejores estrellas del fútbol mundial. Guatemala disputaba la
Copa Oro, situándose en el Grupo A junto a El Salvador, Jamaica y Brasil. La
bicolor empató sin goles ante la selección de El Salvador, perdió 3-2 frente a
Jamaica, pero la gran sorpresa fue aquel 5 de febrero. El día en donde Juan
Carlos Plata se terminó de consagrar y se instaló, sin mayor dilación, en el
corazón de todo chapín.
Guatemala explotó en júbilo a minutos del final. Brasil
se adelantaba en el marcador con gol de Romario desde el punto de penal al
minuto 79 de juego. Sobre el papel, un resultado acorde a lo que cada selección
proponía sobre el terreno. Pero fue hasta el minuto 90 cuando la historia
cambiaría. Juan Manuel Funes cobraba un tiro libre que fue desviado por la
barrera y enviado al tiro de esquina. Fue Martín Machón quien cobraría el tiro
de esquina para que, librándose de toda marca, Juan Carlos “El Pin” Plata
rematara de cabeza, picando el balón en el suelo sin permitir mayor reacción a
Taffarel. El final del encuentro terminaría con un marcador de 1-1 que de nada
le serviría a Guatemala en la competición, pero que daría una de las mayores
alegrías a todo un país.
Estadio:
Orange Bowl, Miami.
Partido
correspondiente a la Copa Oro, 1998
Brasil: Taffarel, Junior Baiano, Marcelo Goncalves,
Junior, Zé María, Mauro Silva, Flavio Conceição, Zinho, Denilson, Edmundo, Romário. DT:
Mario Zagallo.
Guatemala: Édgar Eladio Estrada, Erick Miranda, Nelson Cáceres, Germán Ruano,
Iván León, Édgar Everaldo Valencia, Jorge Pérez, Juan C. Plata, Claudio Rojas,
Juan Manuel Funes, Martín Machón. DT: Miguel Ángel Brindisi.
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