Javier Carballo
(der.) junto a sus compañeros de Cuerpo
técnico en Santa Fe: Gerardo Pelusso (izq.)
y Pablo Peirano (centro)
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“A
los 12 años mi padre en un determinado momento me dijo: Bueno hijo, hasta acá
llego la cosa, tienes que elegir algún deporte porque ya has jugado básquet,
vóley, atletismo, futbol… y opte por dedicarme al futbol que era mi pasión”. Así comenzó la vida de
Javier Carballo, actual Preparador Físico de Independiente Santa Fe. Próximo a
cumplir 50 años, con una esposa que también es profesora de Educación Física y
tres hijos –dos de ellos futbolistas profesionales y otro en camino a serlo- este
uruguayo es un hombre tranquilo que está siempre con su termo, cebando mate en
todos lados.
Antes de empezar su
carrera como Preparador Físico en 1991, Javier se desempeñó como jugador. Era un
clásico 9 de área que jugó solamente en clubes de su país y que a los 24 años
decidió retirarse profesionalmente para dedicarse a la educación física. Sin
embargo, siguió jugando en las ligas del interior y en la Liga Universitaria
con quien tuvo la oportunidad de viajar a Inglaterra siendo parte de la
Selección Uruguaya Universitaria. “Si
como jugador de futbol hubiese sido muy bueno hubiese seguido jugando, -dice
entre risas- era un entusiasta, entonces, me decidí a dedicarme a mi profesión y a jugar
solamente en las ligas de interior de Uruguay”. Con tan solo 21 años ya
tenía el título de profesor de Educación Física y una vez retirado como jugador
profesional, empezó a ejercer, no solo como preparador, sino también, como
docente.
Su primera experiencia,
que tuvo por cierto muy joven, fue a los 24 años y coincidencialmente se dio en
el club de sus amores y del cual es hincha hoy en día: Rampla Juniors. “Yo vivía en el barrio del cual es Rampla y
una tarde un dirigente conocido quiso hablar conmigo para proponerme ser jugador
allí. Esa misma tarde yo había tomado la decisión de no jugar más
profesionalmente porque quería dedicarme a trabajar y casualmente ese mismo día
a la noche me llamo un amigo mío que trabajaba con Francisco Salomón quien
estaba por empezar a dirigir Rampla. Me dijo que estaba interesado en mis
servicios, no como jugador sino como Preparador y esa misma noche hablamos y
llegamos a un acuerdo. Al otro día nos presentamos con Salomón y el Cuerpo Técnico
y vino este dirigente que me había propuesto jugar y no entendía yo que estaba
haciendo ahí. Además, la mayoría de los jugadores habían sido compañeros míos,
habían jugado conmigo y no entendían nada. Yo les decía que no, que yo estaba
ahora del otro lado”
Y fue justamente esta primera
experiencia la que lo marcó para el resto de su carrera. Con Salomón como
compañero de Cuerpo Técnico aprendió muchos códigos de vida, esos que hoy
precisamente trata de enseñar. Además empezó a comprender los secretos de los
vestuarios y del comportamiento de los planteles.
Carballo en Nacional (U) en su primera experiencia junto a Gerardo Pelusso. (2008- 2009) |
En su carrera estuvo en más de 12
equipos de Uruguay, Paraguay, México y Perú. Fue campeón en Nacional de
Montevideo en el Clausura de 1996 y en el Apertura de 1997 haciendo parte del
Cuerpo Técnico de Miguel Puppo. Después con Olimpia fue campeón del Torneo
Absoluto Paraguayo en 1999 y de la Recopa Suramericana 2003 con el Cuerpo Técnico
de Luis Cubilla. Además preparo físicamente al plantel que sería el Campeón de
la Libertadores 2002 con el Cuerpo Técnico de Nery Pumpido (del cual no hacia
parte pero con quien colaboro durante toda esa campaña mientras estaba a cargo
de un selectivo de juveniles). Finalmente llegó el momento de cruzarse con Gerardo
Pelusso con quien volvió a consagrarse, coincidencialmente, en Nacional en
2008-2009 y con Olimpia en 2011-2012 y con quien llegó a dirigir a la Selección
Paraguaya que busco clasificar a la Copa Mundial 2014.
