Ads (728x90)






Diego Sancho (@SanchoDiegoo)

Hay una tendencia en las últimas ediciones de Copa Libertadores: el equipo paraguayo que cada presentación llega compitiendo hasta el pináculo del certamen.  Las últimas ediciones dejaron gestas impresionantes de Olimpia, Nacional y Guaraní, todos eliminados por la escuadra a la postre campeona. Aupado por el celo que produce ver triunfar a sus compañeros de patio, Cerro Porteño quiere unirse a la cófrade sudamericana esta temporada. Para esta misión buscó a un hombre con jerarquía en la zona y experiencia en el torneo para comandar el puesto abandonado por Roberto Torres. Sonaron nombres de altura, pero la oferta real existió para una promesa interesante: el DT venezolano César Farías.

Con el Deportivo Táchira profanó el tope de la expectativa llevando a los andinos hasta cuartos de final de la Copa Libertadores hace más de diez años, aval suficiente para ser admitido en su combinado nacional. Con la vinotinto hizo creer a su paisano que la utopía mundialista era asequible. No demostró su hipótesis, pero sorprendió a propios y extraños con históricos resultados. Con labores menos sonadas en México y la India llega como un trotamundos buscando de nuevo el terreno que mejor conoce. Su trayectoria le ha legado una noción sudamericana suficiente para entender que llega a un grande y que esta es su oportunidad de consumar sus valores fuera de la frontera.

Ganarse el vestuario

A lo largo de su carrera demostró que el grado de competitividad de sus plantillas es directamente proporcional a la confianza que se tenga de su propuesta. Farías ahora es un veterano y debería estar curtido de retórica para llegar a la conciencia del blaugrana. Si un técnico entrante sabe llegar su mensaje al jugador, solo queda trabajo para armar una estrategia que explote las fortalezas y reduzca debilidades. En base a los jugadores que se tenga se traza un sistema con el cual guiarse, sin embargo el de Güiria ha mantenido una postura regular en cuanto a sus planteamientos a lo largo de su trayectoria.

Como buen manager moderno, estudia al rival y se nota cuando defiende. Busca los zonas donde el contrario suele hacer daño –acostumbra responder con triángulos defensivos para presionar-, su costado fuerte, su lanzador; su plan de ataque. Diseña una táctica de apoyos  y ocupaciones de espacio para contrarrestar la ofensiva en defensa organizada. Le gusta el dibujo 4-4-2, pero dependerá de sus piezas si tiene con qué llevarlo a cabo.

Nombres del cambio

Ofensivamente también hay estudios. En el juego de Farías hay mucho cruce con los defensores en orden de conseguir faltas cercanas al área rival, acá es donde Rubén Rojas puede tener un rol protagónico con su desborde. La exhaustividad en la táctica fija es un sello de sus gestiones, lo demostró en México y Venezuela. Nombres como Diego Lugano o Víctor Mareco pueden incrementar sus cuentas goleadoras, con Fabbro como asistidor.

“Intuyo que el paraguayo es buen cabeceador por el mal estado de las canchas: era tan complejo jugar por abajo que no había más remedio que tirar la bola por arriba” Gerardo Martino.

Esto cae de canto para las aspiraciones lúdicas del venezolano. Sus dirigidos suelen crear peligro con envíos largos por todo el eje del último tercio. Organización defensiva en bloque y transiciones ofensivas rápidas en orden de restar riesgos en la pérdida de balón. Se juega mucho por arriba, como si hubiese pasto en el aire para que el balón transite. Todo muy acorde a la percepción de Martino, quien ha tensado el arco de la exigencia como nadie en la selección albirroja.

En cuanto a la esencia de su carácter, Farías combina con el pueblo del ciclón por su ánimo. Su sed de triunfo revanchista va en línea con el deseo del barrio obrero de poder ganar títulos internacionales como su rival citadino. Con un resultadismo a veces poco recursivo, se ha mantenido en el cargo mientras tuvo esperanza matemática de lograr objetivos. Con optimismo como bandera recuerda sus promesas en las ruedas de prensa. Ahora está en un grande de Sudamérica, licencia suficiente para esperanzar a sus nuevos hinchas.

Publicar un comentario