Diego Sancho (@SanchoDiegoo)
Así como en el fútbol hay que dominar la parte táctica en
posesión del esférico para conseguir
goles, hay que saber neutralizar al contrario sin la pelota para no
concederlos.
El concepto del acoso defensivo en el fútbol tiene que ver
con la labor del marcador de evitar que el poseedor del balón cumpla con el
objetivo. Este objetivo no es ni más que desbordar
al defensa, en otras palabras: anular la función defensiva de su oposición.
Para ejemplificar los distintos tipos de acoso que se pueden
dar (según el contexto de juego en el que se presenten) usaremos un duelo
sudamericano de la liga de las estrellas.
El internacional venezolano Roberto Rosales, lateral derecho titular del
Málaga será el protagonista de este análisis luego de su impecable actuación
ante el Barcelona en el Camp Nou, donde su equipo se llevó los tres puntos. El
villano será el astro del fútbol mundial Neymar Da Silva, que no supo doblegar
al ex Twente en la caída blaugrana.
Anticipo posicional:
“Llegar es mejor que estar”. Así suele alegar
incansablemente Juan Pablo Varsky y en esta ocasión queda demostrado. Lionel
Messi intenta realizar un cambio de percepción en el avance buscando a Neymar,
pero Rosales lee la jugada y le gana la posición, pues consigue al brasileño de
espalda. El robo de balón puede darse cuando el contrario recibe de con el
dorsal hacia el arco contrario o cuando se ubica fuera de la zona de contacto
de la pelota.
Orientación
Cuando no se puede interceptar la tenencia se acude a que el atacante no penetre cierta franja,
para ello es necesario desviarlo hacia el sector de la cancha donde sea menos
asociativa su descarga. La forma más efectiva es reducirlo a un costado o que
retroceda. Acá Rosales orienta a
Neymar a salir
del área y seguir reculando.
Cierre de línea de pase y acoso impar
En más de una ocasión este duelo por la banda se vio
arrinconado cerca de la cabaña de Kameni. En las escaladas de los catalanes
buscando el gol, los malagueños colapsaban el área intentando que cada
potencial receptor tenga una marca que le referencie. Esto fue parte del
comportamiento defensivo de los andaluces y obligó al venezolano a cubrir el
espacio del ex Santos.
La superioridad numérica en el costado del nacido en Catia
se hizo presente. Tuvo que acosar a dos jugadores en inminente incursión; fue de nuevo el paulista quien se encimaba a la portería, pero fue
disminuido de nuevo por su verdugo de esa tarde. Se puede ver cómo ocupa el espacio justo en el trazo imaginario que existe entre los dos arietes.
Al final del partido, con la desventaja y la presión de la
localía, Luis Enrique renunció a la penetración a través de la banda del
venezolano por su guerra sin cuartel, que siempre cerraba la línea de pase.
Esto sucedió contradiciendo un patrón establecido en la identidad del Barcelona.
Brasil y Venezuela están en el mismo grupo de la Copa América
de Chile en julio, ¿Será Rosales el muro de contención para Neymar en ese entonces?
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