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Por Matías Sabini (@SabiniMaty)

Tarde o temprano iba a suceder. Daniel Angelici tuvo desde aquel 14 de diciembre de 2011, cuando fue electo por los hinchas de Boca Juniors como nuevo presidente de la institución, las cosas muy claras: el tiempo se iba a encargar de colocarlo en el banco de suplentes para dirigir el club donde se cansó de triunfar y recorrer el mundo.


Asumió en una semana difícil. La ida de Rodolfo Arruabarrena fue dolorosa: llegó en un momento complicado donde Boca no encontraba un rumbo con Carlos Bianchi y dejó dos títulos en la vitrina Xeneize. Las eliminaciones frente al eterno rival en dos competencias internacionales y los altibajos en cuanto al rendimiento del equipo determinaron que su salida sea inminente.

Guillermo Barros Schelotto asumió como nuevo director técnico de Boca el pasado miércoles a la tarde. Apenas pasadas las 24 horas, el Mellizo, junto a su hermano Gustavo, debutaron frente a Racing Club de Avellaneda en la igualdad 0-0 ante una Bombonera desolada y en un partido sin emociones. Boca, tuvo un rendimiento chato y sin el peso que la localía (aún sin gente) debe tener en la Copa Libertadores de América.


72 horas después llegaba el partido más importante que tiene, para muchos, el fútbol mundial: el Superclásico del fútbol argentino. El Mellizo dirigió sus primeros dos partidos ante rivales con historia pero con la problemática del poco tiempo para trabajar con el plantel profesional.



Aunque el encuentro en el Monumental de Núñez fue aburrido y probablemente sea uno de los Superclásicos menos recordados de la historia, Guillermo y Gustavo tendrán que trabajar muchísimo para mejorar el rendimiento del club en el que tanto supieron ganar y llegar a la cima del fútbol mundial.


Si bien el juego colectivo es uno de tantos objetivos que tiene este cuerpo técnico para que el rendimiento comience a mejorar, otros de los factores fundamentales es recuperar el nivel de Carlos Tevez que, dando ventajas físicas, no logra acomodarse y mantener el volumen de juego que logró conseguir en 2015 que le permitió ser el abanderado del Boca Campeón.



"Jugamos dos clásicos y tuvimos fuerzas anímicas para igualar todas carencias que tuvo Boca, por algo hubo cambio de DT", dijo Guillermo al término del encuentro ante River. Además, agregó que no hay un largo lapso para trabajar entre partido y partido, pero que sabe dónde se metió y que asume su cargo con total responsabilidad.


Empezó la “Era Guillermo”, ¿Tendrá el mismo éxito que en su etapa como jugador? 

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