De las más recientes sorpresas para el balompié
sudamericano es el reciente desempeño de uno de los países de más tradición
futbolística: Colombia. La vuelta al mundial de Brasil sumada a su destacada
participación en el certamen ha causado un revuelo a nivel mundial. En esta
ocasión analizamos qué hace que el accionar de los dirigidos por José Pekerman
sea tan vistoso.
Triangulaciones con proyección
Otro de los factores que también sorprenden de este cuadro
nacional es la simpleza con la que desplazan la pelota en zonas de peligro. Lo
hacen con triángulos previamente trabajados que le dan un aval táctico de lujo
para hacer daño a sus rivales. La cualidad clave de esta apuesta es la
habilitación de uno de sus aristas. Acá un ejemplo de cómo se va formando este modelo
de juego asociado.
Para este amistoso londinense no iba a estar Radamel Falcao,
que seguramente potencie a su selección en la delantera. De todas maneras había
variantes a la altura de la circunstancia, Carlos Bacca mostró entendimiento
con James Rodríguez y Teófilo Gutiérrez. El ariete del Sevilla español fue el
finalizador de varias oportunidades y confirmó su buen momento con este gol.
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Como un solo tanto no les daba la ventaja, continuaron el
ataque sin renunciar a su estilo. El que terminase las acciones de ataque esta
vez iba a ser Teo Gutiérrez. Para ello se dio ingreso a su compatriota Edwin
Cardona que cumpliría funciones de enganche. Otro recién ingresado empezaría al
triangulación; Adrián Ramos sabría adentrarse en el área para encontrar a Teo,
que empujó el gol como como un “9” de clase mundial.
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Correcciones pendientes en el fondo
Lo que parece un 4-3-3, luego es un 4-1-3-2 u otra posible
combinación que confunde a los oponentes y esto ayuda a que el planteamiento rival
sufra constantes modificaciones. Estos cambios rotacionales tienen puntos bajos
a la hora de presionar la salida del rival, pues suelen darse errores en la
marca. Queda explícito como un jugador norteamericano se escabulle entre tres
volantes colombianos.
A Colombia se le da bien el bloqueo del último cuarto de cancha
con una clara línea de 4 que dificulta la gestación en esa zona, sin embargo en
esta oportunidad Armero le cede espacio a Keith Rubin, que estuvo cerca complicar el
resultado con un fuerte cabezazo.
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