Uno de los clubes más grandes de Uruguay
vuelve a la Copa Libertadores luego de siete años. Danubio asume el reto de
trascender en un grupo repleto de peces gordos del fútbol sudamericano: el
campeón defensor San Lorenzo, el siempre presente San Pablo y Corinthians (Brasil).
Actualidad
Luego de un trabajo excepcional tras la
llegada de Leonardo Ramos, “la universidad del fútbol uruguayo” volvió a cantar
el “Dale campeón” luego de vencer en la final del balompié charrúa ante
Montevideo Wanderers. Con su tercer título en diez años buscarán afirmar que el
éxito no es transitorio en un grupo que demandará el máximo nivel de su
plantilla.
Con mucha juventud en sus filas, el “tercer
grande” se prepara para un semestre abultado de minutos de fútbol en una mini
gira en Argentina, donde el profesor Ramos busca la rotación necesaria que
mantenga la idea de juego en la doble competencia. La Libertadores comienza el
19 de febrero, casi a la par que el Apertura uruguayo. El factor físico será
clave en los albores del torneo.
Historia en Libertadores
El grupo de los montevideanos para el torneo
continental estará conformado por equipos que han ganado la Libertadores en el
nuevo siglo. Danubio jugará apenas su cuarta participación, sin embargo en su
debut copero alcanzó las semifinales en el año 1989.
Estadio
El centralizado fútbol uruguayo se ve
obligado a que sus equipos se dividan las sedes. Por ejemplo Danubio comparte
localía con Defensor Sporting, su mayor rival histórico, en el Jardines del
Hipódromo con capacidad para hasta 18.000 hinchas.
La Estrella
Agustín Viana, de 31 primaveras, es la
incorporación más resaltante junto al central Fornaroli. Volante de marca
agresivo ayudará en labores de recuperación y se espera que se adapte al
comportamiento defensivo de sus nuevos compañeros. Surgido en Nacional, Viana
en su currículum acumula más de 200 partidos oficiales con paso desde Bella
Vista hasta la Sampdoria en Italia.
Capitán
Brasileño de nacimiento, casi dos metros de
altura y una trayectoria llena de buenas reseñas. Se trata de Jadson Viera,
gestor de egos en el vestuario danubiense. “Es el día más feliz de mi vida”
declaró el año pasado luego de levantar el último título para los suyos.
Experimentado en impedir desbordes en un fútbol tan endeble como el uruguayo,
Viera cuenta con el apoyo de su DT en funciones de último hombre y de líder en
la cancha.
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