Curiosamente, y al igual que con su
actual compañero de Cuerpo Técnico Pablo Peirano, el comienzo de la relación con
Pelusso se da en Racing de Montevideo y también gracias a Mauricio Larriera,
ex-ayudante de campo de Gerardo. Durante 2007 Javier estaba trabajando en Perú
en Arequipa y a su vez Pelusso estaba junto a Mauricio en Alianza Lima. Javier
tenía una gran relación con Larriera desde la época en la que fue preparador
físico en Racing y aprovecharon su estadía en Perú para intercambiar llamados y
saludarse. Una vez Pelusso sale campeón con Alianza Lima y le ofrecen dirigir a
Nacional de Montevideo, el Preparador Físico con el cual venía trabajando
decide retirarse y Larriera le comenta a Pelusso del trabajo de Javier y no
duda en llamarlo.
“A
partir de ahí surgió una charla con Gerardo y Mauricio a ver que pensábamos, a
ver qué idea teníamos de trabajo, si podíamos congeniar, que pensábamos del
futbol y Gerardo al ser muy estudioso de los detalles ya había averiguado todo
acerca de mí y bueno, de ahí surgió la relación, tomamos Nacional y hasta ahora
la verdad que nos llevamos espectacular, con una buena relación tanto en el
trabajo como fuera de él.”
Hoy en Independiente Santa Fe junto a Pelusso y Peirano, Javier cumple con múltiples funciones. “En primer lugar me encargo de lo que es la
organización de las actividades en los entrenamientos y de ordenar las cargas
físicas. Me reúno todas las semanas con Gerardo y con Pablo y planificamos el
mes, semana por semana y día por día. Ellos me comentan que les gustaría hacer
y yo ordeno las cargas pensando en trabajos de fuerza, aeróbicos, trabajos de
espacios reducidos con trabajos técnicos y tácticos y además que la carga
física sea la adecuada para ese momento tratando de planificar todas las cosas
juntas a la vez. Además de esto, hago la conexión con el Cuerpo Médico: Cuando
hay algún jugador lesionado, el Cuerpo Médico atiende al jugador, lo recupera y
ahí coordinamos junto a los demás compañeros del Cuerpo Técnico para reinsertar
al jugador al equipo una vez esté totalmente recuperado.”
Sin embargo, su función
no termina ahí: “Por ultimo me encargo de
coordinar junto al médico del plantel y al Gerente Deportivo, quienes al fin y
al cabo llevan a cabo gran parte del trabajo, la logística de los traslados del
equipo, de las concentraciones, de los viajes al exterior, de los horarios de
descanso y de atención a la prensa, ver que todo este funcionado en el hotel, en
la cocina, el tipo de comida que le van a dar los jugadores…absolutamente todo y
siempre con la ayuda y gestión de ellos”.
Javier es una persona
serena y calmada sin embargo en los partidos deja a un lado su habitual tranquilidad
y por momentos se pone muy nervioso pero a pesar de ello no le gusta mucho
hablar en la cancha. Es solamente durante la entrada en calor previa a los encuentros
que si se transforma y abandona la calma que lo caracteriza. “Hablo desde que empieza hasta que termina.
Todo el tiempo los trato de motivar, de arengarlos, de reafirmar cosas que se
han trabajado en la semana… hay que hacer esto, esto, esto, estar recordándoles
y a la vez motivándoles. Generalmente fuera de la cancha soy de hablar poco
pero durante esos momentos hablo bastante.”
Javier junto a su hijo Felipe en el pasado duelo entre Independiente Santa Fe y Nacional (U) por Copa Suramericana. |
En su estadía en Bogotá
con Independiente Santa Fe el futbol le regalo a Javier uno de esos momentos
que quedara para siempre en su memoria. Con uno de sus tres hijos, a quienes ha
intentado brindarles una educación basada en los valores de la vida y del deporte,
se tuvo que enfrentar en la cancha durante la actual edición de la Copa
Suramericana.
Se disputaba la
clasificación a los Octavos de Final de la Copa entre Santa Fe y a Nacional de Montevideo, quien en su nómina contaba con Felipe Carballo, su segundo hijo. En
la cancha, Javier e Independiente Santa Fe avanzaron a la siguiente fase pero para
el padre “fue especial pero estaba muy
ansioso porque se podía dar el debut internacional de mi hijo, y a pesar de lo
que significaba enfrentarnos yo siempre quiero lo mejor para él”.
Él es Javier, un
preparador físico que dentro del mundo del fútbol tiene como única meta ganar, conquistar
un título internacional y que sueña dirigir la Selección de su país en algún
momento de su carrera. Pero también es Javier, un docente que anhela con seguir
enseñando y educando, que pretende seguir dejando huella a sus seres queridos y
a sus jugadores, dando lecciones de vida a todos aquellos que lo rodean, -además de seguir haciendo los muy
buenos asados que tanto su familia como sus compañeros de trabajo disfrutan- y lo más importante, continuar siendo
una persona sencilla y honesta apasionada por el deporte, el futbol y la vida.
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