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Víctor Grao (@VictorGrao

Kurt Lewin fue un psicólogo polaco del Siglo XX que –entre otras cosas– fue conocido por su “Teoría del Cambio”. Lewin la definió como una modificación de las fuerzas que mantienen el comportamiento de un sistema estable, cuando no eran modificadas las fuerzas, el mismo permanecía casi estacionario, pero al cambiarlas, variaba su comportamiento.

El Deportivo La Guaira venció en un global de 2-1 a la Universidad Católica de Ecuador, en la primera fase de la Copa Sudamericana. Su entrenador, Leo González, realizó algunos ajustes de cara al partido en Quito, que luego se mantendrían en la vuelta.

El club litoralense venía jugando con un sistema de doble pivote en la mitad de la cancha, variando sus jugadores, más no su forma. Este esquema era integrado por las duplas Suanno-García, Figuera-Suanno, Figuera-García, etc. Pero nunca aparecían los tres en el mismo sector de la cancha, no hasta el primer partido internacional del equipo dirigido por Leo González.



El plantel de La Guaira podía, de a ratos, parecer estacionario en la liga local, tal como mencionó Lewin en su teoría. Leo González modificó el sistema. Pasó de dos mediocampistas contenciones a tres. Esto lo realizó en el estadio Atahualpa de Quito, con el trivote Figuera-Suanno-García.

Primera prueba

El experimento parecía no resultar. La Guaira jugaba en altura, pero lo hacía frente a un equipo que estaba en puestos de descenso en Ecuador y, en el papel, parecía un panorama favorable para los litoralenses. Un fútbol parco y con un gol en contra (tras un penal convertido por Facundo Martínez), peligraba el cambio de fuerzas en el sistema.




Todo duró hasta el minuto 71, cuando Vicente Suanno fue sustituido por José Manríquez. González volvía equiparar fuerzas, volviendo a un doble pivote conformado por Figuera y García.

Partido de por medio

Antes de jugar la vuelta contra la U Católica de Ecuador, debía pasar una prueba de fuego contra Deportivo Táchira. El doble 5 volvió a la luz: Arquímedes Figuera y Óscar Hernández serían los encargados.



Fe en el cambio y segunda prueba  

En el partido de ida, contra la Universidad Católica, se vio un sistema endeble, creaba poco juego y mantenía poco el esférico con el trivote dispuesto por Leo González. En la vuelta, el entrenador propondría los mismos tres en el medio sector: Figuera-Suanno-García.

Optaba por un esquema que no le había dado frutos y que había que tenido que desistir luego de 70 minutos. ¿Resultaría?

El sistema volvía a dar un vuelco. No sería el mismo equipo que saldría en Quito. A pesar de la misma formación, el chip interno era distinto. Pasó de ser un Arquímedes Figuera defensivo, a uno “box-to-box”, pisando ambas áreas, mismo caso de Javier García. Ambos se desprendían de esa línea de tres dispuesta más para la zona defensiva que para la ofensiva.




Vicente Suanno ejercía el rol de salida, al igual que en la ida, pero esta vez, recibía mucho más adelantado, posibilitándole salir con un panorama más claro. El trivote no era una línea recta, sino que era un triángulo dispuesto para la salida, la zona defensiva y las incursiones en ataque.

El experimento cambió, tal como lo dijo hace 50 años Kurt Lewin. Las fuerzas se modificaron y se salió de la zona estacionaria, para hacer un plantel ofensivamente poderoso, con llegadas y solvente en la defensa. 

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  1. Gran análisis! Sigan así! Buen experimento que dió frutos para Leo y Pedro

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