Por: Luis Suárez (@Luije77)
Siempre se recordará cuando Stalin Rivas emprendió la
ruta de los vinotintos en el exterior. Con su excelsa zurda viajó a Bélgica
para defender la camiseta del Standard Lieja, equipo al que llegaría Luis
Manuel Seijas mucho tiempo después.
Hoy, el talento venezolano es mucho más mediático. No
quiere decir que otrora no hubiesen aptitudes, sino que la oportunidad de
desarrollarse de una forma más apresurada hoy es posible aun en un fútbol
atrasado como el de nuestro país.
Josef Martínez es el ejemplo perfecto. En el equipo de la Cota 905 que dirigía Ceferino Bencomo, el nacido en Valencia logró hacerse con espacios de un
Caracas que tenía otros muchachos prometedores en la cantera como Fernando
Aristeguieta, Edwin Peraza y Alexander González.
Rápido
viaje por el Viejo Continente
En la temporada 11/12, Josef saldría junto a González con
rumbo a Suiza para enfundarse la casaca del Young Boys, club en el que militó
otro de este país: Gabriel Urdaneta. No fue fácil la pasantía en el conjunto de
Berna, por lo que Martínez fue cedido al Thun, donde explotó y logró marcar 9
goles para regresar a su club de origen y posteriormente ser vendido al Torino
de Giampiero Ventura. El valenciano acumula 6 goles al momento de escribir esta
nota.
Casos como estos son cada vez más comunes. Saltar a
Europa al apenas rozar la mayoría de edad en Venezuela es un riego tremendo. Hasta
ahora, Martínez ha tenido un gran desempeño teniendo en cuenta que es categoría
93. No solo por los goles marcados y el buen juego, sino por la capacidad de
adaptarse camaleónicamente a los requerimientos del difícil ambiente suizo e
italiano, cuya sociedad exige una rutina totalmente diferente en cuanto a convivencia
familiar, alimentación e idioma. Cabe destacar que Josef declara en italiano
ante los medios del país de la bota y al propio departamento de prensa del
Torino.
Manejo
del salto a Europa en otros países
Para tener una idea de cómo se orienta a los jóvenes en
otras latitudes, el mejor ejemplo es Colombia. Primero por la cercanía
regional; segundo por el éxito de los suyos. En el país cafetero se apuesta por
un fútbol escalado, cuya razón se basa en colocar al futbolista en diferentes
grados de dificultad de forma ascendente para que llegue al tope en el fútbol
europeo.
Luego de aprender los conceptos básicos en Colombia, al
futbolista adolescente se le envía a otro país de Sudamérica con mayor presión
deportiva (principalmente Argentina). Allí el jugador debe ganarse un nombre a
punta de esfuerzo e inteligencia. ¿Ejemplos? Radamel Falcao; River Plate, James
Rodríguez; Banfield, Carlos Carbonero; River Plate, Pablo Armero; Palmeiras.
El caso más común para el entorno de Venezuela es Michael
Covea. Este volante de 21 años salió del Deportivo Petare después de ser de los
mejores juveniles del país en 2013. Su destino fue San Martín de San Juan,
equipo de la Primera B Nacional que tras la expansión del torneo argentino es
parte de la Primera División. Hoy Covea está en proceso de lidiar y
sobreponerse a un fútbol de gigantes: River Plate, Boca Juniors, Independiente
de Avellaneda, Racing Club…
Malas experiencias para aprender
Los agentes deben orientar a los jóvenes para no repetir
casos como los de Yohandry Orozco, quien ha visto truncado su crecimiento por
un casi nulo periplo en el Wolfsburgo y que ahora trata de recuperar su nivel
en Táchira.
Transfermkt.es tasa el pase de Josef Martínez en 2.5
millones de euros. Su ascenso ha sido fruto de un gran esfuerzo y buenas
oportunidades; sin embargo, no todos tienen el mismo destino. Por ahora, hombres
como Andrés Ponce, Víctor García, Jaime Moreno, Darwin Machís y Juan Pablo Añor
luchan también por consagrase en el exterior.
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