Rezó
una de las estrofas que se cantó domingo a domingo en el estadio Alejandro
Villanueva (conocido como Matute). Justamente corazón fue lo que el actual
campeón peruano tuvo a lo largo del año, marcado por críticas de parte de
hinchas blanquiazules, de otros equipos y periodistas.
El entrenador
Pablo
Bengoechea supo armar un equipo fuerte. Creó una armonía entre los experimentados y
los jóvenes, convenció a su conjunto sobre lograr el objetivo. Se creyeron los
mejores. Estilo parecido al de Gareca.
Mantuvo
la calma tanto en la victoria como en la derrota, nunca se le vio festejar con
una gran felicidad, a lo mucho esbozo una sonrisa – contra San Martín en la
remontada –. No se quejó nunca de los árbitros o de las críticas, abrazó cada
cosa que le dijeron, en cada situación en la que lo pusieron. Logró unir un camerino
muy pesado.
Matute es un fortín
No
perder de local durante todo el año, en el Torneo Descentralizado, fue uno de
los puntos a favor de este plantel. La deuda pendiente fue sin duda ante los
equipos del exterior, cayó ante los tres que enfrentó (Danubio y Delfín en
amistosos e Independiente por Sudamericana).
El mejor
Leao
Butrón demostró con 40 años un nivel alto. Cuando Alianza no mostró contundencia
de cara al gol, apareció en los partidos que se le necesitó mantener el arco en
cero, con atajadas que le valieron el apodo de “Leao Buffon”. Destacó en los
partidos contra Universitario y Sporting Cristal, donde atajó de todo. También
brilló en Avellaneda contra Independiente.
El gol
A
falta de un ‘9’, Luis Aguiar se vistió de goleador, con una efectividad de cara
al arco debido a su excelente disparo tanto con la pierna izquierda como la
derecha.
El
argentino Germán Pacheco aprovechó los minutos que le otorgaron y consiguió ser
el segundo goleador del equipo con ocho goles.
El medio
Con
el pasar de los meses el nivel de los ex-seleccionados Rinaldo Cruzado y Luis “Cachito”
Ramírez fue elevándose aportando el balance y cuota de la experiencia al
plantel. Uno de los mayores cambios de cara respecto al Apertura fue la
presencia de Ascues, quien se convirtió en un todocampista con gol, consiguiendo
una segunda parte del año espectacular.
Los jóvenes
La
aparición de futbolistas como Aldair Fuentes o Kevin Quevedo. El primero, pieza
clave en la transición defensa-ataque. En el Clausura estuvo muy bien en el
puesto de defensa central, acompañado tanto por Godoy o por Miguel Araujo. El
segundo, metió cuatro goles en un partido contra el Juan Aurich. Pablo
Bengoechea prefirió trabajarlo como estuvo previsto, ganando minutos y siendo una
pieza de recambio importante. Cabeza por encima de todo.
Los juzgados
Ejemplos
como Gabriel Leyes, Lionard Pajoy y Gonzalo Godoy. Muchas
veces se dudó de sus capacidades, pero terminaron respondiendo. Los uruguayos
(Leyes y Godoy) fueron quienes anotaron los goles más emocionantes del año para
Alianza, Godoy le marcó un doblete a San Martín, mientras que Leyes metió dos
goles de la victoria antes Comerciantes Unidos y puso fin al recuerdo de Flavio
Maestri marcándole a Cienciano en la final de 2006. Pajoy corrió toda la cancha
siempre, a pesar de muchas veces tener miedo al entrar al balón o al cabecear.
El punto débil
Los
más frágiles fueron los laterales (Cossio, Duclós, De la Haza y Garro), quienes
no estuvieron del todo bien. Aunque, algo positivo para Cossio y Garro fue que
cuando Pablo Bengoechea jugó con línea de cinco, los dos se pasearon arriba,
donde demostraron que su naturaleza no es la de un marcador con alto trabajo en
defensa sino más bien un apoyo en salida y haciendo el recorrido táctico. Duclós
encontró la manera correcta de defender, sobre todo en el último tramo, cuando
le ganó la titularidad al ex-cristal (Cossio). De la Haza fue un jugador
intermitente (un partido bueno y otros dos malos).
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