Ads (728x90)



Por: Mijail Mercado (@Mijailovic_

LOS INICIOS

Romel Javier Quiñonez Suárez, nacido en San José de Chiquitos, provincia del departamento de Santa Cruz el 25 de Junio de 1992. Es el cuarto de cinco hermanos. Desde muy pequeño estuvo envuelto en la actividad deportiva en un pequeño equipo juvenil de su pueblo natal llamado “Paichiquí”. Pero no fue hasta que recibió una beca de la prestigiosa academia de futbol de Santa Cruz “Tahuichi” que su sueño empezó a hacerse realidad.

Con tan solo 11 años debía dejar su pueblo, su familia y amigos para mudarse a la metrópoli cruceña, ante muchas decisiones difíciles optó por seguir su sueño con el apoyo incondicional de su familia. Se trasladó a las viviendas de la academia un 20 de Junio de 2004, tan solo 5 días antes de su cumpleaños, el cual pasó en solitario.

Participó en torneos de la academia Tahuichi acompañado de jugadores que ahora son también futbolistas profesionales como Jhasmani Campos, Rudy Cardozo (ambos ahora compañeros suyos en Bolívar) y Alcides Peña (Oriente Petrolero).

EL GRAN SALTO AL PROFESIONALISMO

Romel, declarado hincha del club Oriente Petrolero, recibió muchas veces la invitación de formar parte de los campeonatos juveniles vistiendo la casaca de muchos equipos cruceños, pero su deseo enorme siempre fue llegar a jugar en el Club Bolívar. Finalmente el deseo se cumple cuando es invitado por el mismo club paceño a disputar un torneo con su equipo pre-profesional el 9 de Agosto del 2010, la edad de 18 años y formar parte del plantel profesional a préstamo por 4 meses.


A un mes y fracción de su llegada debuta profesionalmente el 7 de Octubre de 2010 (18 años) ante Real Potosí en un partido que terminó en empate en territorio visitante 1-1. Como titular se estrenó una semana después el 24 de Octubre ante Oriente Petrolero, victoria de Bolívar por 2-1 en la ciudad de La Paz. Todo ocurrió bajo el mando del ex futbolista y campeón mundial el 86´ el argentino Nestor Clausen, DT de Bolívar ese tiempo, quien le dio la confianza a un joven arquero tras la ausencia del para entonces titular en el pórtico celeste, el argentino Marcos Argüello.

Renovó su vínculo con Bolívar el 2011 firmando contrato por 5 temporadas. Ese mismo año se proclama campeón del torneo Adecuación.

La habilidad de Romel para atajar penales se puso en evidencia en varias oportunidades cuando jugó en sus inicios y fue probado en el campeonato de pretemporada en Bolivia, donde por la vía de los penales se convirtió en héroe conteniendo balones desde los 12 pasos. También empezó a relucir la característica por la cual empezó a caracterizarse que es en su salida con fuerza y puños arriba para luchar balones aéreos, sin miedo a los choques el joven portero empezaba a demostrar sus cualidades. Con 1.82 m de altura, 80 Kg de peso y buen porte físico, sus condiciones eran muy buenas.

De a poco se hizo dueño del arco de la academia paceña, ratificándose como titular bajo el mando del DT español Miguel Angel Portugal.



EL LLAMADO DE LA MADRE PATRIA

A pesar de no haber formado parte de seleccionados nacionales en categorías juveniles, el destino le venía guardando el pórtico de “la verde” al joven portero que cada vez ganaba más elogios.

El DT español de la selección Boliviana, el vasco Xabier Azkargorta, estaba al mando durante la segunda rueda de las eliminatorias al mundial de Brasil 2014. Con el panorama muy complicado ya para Bolivia en aspirar a un cupo al certamen, decide llamar a nuevos valores para afrontar las fechas 15 y 16 ante Paraguay en Asunción y ante Ecuador en La Paz. Entre aquellos rostros nuevos estaba el joven portero de Bolívar Romel Quiñonez, llegando a su primera convocatoria con 3609 minutos de juego, con 38 partidos como titular, 7 veces ingresando desde el banco, con 50 goles en contra, con 0 goles concedidos en el torneo apertura boliviano en curso, con dos eufóricos clásicos nacionales disputados como titular y ya campeón del Campeonato Clausura 2012/2013.

