Martín Olivé (@FMartinOlive)
Hoy todos
están a sus pies. Porque en sus pies estuvo el fútbol de Argentina. Porque en sus pies Lionel Messi encontró el socio que le faltaba en la
selección. En los pies de Javier Pastore hay mucho talento.
La llegada
de Gerardo Martino fue rupturista. Propuso volver a las bases del fútbol argentino de juego
asociado, tenencia, búsqueda constante del arco rival. Ser protagonistas
siempre. “El fútbol que le gusta a la gente” sentenciaría Horacio
Pagani. Esa idea que desde el 86 en adelante
quisieron erradicar de la mente del público.
El Flaco es vital
para generar ese juego. Un enganche clásico de la misma familia que los Riquelme, Alonso oBochini. Que juega con la misma tranquilidad como si
estuviera en La Boutique de Barrio Jardín, Parque de los Patricios, Sicilia o París. Sabe (y mucho) y no necesita de
tirarse al piso, empujar a un rival o gritar desmedidamente un gol para
destacar. Lo suyo para por jugar. Algo tan sencillo y vital como vilipendiado.
Sus
rendimientos siempre fueron parejos (está en el podio de figuras de este
equipo) pero las críticas hacia su presencia nunca se acallaron ni se acallaran.
No por él, no es algo personal. Es buen pibe, nunca tuvo conflictos y siempre
atiende amablemente a la prensa. El problema de cierto sector es con lo que
representa.
Pastore es
la bandera de esa idea que tienen en mente los Jémez, Bielsa, Guardiola, Klopp, Cappa,Menotti, y muchos más. Ese el problema. Pastore es fútbol y les
molesta. Aquellos que venden el verso de que solo sirve ganar sin importar las
formas, que pueblan el mediocampo de jugadores “aguerridos”, que aplauden
más una patada que un caño, que les baja la presión cada vez que un defensor da
un pase en su área. No pueden tolerar al flaco y mucho menos que tenga éxito.
Porque ellos son los dueños del éxito, o al menos eso fantasean.
Destellos en
el debut; aparición clave ante Uruguay; encuentros más intrascendentes, pero
aún así buenos, ante Jamaica y Colombia para finalizar con el show ante Paraguay en la
semifinal. Moviéndose por detrás de Víctor Cáceres, acercándose siempre
a Messi, gol y pase gol a Ángel Di María. Showtime.
Les duele
Pastore y les seguirá doliendo. Por lo pronto, llenemos nuestras copas de
champagne y degustemos mientras disfrutamos de su fútbol. El fútbol.
Extraído de Fútbol Para Entendidos
pense que hablaban de futbol en esta pagina.
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