Diego Sancho (@SanchoDiegoo)
Pasan las semanas y la Copa
Sudamericana ofrece cada vez mejor calidad de juego. Para esta ocasión
enfrentaba Atlético Nacional de Medellín que venía de buscar su pase en el
difícil Brasil. Por otro lado esta Universidad Cesar Vallejo, que también tuvo
que vencer a su similar brasileño para llegar a cuartos de final del torneo
internacional. En la previa del encuentro se sabía que los de Medellín eran claros
favoritos, pero haciendo un repaso de las virtudes de los peruanos, todo
indicaba una lucha constante por el dominio de la mitad de cancha.
La misión del equipo poeta era
buscar a sus extremos para conectar hacia el área con Andy Pando, referente
ofensivo de su oncena. Quien supo asociarse mejor con Pando fue Chiroque,
individualidad que fue un dolor de cabeza para volantes de marca y defensas;
control en velocidad, corrida incómoda para seguimiento y destellos técnicos
notables ofrecía el carrilero visitante.
Si los de Franco Navarro querían
mantener su arco en cero debían opacar a Sherman Cárdenas, máximo creador de
juego en ataque para los verdolagas. En los primero minutos el 7 verde fue
despojado del esférico en propia mitad de cancha y esto causó contraataques que
requirieron trabajo para la primera línea defensiva. Ante la presión alta del
tridente universitario, Sherman no volvió a dominar el balón próximo a la
cabaña de Armani.
Era más Cesar Vallejo cuando
Millán aprovechó la rapidez de Chiroque por
la izquierda, quien avanzó varios metros a espaldas de su marca, y corrió
hasta la medialuna. Su disparo fue incómodo y el portero argentino supo
desviarlo, pero se generaba la oportunidad más clara en menos de 20 minutos.
El profesor Osorio ubicó a Cárdenas
como 10, detrás de Ruíz con Copete y Guisao como “wings” y como parrillero de
Ruíz. También ordenó a los suyos a acaparar
la tenencia para que las líneas enemigas cedan terreno en su terreno. Este orfebre proceso llevó un tiempo, pero a
media hora del pitazo inicial Ruiz recibió un pase de la muerte que no pudo
estrenar las redes por un mal control orientado. Esta pareja ofensiva se volvió
a encontrar dentro del área en repetidas ocasiones.
Tal y como se planteó, los peruanos se ubicaban cada vez más cerca
de Libman. Los centrales llegaban a achicar al borde del área, permitiendo
labores de pivoteo y paredes muy peligrosas. Por este planteamiento el arco se
abrió para el beneplácito del Atanasio Girardot. La oncena naranja quedó picada
y en una segunda jugada de ataque Bernal quedó solo en zona de rebotes, con
espacio suficiente para rematar de larga distancia y adelantar a su legión. Un
golazo.
Vencidos por el cansancio y la
altura, la reacción de los dirigidos por Navarro fue tímida. La fatiga de se
iba apoderando del conjunto poeta y cada vez era más difícil hacer fútbol y
defender con eficacia. El ingreso de Valoy en el segundo tiempo fue la
modificación acertada, el volante dio gala de sus recursos de verticalidad y
desde su primer contacto con el balón fue de exhaustiva atención.
Por alguna razón el 2-0 no subió
al marcador, el árbitro no avaló la
ejecución de una pelota parada magistralmente ejecutada con una chilena como
remate, tras dos pases. El principal López consideraba que la definición no
fue la más ortodoxa y cantó falta a favor de César Vallejo. Nacional tenía
argumentos para una victoria de mayor peso.
UCV iba a tener una última oportunidad
para el empate. Un desliz por parte de Farid Díaz de espaldas a Daniel Chávez
con una sorpresiva habilitación por la derecha, remató a puerta y consiguió los
guantes de Armani.
Nacional solo pudo hacerle un gol
a una oposición que se desplomó temprano y deberá confirmar superioridad de
visitante (otra vez en Copa Sudamericana) en Trujillo el próximo 5 del mes de
noviembre.
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