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Diego Sancho (@SanchoDiegoo)


Toca ir por más en Libertadores

Uno de los clubes más grandes de Uruguay vuelve a la Copa Libertadores luego de siete años. Danubio asume el reto de trascender en un grupo repleto de peces gordos del fútbol sudamericano: el campeón defensor San Lorenzo, el siempre presente San Pablo  y Corinthians (Brasil).

Actualidad

Luego de un trabajo excepcional tras la llegada de Leonardo Ramos, “la universidad del fútbol uruguayo” volvió a cantar el “Dale campeón” luego de vencer en la final del balompié charrúa ante Montevideo Wanderers. Con su tercer título en diez años buscarán afirmar que el éxito no es transitorio en un grupo que demandará el máximo nivel de su plantilla.

Con mucha juventud en sus filas, el “tercer grande” se prepara para un semestre abultado de minutos de fútbol en una mini gira en Argentina, donde el profesor Ramos busca la rotación necesaria que mantenga la idea de juego en la doble competencia. La Libertadores comienza el 19 de febrero, casi a la par que el Apertura uruguayo. El factor físico será clave en los albores del torneo.

Historia en Libertadores

El grupo de los montevideanos para el torneo continental estará conformado por equipos que han ganado la Libertadores en el nuevo siglo. Danubio jugará apenas su cuarta participación, sin embargo en su debut copero alcanzó las semifinales en el año 1989.



Estadio

El centralizado fútbol uruguayo se ve obligado a que sus equipos se dividan las sedes. Por ejemplo Danubio comparte localía con Defensor Sporting, su mayor rival histórico, en el Jardines del Hipódromo con capacidad para hasta 18.000 hinchas.

La Estrella

Agustín Viana, de 31 primaveras, es la incorporación más resaltante junto al central Fornaroli. Volante de marca agresivo ayudará en labores de recuperación y se espera que se adapte al comportamiento defensivo de sus nuevos compañeros. Surgido en Nacional, Viana en su currículum acumula más de 200 partidos oficiales con paso desde Bella Vista hasta la Sampdoria en Italia.

Capitán

Brasileño de nacimiento, casi dos metros de altura y una trayectoria llena de buenas reseñas. Se trata de Jadson Viera, gestor de egos en el vestuario danubiense. “Es el día más feliz de mi vida” declaró el año pasado luego de levantar el último título para los suyos. Experimentado en impedir desbordes en un fútbol tan endeble como el uruguayo, Viera cuenta con el apoyo de su DT en funciones de último hombre y de líder en la cancha.




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