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“El Capo” fue el referente ofensivo en cada equipo que pasó. Jugó en España, México, Chile, Honduras, Estados Unidos, Uruguay y Venezuela. Ahora llega al Atlético Venezuela para aportar algo más que goles



Víctor Grao (@VictorGrao)

El entrenamiento de Atlético Venezuela había culminado, pero Giancarlo Maldonado no se veía entre los jugadores que salían de los camerinos. Se había ido. Salían maldiciones en el largo trayecto a pie entre el estacionamiento y la cancha de Fuerte Tiuna debido al largo viaje que había realizado el periodista para la entrevista. Ya había sido pautada el día anterior, pero nada, se había ido. No resultó.

Metros antes de llegar al aparcadero de autos, apareció un carro gris. Era el de Maldonado, quien bajó el vidrio:

─ ¿Qué pasó chamo? No te vi ─ Dijo el futbolista
─ Estaba ahí, pero yo tampoco.
─ Estoy esperando a Toti (otro futbolista). Vamos a hacer la entrevista acá mismo.

El apellido Maldonado es uno de esos que son alusivos a la historia del fútbol venezolano. Carlos, Javier, Saúl, Andrés y Giancarlo han dejado una huella en el rentado criollo, estableciéndose luego de haber llegado desde Montevideo a tierras caraqueñas.

El hijo de Carlos, Giancarlo, es de la segunda generación Maldonado y llevó al tope el poder de su apellido. Actualmente es el segundo mayor goleador en la historia de la selección venezolana de fútbol por detrás de Juan Arango, fue goleador de América en 2007, séptimo máximo artillero en la historia del Atlante y uno de los primeros jugadores en salir a hacerse un puesto en clubes extranjeros.




Su apellido pudo haberle ayudado a debutar fuera de tierras venezolanas como profesional: “Para mí es un orgullo llevar el apellido Maldonado que ha dejado marcado cosas en nuestro fútbol. Que sigue dando generaciones. Para mí es una alegría jugar al lado de Andrés y, quizás, jugar contra Javier, que son los últimos Maldonado que van quedando ahora en el fútbol de la nueva generación”, comenta Giancarlo.

El artillero ha conseguido estabilidad en su carrera. Pero sus inicios fueron complicados, al tener que dejar Venezuela de muy joven: “Para mí el haberme ido con 15 años a Uruguay me dio para aprender mucho. No solo en lo futbolístico, sino en lo personal. Para madurar, para crecer. Poca gente con 15 años se va de la casa. Conté con el apoyo de mi familia, pero igualmente estaba solo. Tuve que aprender rápido de la vida”, cuenta.

A pesar de haber nacido en Caracas y tener un arraigo con Venezuela, le tiene mucho cariño a Uruguay. No solo el fútbol lo ata a tierras charrúas. El padre del artillero de Atlético Venezuela es oriundo de Montevideo, al igual que la primera de sus dos hijas.

Giancarlo, en aquel entonces, tuvo la fortuna de haberse graduado del colegio antes de partir a River Plate de Uruguay: “Terminé el bachiller. Tuve la suerte de que me fui terminando 5to año. Con lo que daban la suma de las notas pasé todas mis materias. No como uno lo hubiese querido, pero se dieron las cosas así en ese momento”, recuerda.

Luego de su paso en el extranjero, volvió a tierras venezolanas para jugar con Nacional Táchira, Mineros y Unión Atlético Maracaibo, hasta que volvió a salir para llevar sus goles al O’Higgins chileno. Rancagua, de donde es el club, es una de sus ciudades favoritas: “Me gusta Cancún, Montevideo y Rancagua. Han sido ciudades donde he vivido y donde he podido compartir con la familia”, cuenta. Aunque dice preferir Venezuela para hacer su mayor hobbie: viajar.

Giancarlo tuvo su paso más exitoso luego del fútbol chileno. En Atlante. Allí
logró ser máximo goleador en el continente americano en 2007 junto a Martín Palermo de Boca Juniors. También obtuvo el apodo que llevó el resto de su carrera: “Me lo puso un comentarista en México. Eso fue en 2007, y hasta hoy quedé como “el capo” y no me disgusta, ya lo asumí. El comentarista fue el “Perro Bermúdez”, afirma.

A pesar de su buena trayectoria en el club mexicano, tuvo un inconveniente que le llevó el ingreso por un día a prisión. Fue demandado por no pagar la manutención familiar. Situación que fue resuelta según el jugador: “Cuando las personas te quieren hacer daño buscan cualquier manera de hacértelo. Fue una etapa complicada, un momento difícil. Salí sin ningún problema porque no existía ningún tipo de prueba que dijera lo contrario. Las leyes se encargaron de hacer todo lo que tienen que hacer y por eso vivo con mi conciencia limpia. Vivo feliz”, agrega.

Giancarlo Maldonado estuvo en aquel famoso cuarto lugar en la Copa América de 2011 con la vinotinto, también estuvo presente en dos eliminatorias mundialistas y, además, es el noveno venezolano con más apariciones con la camiseta de la selección, por detrás de nombres como José Manuel Rey, Juan Arango, Miguel Mea Vitali, Tomás Rincón, Oswaldo Vizcarrondo, etc.

Con la vinotinto logró uno de los goles más importantes de su carrera: contra Brasil en un amistoso en Estados Unidos. Este triunfo terminó siendo el primero en la historia de la selección venezolana contra la canarinha.



Esos logros los consiguió a punta de trabajo y más trabajo, siendo la actitud un buen aliado para sumar mayores experiencias: “Con el pasar del tiempo uno tiene que seguir aprendiendo, hay que mantener una buena actitud para lograr llegar a donde uno quiere estar”, dice. Además, Giancarlo es un jugador que siempre llega de primero y se va de último de las concentraciones y entrenamientos: “A eso uno le da una tranquilidad enorme: llegar temprano, compartir”, agrega.

Esa buena disposición lo llevó a ser de un selecto grupo de venezolanos que han marcado en España. El 28 de octubre de 2009 anotó con el Xerex frente al Osusana por Copa del Rey. Giancarlo fue de los primeros jugadores que emergieron al fútbol de primer nivel. Siendo de los pioneros en llegar a la primera división española.

El jugador al que esperaba Giancarlo para salir, llegó. Toti subió al vehículo luego de una conversa que realizaba en la cancha de Fuerte Tiuna. Se montó sin emitir ningún sonido.

En O'Higgins
Además de su carrera en el extranjero, Maldonado sentó bases en el fútbol venezolano. Jugó con Estudiantes de Mérida, Mineros, Nacional Táchira, Deportivo Táchira, UAM y ahora Atlético Venezuela, club en donde piensa dejar un poco de sus aprendizajes: “En Atlético busco dejar cosas importantes para la institución. Conseguir objetivos personales también. Pero lo principal es dejarle algo importante al equipo. Ver al equipo en una competencia internacional”, cuenta.

Giancarlo Maldonado regresó a su ciudad natal, aunque no es a la que le tiene mayor arraigo: “San Cristóbal es mi ciudad, aunque no nací allí”, cuenta. Aunque para viajar le gustan destinos más turísticos: “Me gusta pasar días en Mérida y Margarita, eso hacía de pequeño”, relata.


Maldonado ya marcó su primer gol con Atlético Venezuela, en su debut. Además dio una asistencia. El cuadro capitalino tiene un goleador en sus filas que querrá romper redes a lo largo del territorio nacional, como también lograr un cupo internacional con los de Fuerte Tiuna.

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