El fútbol, un escenario que nos contiene durante noventa
minutos, donde se observa detenidamente a veintidós futbolistas como si se
tratase de superhéroes; ya que, por un momento, uno olvida que también son
personas, con familia y amigos. Y que cada uno tiene una historia diferente,
unas mejores y otras peores. Nadie es perfecto en la vida, ni por estar jugando
un deporte.
Darwin González posee una historia de vida algo difícil.
Creció en el barrio Caña Fístula de Calabozo, donde perdió a cuatro de sus siete
hermanos. Le tocó enfrentar una situación violenta por culpa de su círculo
familiar; pero no importó y siguió enfocado en su deseo: el fútbol. Trabajó
duro, insistió y consiguió brillar en la Copa Venezuela 2014 con Arroceros de
Calabozo, donde alcanzó las semifinales. Y logró el salto a Deportivo La
Guaira, en el cual se destacó en reiterados partidos, en la liga local y
también en la Copa Sudamericana (2016).
Su mejor fútbol lo desarrolla en la banda, donde se
caracteriza por ser un extremo con dos funciones: atacar el espacio (con ayuda
de su movilidad y velocidad logra romper la línea defensiva de su rival para
recibir y crear una oportunidad) y fabricar una zona libre (con su técnica
simple consigue desequilibrar ya sea conduciendo de afuera hacia adentro o desbordando,
con su cambio de ritmo, hasta línea de fondo). Es un futbolista atrevido,
eléctrico, encarador, pero sobre todo luchador, no deja un balón por perdido. Además,
tiene algo especial, la habilidad de conducir, disparar, pasar y recibir el
balón con la derecha y la izquierda. Imposible saber cuál es su pie natural.
Posee un amplio margen de mejora en su determinación y
técnica; pero su carácter de luchar colabora para que realice acciones con
peligro. Además, ese espíritu de batallador lo utiliza para ayudar
defensivamente a su equipo; aunque no tenga unas brillantes condiciones para
anticipar, cortar y robar.
Dejó a un lado ese círculo oscuro y se creó uno con una
luz brillante, donde luchar por perseguir deseos y sueños es importante.
Cumplió una nueva meta, partir hacia un nuevo fútbol: el argentino, con Club Atlético Patronato.
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