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12 de noviembre del 2014, el día del regreso de uno de esos deportistas que es antagonista y protagonista; odiado y amado, todo al mismo tiempo: Carlos Vela. El exfutbolista del Arsenal inglés no disputaba un partido con el Tri desde que en 2011 se enfrentó a la Venezuela de César Farías.



A pesar del precedente polémico mundialista entre Holanda y México, el partido gozó de buen fútbol. La victoria se la adjudicó la selección de América con un doblete del rápido Vela.


Vela fue una pesadilla para la zaga de Guss Hiddink. En el dibujo táctico, ´Carlitos´aparecía junto a Javier Hernández en un doble ‘9’; sin embargo, el delantero del Real Madrid era quien se visualizaba como referencia en el frente de ataque.


El papel de Carlos era triangular con Vásquez, Herrera y Guardado, estos dos últimos formando una línea de 3 mediocampistas creativos junto a Vela cuando México tenía la pelota. Acierto para Miguel Herrera.







A pesar de marcar primero, México no disminuyó la intensidad. Cuando el Tri no tenía el balón, el de la Real Sociedad era el señalado para presionar a Bind –principal vía de salida para Holanda- y al resto de los defensores oranges.


La Selección europea nunca supo marcar a Vela, quien se escoraba entre los laterales holandeses para romper sistemas de marcaje y abrirle espacios a Herrera y Guardado para sumarse al ataque. Los movimientos de pivoteo de Vela generaban espacios para poder violentar la portería de Krul.





Vela fue el mejor del Tri, más allá del par de goles. Descontroló a un equipo que se notó desesperado. El mecanismo de solución por el que optaron los locales fue detener a Vela con infracciones. Con 25 años, el jugador tiene 11 goles con su casaca nacional. A día de hoy, Vela está de luna de miel con el pueblo que lo aborrecía.

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