Y fue así, luego de ser goleado por Paraguay, el 10 de Septiembre ante Ecuador el pórtico boliviano tuvo nuevo dueño, debutando Quiñonez en aquella tarde en La Paz donde sólo pudieron vencer su valla por vía del penal. Al final del encuentro el marcador quedó igualado 1-1, ambas selecciones con sabor a eliminación pero con un gusto especial para los bolivianos porque estaban en vistas de que el arco nacional estaría bien custodiado desde entonces.

Ese semestre finaliza con un Romel inamovible en el arco bolivarista e ídolo de la academia celeste.



UN 2014 INOLVIDABLE

El año siguiente el Club Bolívar disputaba el torneo más importante de América, la Copa Libertadores de América. Luego de una derrota en el debut ante Emelec en Guayaquil, en La Paz se salvó un empate que pudo ser derrota si no fuera porque Romel Quiñonez contuvo un tiro penal a nada más y nada menos que a Rafael Márquez.

Cuando todo se pintaba de gris, asumió la dirección técnica de Bolívar Xabier Azkargorta dejando la selección nacional para unirse a los celestes. Logrando, bajo su mando, revertir el último lugar de su grupo en la copa ganarlo con 11 puntos, encima de León, Flamengo y Emelec, destacando al portero boliviano en incontables actuaciones que ahogó el grito de gol a los mexicanos en su propia casa, donde Bolívar logra derrotarlos por 0-1.

Empezó a sonar fuerte el nombre de Romel Quiñonez en México y en toda América, el joven portero que empezó a hacerse de fama por sus reflejos impecables, posicionamiento bajo los tres palos, su seguridad para disputar balones aéreos y el coraje para salir a reventar balones divididos fuera de su área. Tanto así que clubes mexicanos empezaron a hacerle seguimiento.



Su tarea, acompañada de un gran equipo de Bolívar, llegó a poner al club en semifinales en la Copa Libertadores, situación que no ocurría con un equipo boliviano desde el 1986 cuando el mismo Bolívar llegó a esta instancia.

En el amistoso jugado en Sevilla ante la campeona del mundo España, el 30 de Abril del 2014, con todas sus figuras, Romel demostró que no se achica. Un partido dominado enteramente por la selección “roja”, dio bastante trabajo al guardameta boliviano, salvando en 7 oportunidades muy claras al elenco nacional.

Ese mismo año fue condecorado como el mejor jugador de la temporada 2013/2014 por el diario nacional “El Deber”, premio que se otorga anualmente y que por primera vez cae en los guantes de un portero, además siendo el deportista más joven en recibir el galardón (22 años).

En la segunda mitad del semestre, cuidando los tres palos de la academia paceña, se vuelve a coronar campeón del torneo Apertura 2014/2015.



En lo que va de este año, se nota a un Quiñonez bastante maduro, con un futuro bastante prometedor. Un nuevo título con Bolívar a principios del 2015, logrando el bicampeonato de la temporada 2014/2015, lo trasforman en un jugador que sabe de triunfos, con roce internacional y con hambre de más logros. Su voz de mando se hace escuchar notoriamente en los partidos y en la selección sus compañeros le retribuyen con una confianza única y le encomiendan ser la última barrera ante rivales de peso impresionante, los mismos que enfrentará en esta Copa América.

El gran objetivo del portero nacional, admirador de Iker Casillas, es mostrarse en esta Copa para poder ser transferido a un club del extranjero, de esa manera crecer como futbolista en un puesto tan difícil como el de guardavallas y también darle una mejor calidad de vida a su familia, en especial a su pequeño hijo Matías (3 años).
Con tan corta edad y a sabiendas que la vida profesional de un guardameta es un poco más extensa que el promedio de los futbolistas en otros puestos, estamos en frente de un valor Sudamericano para muchos años que de a poco se descubre para el resto del continente, porque en Bolivia ya tiene un nombre hecho y el cariño del todo un país, que pone en sus guantes los sueños e ilusiones de este combinado boliviano que disputa el certamen de selecciones más antiguo del mundo con el objetivo de volver a ganar el respeto de sus similares.

Publicar un comentario