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Por Juan Pablo Gatti (@GattiJuan)

La Selección Argentina jugó esta nueva doble jornada de eliminatorias con una gran novedad: Edgardo Bauza. Se convirtió en el nuevo entrenador de la albiceleste. Quizás el dato más relevante no sea este, sino el hecho de que el Patón se convirtió en el tercer seleccionador en dos años del equipo nacional, tras los pasos de Alejandro Sabella y Gerardo Martino. Como siempre, proyecto cero por parte de la AFA.

Sin mucho tiempo de trabajo, el ex entrenador del Sao Paulo buscó mantener la misma línea que su antecesor en el cargo en cuanto al sistema táctico: cuatro en el fondo, un doble pivote en el mediocampo, tres volantes/delanteros más adelantados y un nueve como referente del área. Pero su idea base no es la misma que lo de Martino y eso se fue viendo en los dos encuentros, tanto ante Uruguay como contra Venezuela, sobre todo porque en el segundo cotejo no pudo contar nada menos que con Lionel Messi.

En el encuentro en Mendoza ante el clásico e histórico rival rioplatense la Argentina formó con Romero, Más, Funes Mori, Otamendi, Zabaleta; Mascherano, Biglia; Di María, Dybala, Messi y Pratto. Lo más destacable que se pudo observar en la primera mitad de este cotejo fue lo siguiente:

  • Los centrales tienen total libertad para subir. Entonces, no fue raro ver a Otamendi al lado de Biglia o a Funes Mori con llegada al área rival. Cuando uno de los dos no estaba era cubierto por Mascherano, que sigue manteniendo su posición de cinco en la Argentina, por más que hace años juegue de defensor en el Barcelona.
  • Más buscó asociarse con Di María en el costado izquierdo, aunque ninguno de los dos estuvo muy fino en su zona. El hombre de San Lorenzo sigue teniendo la confianza de los seleccionadores, pero aún no ha podido demostrar su nivel con la casaca nacional (Rojo lo reemplazaría ante Venezuela). Zabaleta, en tanto, estuvo más controlado y no se soltó hasta pasada la media hora de juego, donde se lo vio más cerca del hombre de la Lazio y de Messi.
  • No hay discusiones con respecto al doble cinco: Biglia y Mascherano son dos veteranos que saben cómo repartirse el campo de juego. Cuando uno hace algo el otro lo cubre, y lo mismo pasa con alguno de sus compañeros. Así, cuando Zabaleta subía, Biglia se corría hacia la derecha para no desproteger esa zona.
  • Messi juega con completa libertad. Arrancó muchas veces por derecha, pero no fue raro verlo en todo el frente de ataque, y hasta ayudando a recuperar el balón en la mitad del terreno. Aprovechó bien a Dybala y Pratto, que trataron de buscarlo constantemente.
  • En cuanto al jugador del Atlético Mineiro (que llegó para reemplazar a Higuaín), se lo vio con un jugador muy táctico, del gusto del entrenador. No tuvo tantas chances para atacar, pero si fue el hombre que arrastró las marcas, que peleó ante los defensores uruguayos y que hasta se animó a bajar para empezar la presión.

El cambio en este partido lo produjo la expulsión del joven jugador de la Juventus. Bauza no hizo movimiento de piezas hasta el minuto 71, con lo que los 10 que quedaron en cancha tuvieron que dividirse más la cancha, buscando la solidaridad mutua para que Uruguay no llegara con peligro. El gran cambio se dio cuando entró Alario por Pratto, porque, aunque pareció un reemplazó de “nombre por nombre”, lo que el jugador de River le aportó al seleccionado fue una polivalencia que, en los minutos finales, le permitió mantener en cero el arco. Alario no solo fue delantero centro, si no que se lo vio mucho por el sector derecho de la cancha, pegándose muchas veces a Zabaleta y comenzando ataques casi desde la propia área.

Ante Venezuela hubo varios cambios, ya que Messi se volvió a Barcelona para no comprometer su lesión, Dybala estaba suspendido y Rojo volvió a ocupar el lateral izquierdo por Más, con lo que el once titular fue: Romero, Zabaleta, Otamendi, Funes Mori, Rojo; Mascherano, Biglia, Lamela, Banega, Di María y Pratto.

El cotejo, sin la Pulga, fue muy cuesta arriba para la Argentina. Nuevamente falló el sector izquierdo (Di María sigue con su mala racha con la selección, en donde no aporta su velocidad y técnica para bien, mientrás que el hombre del Manchester United no ha tenido el mejor de sus encuentros), además de que Funes Mori no pudo lucirse como casi siempre lo hizo desde que debutara con la mayor. A su vez, los mediocampistas no estuvieron tan unidos como ante Uruguay, por lo que la posesión fue menor, provocando nuevamente que Pratto estuviese aislado y Lamela no tuviera tocara tanto la pelota. Pero aquí la “compensación táctica” de Bauza pudo verse más, sobre todo luego de que la vinotinto se pusiera 2-0 arriba en Mérida:

  • Si bien Romero (de muy flojo partido) y Funes Mori no estuvieron aceitados en defensa, Otamendi compensó la labor de los dos con un nivel muy bueno, cubriendo huecos y sin dejar de ayudar en el ataque, siendo partícipe del gol del empate final.
  • Si Banega entró a jugar fue para ser una balanza. No solo se calzó la 10, sino que además se incorporó a la medular para ayudar a Mascherano y Biglia, provocando que Venezuela no se terminase quedar con esa zona de manera definitiva. Tampoco fue el mejor de sus partidos, pero no se le puede negar su laboriosidad.
  •  Pratto y Alario son dos fichas nuevas que, si se mantienen en un buen nivel, serán muy tenidos en cuenta por el seleccionador. No solo tuvieron sus chances de gol (provocadas más por la calidad técnica que por el juego en conjunto), sino que nuevamente se los vio defendiendo muy cerca del área defendida por Romero.


Si bien la base táctica seguramente será la misma de aquí en más (el ya expresado 4-2-3-1), Bauza ya pudo ver en acción a los jugadores que él quiere en estos primeros dos encuentros. Entre lo destacable está el hecho de que ya sabe que, más allá de algún mal partido, los tres del fondo serán siempre los mismos: Romero, Funes Mori y Otamendi, además del doble cinco (Biglia-Mascherano). Queda en el debe el saber quién será con el tiempo el lateral izquierdo, si Di María recuperará su nivel, volver a ver a Dybala en campo y, sobre todo, como compensar al equipo cada vez que Messi no esté. El haber sacado cuatro puntos y haber llegado a la parte alta de las eliminatorias por primera vez le permitirá al Patón trabajar más tranquilo. 

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