Mono Rubino
Independiente perdió contra Gimnasia un partido en
el que le faltó ambición para buscarlo desde el arranque, eso decía la línea
de cinco defensores que pusó Jorge Almirón con Zárate, Figal, Tula, Cuesta y
Villalba. Ya que se sabía de antemano que el Tripero iba a atacar lo justo
y necesario, centrando sus movimientos en su número 9 Pablo Vegetti.
En
el medio-campo aparecieron nuevamente Méndez y Mancuelo, más adelantado se paró
Montenegro y los hombres de punta fueron Riaño y Lucero.
En el comienzo, Independiente tuvo la intención de
generar juego a un toque, intentando superar a los defensores del Lobo en pocos
movimientos. Igualmente las jugadas eran cortas, porque faltaba la conexión
final luego de tres cuartos de cancha.
Con el correr de los minutos, el Rojo intentó
adelantarse en el campo, vio como Gimnasia no podía generar peligro y se animó
a pararse algunos metros adelante, y ahora Zárate terminaba siempre adentro del
área, y en una gran juagada estampó un tiro de sobre-pique al travesaño.
Como
el visitante jugaba con mucha gente delante de Monetti, el local utilizó
bastantes veces el recurso del disparo de media distancia.
El primer tiempo terminó y la tónica de
Independiente fue la misma que en lo que restó del partido. Le faltó ilusón,
esa ilusión que sí tuvo en otros partidos, un extra, esa chispa que por ahora
venía sirviendole.
En el segundo tiempo continuó todo de igual manera,
hasta que el DT decidió sacar a uno de los jugadores más claros que tenía el
equipo y que más lastimaba que era Alexis Zárate, para poner a Pisano. Y a
partir de acá el equipo perdió la única arma que tenía para lastimar. Además,
con la salida del 25 se soltó el lateral izquierdo de Gimnasia, Lucas Licht,
que pudo llegar a convertir el único gol del partido.
Luego entraron Penco y Benitez por Lucero y Riaño,
mostrando el flojo partido que tuvieron ambos delanteros, pero apenas entraron
en contacto ambos con la pelota.
Lo
único que hizo el Rojo desde el gol, fue tirar centros e intentar juntar gente
en el área rival. Esto, sumado a algunos buenos disparos de Pisano y Montenegro
desde lejos, convirtieron al Mono Monetti en figura de su equipo.
Finalmente Independiente no pudo empatar, quizás la
victoria haya sido mucho premio para un rival que hizo tiempo todo el partido y
que además tuvo en su arquero a su pilar.
Sin duda, este fue el traspié que haya acabado con
las ilusiones de Independiente de pelear el campeonato, pero la moral no debe
caerse, porque se está haciendo un buen campeonato y aún quedan partidos muy
importantes por jugar.
Extraído de http://www.orgullorojo.com/independiente/choco-contra-el-mono-18112
Publicar un comentario