Por: Andrés Durán (@DuranAndresE)
A veces en la vida no todo
sale como está previsto. En ocasiones se viven momentos de euforia y gloria; en
otros momentos, se respira tristeza y desilusión. Sin embargo, ante momentos
buenos y momentos malos, la vida se vive -como dice la canción- como un
carnaval. Esta es la historia de la Associação Chapecoense de Futebol, un
equipo que hace 6 años jugaba en la última división de Brasil y que estuvo a
solo horas de disputar una final de Copa Sudamericana. Bienvenido a la
cronología de un grande.
El
camino hasta la Serie A: Creencia, responsabilidad y constancia
Impresionante: es la
palabra ideal para describir el trayecto de Chapecoense hasta la primera
división del fútbol brasileño. ¿Quién se imaginaría que un pueblo con 200.000
habitantes lograría trascender con un equipo de fútbol? La creencia,
responsabilidad y constancia definen a la asociación de Chapecó que siempre
apostó por promover su identidad.
En el 2009 Chapecoense
participó en la última categoría del fútbol profesional brasileño (Serie D)
hasta que en el año 2012 logró el ascenso a la Serie C. Un año después, el club
volvió a ascender, esta vez rumbo a la Serie B y cada vez estaba más cerca de algo
que parecía un mito: la Serie A. Es importante resaltar que el equipo oriundo
de la ciudad de Chapeco llegó a estar entre los 40 mejores equipos de Brasil
tras conseguir el ascenso a la Serie B.
Sobre el año 2014,
Chapecoense logró el ascenso a la máxima categoría del fútbol profesional
brasileño con un historial de 38 partidos jugados, 20 ganados, 12 empatados y 6
perdidos. El equipo alcanzó su primera gran victoria como institución: lograr
que un equipo de un pueblo de bajos habitantes ascendiera a la máxima categoría
del fútbol local.
Copa
Sudamericana 2016: La humildad del debutante
El equipo llegó a su
primera participación en un torneo internacional en su historia. Disputó su
primer partido ante un equipo brasileño, Cuiaba. Chapecoense perdió en la ida
1-0. Sin embargo, el equipo -en la vuelta- logró revertir la historia y ganó
3-1. El cuadro verde pasó de fase y se enfrentó al Rey de Copas: Independiente
de Avellaneda. En ese choque -tanto la ida como la vuelta- los equipos
igualaron 0-0 pero en los penales Chapecoense -nuevamente de local- logró
clasificar a la siguiente fase. La humildad del debutante en copas
internacionales se notó con las tres características expresadas en líneas
anteriores: creencia, responsabilidad y constancia.
En la siguiente fase, el
rival de turno fue Junior de Barranquilla. Al igual que contra Cuiaba perdió la
ida, pero una semana después Chapecoense goleó 3-0 al equipo colombiano y
comenzó a mirar con otros ojos la Copa Sudamericana.
Otro duro choque tocó enfrentar.
Por supuesto, el humilde equipo pasó de ser el “nuevo en la copa” al
“hambriento de copa”. San Lorenzo fue el
rival. La ida quedó tablas 1-1 en territorio argentino y en la vuelta
Chapecoense logró la hazaña de clasificar a la final tras empatar 0-0 de local.
La Copa Sudamericana estaba a la vuelta de la esquina.
Lunes
28 de Noviembre: La llegada del grande a lo más alto
Chapecoense partió desde
Bolivia hacia Medellín con la ilusión de dar un golpe en la mesa por la ida de
la final de la copa ante Atlético Nacional. En territorio colombiano el avión
donde viajaba Chapecoense empezó a tener fallas; el avión se había quedado sin
combustible y procedería a realizar un movimiento forzoso el cual acabaría con
la vida de casi todas las personas que iban a bordo en el avión.
Para algunos este ha sido
el hecho más triste que ha ocurrido en el fútbol mundial en los últimos años.
Sin embargo, para quien redacta estas líneas, este ha sido una lección para los
amantes del deporte más hermoso del mundo.
A veces se critica las
capacidades de un equipo, desde los aspectos más generales hasta los más
específicos. Chapecoense demostró que creer es poder; que la responsabilidad
pasa por el sentido de pertenencia que logras hacia la institución; y que la
constancia es la clave del éxito. Hoy el cielo está de carnaval. Bienvenido a
lo más alto, Chapacoense.
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