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Por: Agustín Vigo (@Agusvigo)

Nacido en Villa Gobernador Gálvez, provincia de Santa Fé hace 17 años, Ezequiel Barco llegó a Independiente hace dos años a través de Diego Griffa, hijo de Jorge (director de la academia formadora de jugadores) y empleado del club de Avellaneda. Previo a su llegada al “rojo” fue rechazado por clubes como Boca y River, quienes seguramente habrán priorizado el porte físico del jugador (su contextura es delgada y su altura no supera el metro setenta) por sobre las características técnicas tan elogiadas por sus compañeros luego de compartir entrenamientos y partidos. Ellos destacan en el juego de Barco un gran control y manejo de pelota, mucha habilidad al encarar a los rivales y claridad para pasar hacia adelante, tal como lo hacía su referente futbolístico Juan Román Riquelme.

En cuanto al aspecto táctico se desempeña como enganche, es aquel jugador que no abunda en el fútbol mundial por la aparición del doble cinco y el 4-4-2 como sistema de juego predominante. La mejor ubicación para Barco es delante de los mediocampistas para asociarse con ellos y ser el enlace con los delanteros. Del centro hacia la izquierda es su lugar ideal, como lo hacía Riquelme, de esa forma su pierna derecha queda cómoda al momento de encarar hacia el centro y adelante o pasar la pelota. Tiene una gran capacidad de pase y manejo del ritmo de su equipo. Su gambeta es rápida y no le teme a encarar a sus rivales cada vez que recibe un golpe. Dicho por él mismo: “cuanto más me pegan más juego”. También lo hemos visto convertir goles de media distancia, lo cual lo hace un jugador muy completo.

Debutó en Primera División gracias a Gabriel Milito, quien dirige a Independiente desde junio. Poco a poco le fue dando minutos en el equipo y contra Godoy Cruz disputó su mejor partido, incluso convirtió un gol. El entrenador reconoce que es un jugador de gran talento, humilde y con una carrera exitosa por venir, aunque todavía es muy joven y tiene un recorrido muy largo por atravesar para consagrarse como figura. Milito tuvo de maestro a Guardiola, quien siempre fue más que un entrenador para sus jugadores, fue un maestro, y eso es lo que necesita Barco para llegar al éxito. Por supuesto que deberá estar acompañado por los psicólogos del club y la familia propia.


Estamos en presencia de un futbolista con condiciones excelentes, su estilo es muy vistoso e ilusiona a los hinchas de Independiente y a quienes disfrutamos del buen fútbol. Será cuestión de esperar el desarrollo de su carrera. Los medios ya lo han puesto en las portadas, por lo que la familia y sus compañeros de mayor experiencia serán fundamentales para que pueda desempeñarse sin demasiada presión y disfrute de lo que mejor hace que es jugar al fútbol.

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