Hay una premisa en el fútbol que marca que la
defensa comienza en el ataque y, en contrapartida, un buen ataque arranca con
una prolija salida desde el fondo.
Circunstancialmente, un central puede
encontrarse en posición de gol tras una pelota parada o, más arriesgado aún, en
una jugada armada de manera colectiva. Sin embargo, la repetición de las
acciones dejan de lado la casualidad para convertirse en una variante colectiva
interesante.
En el fútbol argentino hay tres casos que
podrían ser catalogados como los máximos exponentes de defensores centrales que
deciden lanzarse al ataque para generar superioridad numérica y terminar las
jugadas por los costados o bien como centrodelantero.
Causalmente, los tres pertenecen a equipos
cuyos entrenadores buscan atacar constantemente, con centrales con buen control
de balón que presionen cerca del círculo central. Estamos hablando de River y
Rosario Central, y los casos mencionados son Eder Álvarez Balanta, Emanuel
Mammana y, sobre todo, Javier Pinola.
Balanta:
Es quien seguramente se sienta más cómodo con
este tipo de acciones. El haber jugado de 10 en las inferiores e ir
retrocediendo en la cancha hasta ser central sin dudas le ha dado una mayor
cantidad de variantes en la salida y en la elaboración de los ataques.
Su corpulencia y habilidad le da ventaja a la
hora de preparar una jugada individual desde abajo y terminar en posición de 9
o bien buscando asistir al delantero de turno.
En esta jugada del encuentro ante San Lorenzo,
se evidencia una de las mayores virtudes del colombiano: la presión bien alta y
la seguridad en la salida desde el fondo.
Sin embargo, también queda en claro cuál es
su mayor deficiencia: la elección del siguiente movimiento. Ante la opción de
descarga, prioriza la jugada individual.
Allí se termina encerrando sólo, chocando con las contenciones rivales, regalando la posesión de la pelota y dejando mal parado al equipo para un posible contragolpe.
Mammana
De características similares a las de
Balanta, se destaca más por su técnica que por su potencia física. Naturalmente
es central, pero su capacidad de corte, su visión de juego y su precisión en el
control de la pelota le facilitó la función de lateral.
Sus condiciones lo convierten en un central
ideal para el esquema de Gallardo, que busca presionar lo más arriba posible.
Tanto es así que, como lo evidencia esta situación, se muestra hasta para
recibir un lateral y encabezar el ataque de River.
A diferencia del colombiano, tiene una mayor visión de juego a la hora de descargar la pelota y encontrar mejor ubicado a un compañero.
Pinola
El campeonato de 30 equipos trajo la grata
sorpresa del Rosario Central del Chacho Coudet. A pesar de no lograr el título,
dejó cosas interesantes, como el regreso a la Argentina de Javier Pinola en la
posición de central, luego de 10 años en Alemania cumpliendo el rol de lateral
por la izquierda.
Esta década europea influyó fuertemente en lo
que es hoy Pinola, quien no solamente se destacó por sus condiciones
defensivas, sino también por una serie de características que lo llevó a ser el
mejor defensor del campeonato: su decisión a la hora de encarar desde abajo el
ataque, la capacidad de encontrar la mejor opción de descarga y la posibilidad
de finalizar sus escaladas pisando fuerte en el área rival.
El gol que terminó convirtiendo Marco Ruben a
Argentinos, pero cuya conducción fue casi exclusiva del central, es la máxima
expresión de la influencia de Pinola tanto en defensa como en ataque.
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