Diego Sancho (@SanchoDiegoo)
La liga inglesa es uno de los mejores ejemplos de
globalización del deporte. Una torneo donde el futbolista gana jugosos salarios
en la moneda más fuerte del planeta no puede albergar a atletas que no sean del
primer nivel, aquí no juega solo europeos; juegan los mejores sin importar
origen en un calendario comprimido en el que jugar con la selección a la par de
un club puede ser visto como un estorbo a la escasa distención que ofrece la
competición.
En una liga tan vistosa y exigente encontramos a dos equipos
con par de sudamericanos por bando: el Manchester City del jeque Mansour salió
con los argentinos Martín Demichelis y
Sergio Agüero mientras que Queens Park Rangers alineó a Mauricio Isla y Eduardo Vargas,
chilenos al igual que el DT del rival, Manuel
Pellegrini.
El QPR es un equipo que ataca a través de circuitos de juego
buscando finalizar con Charlie Austin, joven delantero de la casa que suma
cinco dianas y es la cara de la esperanza para los afectos de la franquicia
para mantenerse en la división de honor. Su actual posición en la tabla sugiere
que aún queda mucho trabajo para llevar a cabo la salvación matemática, pero
ante el City tuvieron destello integrales de juego asociado.
Edu Vargas, el cerebro
de QPR
Por el costado izquierdo de los ciudadanos soltaba un pase
Vargas para encontrar a su compatriota Isla, que con velocidad y dotes de
carrilero, aprovechaba su velocidad para quedar a pocos metros del área centrando
el balón a Austin, finalizador. El segundo intento de este guion significó el
1-0 en Loftus Road. Este ejemplo de juego
asociado cortesía de dos chilenos.
Vargas sería actor de
reparto haciendo el mismo papel en otra película. El circuito iba a
alternar piezas, pero iba a concretar otro tanto por medio de la habilitación
por derecha; esta vez había un villano
en la oposición, pues quien introduce el esférico en la portería es un sudamericano, Martín Demichelis. Si
en los registros estadísticos del balompié se cuantificase el crédito por armar
la jugada del gol, Chile tendría un
volante con labores de enganche en su haber. Esto hacía que peligrase el puesto de Pellegrini, su
compatriota.
Sergio Agüero, el
rebelde
Sería mediocre darle mérito exclusivamente al Kun por haber
rescatado el punto de visitante por sus dos goles de crack argentino, precisamente
porque los flashes se quedan con la
finalización y no con la gestación del gol. La tarde del ex Independiente quedará
para el recuerdo por una cuestión de
ingeniería pensada desde el banquillo.
El mismo patrón se repite en los dos goles, así que haremos
un resumen de cómo los de Manchester evitaron un episodio trágico. La salida de
los citizens llega en línea de 3 con Yaya
Touré apoyando el toque hasta un tercio del terreno de juego. Cuando esto
sucede se espera a que el “Kun” consiga
un mínimo espacio para recibir en una oncena abierta cubriendo la otra
mitad del campo. Cuando se cumplen estas variables, un pase largo efectivo es magistralmente dominado por el argentino,
que como bestia acechando a su presa esquiva rivales con gambeta y amagos típicos del sur de nuestro continente para vacunar las redes sin contemplaciones. Agüero
se va de Londres con más goles que puntos, pues la oposición también tenía un vecino
de su tierra que sabía labrarse el camino a la zona prometida, pero con otros
recursos.
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