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Por Emilio Pichardo (@EmilioP7_)

¿Cómo voy a olvidarte a ti, panzón? Que cuando saltabas a la cancha, cimbraba la tierra. Los rivales al verte, ya iban perdiendo uno a cero. ¿Cómo voy a olvidarte pelón? Que nos deleitaste en cada mundial que jugaste, que lograste ser el máximo anotador de la justa, que conquistaste Madrid, Milán y el corazón de cada brasileño. ¿Quién iba a pensar que con ese físico y esa lesión que casi te alejó de las canchas, serías el único y verdadero Ronaldo?

Y al recordarte, extraño. Pues veo que los de tu especie, están en peligro de extinción. Los goles de Klose, Crespo, Batistuta, Lineker, Pelé o Di Steffano han quedado en la historia, guardados en la memoria de los libros, en la cabezas de los aficionados, inmortalizados en las redes de los estadios.

Guardamos nuestras esperanzas en un polaco, que nos trae a ratos, breves ‘flashbacks’ del instinto depredador del nueve. Si, tú, Robert. Capaz de anotar 5 goles en menos de trece minutos, capaz de hacer que Guardiola crea que está soñando, capaz de hacerme sentir que el nueve ha vuelto con tus constantes e impresionantes goles con la selección y con el Bayern. Sin embargo, volteó a ver a otros lados, y veo que estás solo, ojalá fueras eterno.

El título de este artículo es para guardar un minuto de silencio. El nueve ha muerto. Charles Darwin tenía razón, el hombre evoluciona, el más fuerte y capaz, es el que sobrevive.

Cruyff fue un revolucionario por completo del futbol. Con él, el futbol empezó a ver que no necesariamente el DC era el que hacía los goles. El holandés era una volante ofensivo, arrancaba desde atrás y era el lírico del equipo. El, como ningún otro, dio inició al genocidio del ‘9’, Miguel Brindisi, ex jugador argentino, decía en referencia al Mundial del 74’: “Los primeros 10 minutos, Cruyff los jugó en posición de 8. Después se fue de wing izquierdo. Al rato era marcador de punta de ese lado. Después estuvo de back derecho. Durante el segundo tiempo, se tiró de wing izquierdo. Y cuando Perfumo pateó ese tiro libre y volteó a uno, todos salieron a hacer la jugada del offside, y Cruyff fue el único que se dio cuenta de que había quedado uno caído habilitando y bajó para hacer de líbero”. Hubo un antes y un después de Holanda en todos los sentidos.

Después llegó Maradona, el ‘barrilete cósmico’ partía desde atrás y daba espectáculo de futbol total, nada más habrá que recordar el gol del siglo que hizo en México 86´, cuando desde media cancha arrancó y se fue quitando rivales con impresionantes cambios de ritmo. Maradona fue goleador y pasador en cada cancha que pisó, el daba miedo desde que calentaba.

No soy contemporáneo de ni uno de estos dos, sin embargo al ver documentales y repesar sus goles en videos, confieso que sería un loco fanático de estos ´cracks’. Jugaban un futbol completamente diferente al que se jugaba en aquella época. Revolucionaron al futbol, y opacaron al DC, siendo ellos los goleadores y figuras tanto de sus equipos, como de sus selecciones.

Después llegó Wenger, y fichó a Henry; El winger que se convirtió en nueve, y la rompió en Inglaterra. En sus inicios con el Mónaco, como extremo izquierdo mostró una gran velocidad, inteligencia y desborde, motivo por el cual llamó la atención de la Juventus de Italia, quien en esa misma posición lo probó y fracasó.

En Arsenal, la vida cambiaría por completo para el club y para él, pues Arsene lo hizo centro delantero, y desde su primer parido hasta el último, la superioridad del francés en el terreno de juego era notable, no había ni un jugador que se le pareciera, de afuera hacia adentro y de adentro hacia fuera, Henry cambiaba la palanca de velocidades para destruir adversarios. Tenerlo ahí, era una seguridad pura para el ‘hincha’ gunner, pues si el equipo simplemente no andaba, tenían ahí a Henry, que con una genialidad hacía la diferencia.




En el futuro, cuando enseñen futbol, quizás recuerden los maestros que en el SXXI, el delantero centro tuvo sus últimos años de vida. Se enseñarán que Cruyff, Diego y Thierry fueron los antecedentes, y cuando verdaderamente llegue el clímax del tema, entonces aparecerá Lionel Messi y el Barcelona de Pep Guardiola. La invención del nueve falso.

Guardiola en alguna conferencia explicó por qué el 9 falso: "Los buenos tienen que jugar adentro" Pep prioriza la posesión del balón, la movilidad, y la superioridad numérica (4 vs. 3) en el círculo central. Con la salida desde el fondo y la posesión de un central, que empieza a subir y sigue o, en su defecto, libera la marca de un volante para descargar. "Con el riesgo de que, si el central pierde la pelota en ese primer pase, en defensa quedamos 1 vs. 1. Pero bueno, es cuestión de valentía, ahí decide el DT".

“Messi jugaba muy tirado a la orilla y yo sabía del potencial que podía desarrollar. Tenía claro que un jugador con sus características debía que jugar en el centro de la cancha pues es necesario que toque el esférico cuantas veces sea posible y también es la parte de la cancha donde los demás jugadores pueden pasarle el balón”

Con Messi de "falso 9", los centrales dudaban: sentían que si uno lo perseguía, iba a ser igual en vano por su capacidad de desequilibrio individual y, encima, el espacio que quedaba por adentro para un solo central iba a ser muy grande (recordar que "por afuera está la línea" como aliada defensiva). Entonces se quedaban. Si Messi jugaba afuera, la marca lo seguía. Por adentro, ya no. Y Barcelona generaba superioridad numérica donde quería Guardiola, escribía Christian Leblebidjian en canchallena.

Con Messi y la filosofía de Guardiola, los nueves poco a poco se fueron extinguiendo, hemos visto como el Madrid recurre a CR7 (un winger) en la delantera, o Antoinne Griezzman (winger) es el goleador ahora del Atleti jugando de DC.

Como todo en el mundo, Europa empieza con la tendencia de las cosas, vemos como ahora se juega en punta con un Walcott, un Martial o un Aubameyang. En América, apenas algunos técnicos se atreven a hacerlo, ejemplo de Ayestarán en Santos con Djaniny, Matosas y Bueno lo intentan en su momento con Loboa y ‘Chaco’.

El futbol ha encontrado en el winger o en el volante ofensivo, un jugador más productivo y efectivo para jugar arriba.

"He dicho que este principio, por el cual hay una pequeña variación, si es útil, se conserva, por el término selección natural, con el fin de señalar su relación con el poder de selección del hombre.” – Charles Darwin en la 5a edición de El origen de las especies, publicada en 1869.


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