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Carlos Steven Jurado (@CarlosSteven07)
El cuadro guayanés concebido en el corazón del estado Bolívar y rodeado desde sus inicios por grandes rasgos del fútbol brasileño y argentino, siempre amplio dominante del balompié mundial y en un nivel superlativo para la época; llegando incluso a adoptar los colores que hoy lo representan en honor al laureado Gremio de Porto Alegre, recientemente coronado como campeón de América.

Desde su fundación se acostumbró a pelear títulos y buscar la transcendencia, logrando rápidamente el ascenso a primera división y crear rivales regionales de manera voraz, creciendo y dándole al pueblo de Ciudad Guayana el mejor espectáculo del que ha podido disfrutar: la fiesta del balón.

Pasaron muchos nombres de equipos con los cuales rivalizo, algunos ya extintos del profesionalismo, otros se fueron a menos para retomar aire, sin embargo Mineros de Guayana permaneció fiel a su historia, fiel a su raíz, nació con la idea de ser grande y estaba dispuesto a luchar por ello.

Sin embargo en el fútbol como en la vida misma las buenas intenciones no te garantizan nada y querer ganar pocas veces termina siendo suficiente para lograr hacerlo, incluso apostar por ganar termina siendo insuficiente en un deporte donde son muchos los factores que afectan a la obtención de un campeonato.

La pandilla del sur acostumbrada a ganar, a ser superior y mostrar buen juego solo cuenta con un titulo absoluto, obtenido en el cierre de la década de los ’80; algo incipiente para un equipo que vio brillar en Cachamay figuras como la del campeón del mundo Mario Alberto Kempes desde el banquillo en los ’90 y sobre el campo nombres importantes en la historia del rentado nacional como Stalin Rivas.

En Puerto Ordaz nunca se cansaron de seguir luchando por la grandeza, siguieron buscando títulos que le permitieran ingresar en los anales de la historia, sin embargo la palabra campeonato ha parecido bastante esquiva para el cuadro oriental, acrecentándose la ausencia en la era moderna.

Hay quienes muestran como factores determinantes para ser grandes los títulos y la afición, el primero parecía esquivo en Mineros, el segundo siempre estuvo allí, pero la sequia de títulos y diferentes situaciones fueron alejando este, Guayana y Mineros sentían caer de a poco su intención. Hubo alguien que quiso seguir apostando por Mineros, que no renuncio a la idea con la que fue concebido este equipo y se arriesgo una vez más.

La llegada de Juan Domingo Tolisano y algunas figuras importantes como Charlis Ortiz, Rolando Escobar y Angel Faria, ilusionaron a la afición negriazul pero el fútbol como si de un capricho se tratara le terminó impidiendo avanzar a la fase definitiva del campeonato en sus primeros seis meses, Mineros no estaba dispuesto a rendirse.

Dieron continuidad al proceso e iniciaron la segunda mitad del año llenos de ilusión; los triunfos fueron cayendo de manera natural, empezaban a crecer los halagos en torno al funcionamiento del cuadro guayanés, de la misma forma que crecía el escepticismo al dudar de lo que podría ser el desenlace de un equipo que no sabe lo que es ganar un torneo corto desde que lo hiciera Richard Páez en su último ciclo minerista.

Fiel a su raíz, con el ideal claro siguió luchando, fue avanzando y los títulos empezaron a llegar; hace no más de una semana Mineros de Guayana alzaba su tercera Copa Venezuela y una de sus máximas figuras (Charlis Ortiz), levantaba la voz para decirle al país que querían seguir ganando y demostrar que Mineros también sabia ser campeón.

Mineros ha sido diseñado para ser campeón, desde el mismo seno de Guayana, la filosofía ganadora de un cuadro al que le han sido esquivos los títulos sigue demostrando juego a juego que está dispuesto a luchar contrario a cualquier opinión, su gente lo hace grande, porque cuando no llegan los títulos Mineros permanece.

Los de Puerto Ordaz son el único equipo que ha conservado su nombre desde la fundación del mismo y mantenido su esencia como tal, fue creado para ser grande y no está dispuesto a dejar de luchar por ello hasta hacerlo posible, Mineros busca los títulos que le permitan mirar a la cara a los más grandes y decir: “Estoy aquí”, como su historia lo demanda.

Actualmente Mineros de Guayana es uno de los equipos que mejor fútbol practica en el balompié nacional, mostrando vértigo y entrega en cada uno de sus encuentros, manteniendo el hambre característica de la institución por la grandeza, Mineros de Guayana no se rinde y sigue levantando la cabeza para pelear títulos y su cupo necesario entre los grandes de Venezuela. 

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